frontera ruso lituana

Rusia ahora mira hacia Lituania tras la guerra en Ucrania. Se arma el ejército y la ciudadanía se prepara

Lituania tiene frontera con el exclave ruso Kaliningrado. Rusia ha denunciado que el gobierno lituano está frenando mercancías y en la frontera ya hay tensiones.

Un edificio en el exclave ruso Kaliningrado, fronterizo con Lituania, fue pintado con una "Z", símbolo que reivindica el ataque militar contra Ucrania. Foto cortesía del portal lituano Lituania Radio Televisión - LRT
Un edificio en el exclave ruso Kaliningrado, fronterizo con Lituania, fue pintado con una «Z», símbolo que reivindica el ataque militar contra Ucrania. Foto cortesía del portal de la Radio y Televisión Nacional de Lituania- LRT

El gobierno lituano mira con preocupación la subida del tono desde Moscú hacia Kaliningrado, un territorio que forma parte de Rusia pero que está rodeado geográficamente por Lituania, Polonia y el mar Báltico.

Rusia ha advertido enérgicamente que “tomará medidas” contra el país después de que sus autoridades ordenaran frenar un porcentaje de las mercancías que transitan por su territorio, que ahora no pueden entrar a Kaliningrado, una sanción que está en línea con las de la Unión Europea. 

El ministro de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, declaró al portal europeo Euronews que no esperan un enfrentamiento por el exclave ruso en una entrevista al margen de la cumbre de la OTAN.

“Rusia está descontenta con las sanciones… es comprensible que el país, que era tan dependiente de Occidente, se vea cortado ahora de los suministros que vienen de Occidente, y tenga quejas al respecto”, agregó el diplomático.

“Estamos consultando a la Comisión Europea para ver la forma de si, ya sabes, hay una manera de ofrecer algo, algunas medidas a o a la Federación Rusa que respondan a tales y tales preocupaciones. Pero también hay otras formas de transportar materiales o lo que necesiten a Kaliningrado”, prosiguió.

Lituania forma parte tanto de la UE como de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), pero ahora es una de las fronteras calientes, a pesar de que Rusia no parece querer avanzar contra algún Estado Miembro de estas dos organizaciones: atacar a uno se entiende, en ambos organismos, como un ataque contra todos, y devendría en una respuesta militar conjunta. Así las cosas, si Vladímir Putin decide avanzar con una invasión en Lituania, como hizo en Ucrania, tendría que enfrentar todo el poderío de la UE y la OTAN juntas.

Las ciudades y pueblos fronterizos con la región rusa de Kaliningrado se han estado preparando para, en caso de lo peor, poder tener algún margen de maniobra. Las cicatrices de la ocupación soviética del pasado está aún abierta en Lituania: decenas de miles de lituanos fueron deportados forzosamente a los gulags de Siberia (cárceles para presos políticos y disidentes) por los soviéticos entre 1940 y 1950. Según estimaciones históricas, cerca de 30.000 personas de nacionalidad lituana murieron en estos campos de concentración y torturas.

Una de las milicias conformadas por civiles que se ha activado es la de los Fusileros, que tiene 103 años de existencia y que ha visto aumentar el número de miembros desde que Rusia agredió militarmente a Ucrania en febrero: actualmente hay unos 12.000 voluntarios, según dijo a CNN Egidijus Papeckys, comandante del 4º Mando Regional de los Fusileros. Y el número de nuevos reclutas se multiplica cada mes por diez, afirmó.

En los colegios secundarios también hay trabajo de campo, ya que las y los jóvenes son llevados los fines de semana a acampar en el bosque para aprender, de manos de los milicianos, las tácticas de supervivencia primarias en caso de que tengan que convertirse en improvisados combatientes.

En la región del mar Báltico, la OTAN ya había anunciado antes de su más reciente cumbre en Madrid que aumentaría la presencia militar lo suficiente como para repeler un potencial ataque, en vez de enviar tropas para reconquistar algún territorio que fuese tomado.

Según el portal de la Radio y Televisión Nacional de Lituania (LRT), ha aumentado la propaganda y las provocaciones desde Kaliningrado. Al vivir aquí en la frontera, vemos los ejercicios militares, los helicópteros y el equipo, dijo al medio Kęstutis, un ex guardia fronterizo que solo dio su nombre de pila. La región de Kaliningrado está cubierta de soldados”. 

 

El efecto contrario

Antes de la guerra desatada por Rusia dentro del territorio ucraniano, el país agredido pensaba unirse a la OTAN. En 2008, ya el organismo le había ofrecido a Kiev un camino hacia su membresía y, aunque esto no avanzó mucho, siempre estuvo sobre la mesa y la idea le ha resultado incomoda a Moscú.

De hecho, nunca llegó a concretarse por el cabildeo y la presión que ha hecho el Kremlin desde entonces, según indican distintos análisis. Una de las demandas del gobierno ruso, antes de entrar a Ucrania con su ejército, era que Ucrania desistiera para siempre de ser miembro, algo que la OTAN se negó a garantizar.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, ha aceptado que su país no puede unirse a la OTAN en este momento: Está claro que Ucrania no es un miembro de la OTAN. Entendemos esto”, manifestó recientemente. 

Para que un país pueda unirse a la OTAN, todos los países que la conforman deben estar de acuerdo. En algunos casos, esta aprobación requiere aval parlamentario, como en el caso de Estados Unidos, en donde debe avalarse desde el Congreso.

Al contrario de lo que Rusia buscaba, que era contrarrestar el poder de la organización, más bien ahora va a agrandarse: Suecia y Finlandia ya presentaron en conjunto su solicitud para unirse. En el caso de Finlandia, porque comparte frontera con Rusia y su gobierno ha manifestado preocupaciones durante la guerra en Ucrania.

Si son aceptados como miembros, deberán gastar 2% de su PIB en defensa y estructuras militares: Finlandia ya cumple con este objetivo y Suecia dice que lo hará “lo antes posible”. 

 

 

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