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Encuentran 46 migrantes latinoamericanos muertos en camión abandonado en Texas

San Antonio está en las rutas de paso de las redes de tráfico de personas por su cercanía con la frontera con México.

 

Al menos 46 personas murieron encerrados en un camión abandonado a las afueras de la ciudad de San Antonio, Texas, a unos 250 kilómetros de la ciudad mexicana fronteriza de Nuevo Laredo. Sobrevivieron 16 personas -entre las que hay niños- que fueron trasladados a un hospital cercano.

De acuerdo a las autoridades policiales locales, los sobrevivientes estaban “muy calientes al tacto”, y fueron víctimas de insolación y agotamiento por calor extremo.

San Antonio es una importante ruta para migrantes que vienen de Centroamérica y otros países latinoamericanos como Cuba y Haití, que buscan una vida mejor en los Estados Unidos y, en sus situaciones desesperadas, son víctimas de traficantes de personas.

Las autoridades dijeron que un trabajador local había hecho el reporte después de descubrir el camión abandonado, y desde adentro provenían gritos pidiendo ayuda. Los servicios de emergencia llegaron inicialmente al lugar alrededor de las 18:00 hora local (23:00 GMT), dijo a los periodistas el jefe de bomberos de San Antonio, Charles Hood.

“Se supone que no debemos abrir un camión y ver montones de cuerpos allí. Ninguno de nosotros viene a trabajar imaginando algo así”, dijo.

San Antonio es particularmente caliente durante los meses del verano, con temperaturas que pueden llegar a superar fácilmente los 40°C, un umbral al que se acercó el lunes cuando sucedió esta tragedia.

Este tipo de hechos ya habían tenido lugar en San Antonio, pero no con esta magnitud: en 2017, 10 migrantes fueron encontrados muertos dentro de un camión articulado afuera de un supermercado Walmart, en el lado sur de la ciudad. El extremo sur de San Antonio es un corredor con dos carreteras principales que conectan la ciudad con los pueblos fronterizos de Texas y con ciudades al otro lado de la frontera con México.

Responsabilidades cruzadas

El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, cuyo departamento se hizo cargo de la investigación, declaró: “Los contrabandistas de personas son individuos insensibles que no tienen en cuenta a los más vulnerables a los que explotan y ponen en peligro para obtener ganancias”.

Para el gobernador republicano por el estado de Texas, Greg Abbott, el hecho es culpa del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, lo cual es resultado de “sus letales políticas de fronteras abiertas”.

Beto O’Rourke, candidato demócrata que compite con Abbott (quien busca la reelección), urgió a las autoridades atacar a las redes de contrabando de personas, y reemplazar este mercado con “vías ampliadas para la migración legal”.

La inmigración es un tema político polémico en los EE.UU., donde en mayo se detuvo a un récord de 239.000 inmigrantes indocumentados que cruzaban al país desde México, muchos de los cuales viajaban por rutas extremadamente peligrosas e inseguras. En lo que va del año, han muerto al menos 650 personas indocumentadas intentando cruzar la frontera de forma irregular, según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas.

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