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Polémica en Italia por funcionario de Giorgia Meloni vestido como nazi

El nuevo viceministro de Infraestructuras es miembro y militantes del grupo ultraderechista Hermanos de Italia, uno de los bastiones neofascistas que le dio la victoria a Meloni.

Galeazzo Bignami en una foto de 2005 en la que se le ve vistiendo una insignia nazi.
Galeazzo Bignami en una foto de 2005 en la que se le ve vistiendo una insignia nazi.

El nuevo gobierno de Italia, liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni, está en el ojo de la tormenta después de que la flamante primera ministra nombrara al nuevo viceministro de Infraestructuras, por una fotografía que surgió en las últimas horas.

Se trata de Galeazzo Bignami, ultraderechista confeso y militante de partido neofascista Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), quien se ve en una foto fechada en 2005 vestido con una banda roja en el brazo con una esvástica, símbolo de las SS del tercer reich de Adolf Hitler.

Ni bien circuló en redes sociales, Bignami salió a tratar de calmar las aguas afirmando que la fotografía, en realidad, fue “una broma” en una despedida de solteros. 

“Es total e incondicional mi firme condena por cualquier forma de totalitarismo, por cualquier expresión liberticida y antidemocrática y aún más por el mal absoluto como fue el nazismo”, dijo Bignami en un comunicado, y agregó que sentía “profunda vergüenza” de esas fotografías, al tiempo que afirmó “comprender la gravedad” de lo que representa el nazismo.

Bignami es militante de la derecha más reaccionaria de Italia desde que se integró a los neofascistas Alianza Nacional, para luego pasar sin pena ni gloria por Forza Italia y terminar en Hermanos de Italia, de donde lo ha tomado Giorgia Melloni para darle un cargo ministerial.

La fotografía no es un caso aislado que denotaría su ideario político: en 2019 también había publicado videos en Facebook en los cuales se le veía tocando intercomunicadores de puertas de casas de personas con apellidos no italianos. Se le escucha decirles una y otra vez a las personas desconocidas que no “no tienen derecho” de vivir en su país. 

Empezó la mano dura

Al margen de la polémica de Bignami, Meloni empezó a aplicar la mano dura que tanto prometió en campaña al firmar un decreto que prohíbe las fiestas electrónicas de más de 50 personas, pero aseguró que solamente aplica para la invasión de terrenos o edificios para reuniones peligrosas para el orden público o la incolumidad pública o la salud pública”. 

Esto frena las llamadas fiestas “rave” que en Italia proliferan todo el año gracias a un vacío legal: suelen realizarse por varios días consecutivos en terrenos abandonados y descampados, así como en galpones en estado ruinoso. Justo en estos días había empezado el boca a boca para la convocatoria a la famosa fiesta del Día de Todos los Santos, una fiesta electrónica ilegal que se realiza a las afueras de Modena. 

No llegó a implementarse el decreto en este evento, sino que las autoridades policiales dialogaron con los organizadores para que se disolviera pacíficamente.

“Esperamos que, como ocurre en otros países, la norma pueda ser un elemento de disuasión”, explicó el ministro del Interior, Matteo Piantedosi ayer en una conferencia de prensa junto a Meloni. En países como Francia y Austria, donde el fenómeno de las fiestas electrónicas ilegales, logró ser desmantelado y convertido en delito.

 

 

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