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Israel: Polémica por rechazo a llegada de refugiados ucranianos no judíos

Sectores conservadores sionistas se manifestaron contrarios a la idea de que el gobierno de Israel abra las puertas a refugiados no judíos.

Naftali Bennett recibe a un niño proveniente de Ucrania, huyendo de la guerra. Foto: Twitter / Naftali Bennett
Naftali Bennett recibe a un niño proveniente de Ucrania, huyendo de la guerra. Foto: Twitter / Naftali Bennett

El Estado de Israel abrió sus puertas a refugiados ucranianos que huyen de los ataques militares de Rusia a su país, llegando el pasado domingo el primer grupo de 300 personas, entre los que hay más de 60 niñas y niños huérfanos.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, recibió en persona el domingo a los refugiados en el aeropuerto internacional Ben Gurion, a las afueras de Tel Aviv: fueron unos 100 los que llegaron en el primer vuelo humanitario. Entre los huérfanos hay pequeños de hasta 2 años de edad y adolescentes de 17. También venían 40 profesionales en trabajo social de orfanatos ucranianos.

Otros dos vuelos con 200 refugiadas y refugiados más llegaron más tarde el mismo día.

El primer grupo de los menores de edad tardaron dos días en llegar desde Ucrania hasta Israel: partieron de la norteña ciudad de Zhytomyr, a 150 kilómetros de la capital Kiev y a unos 180 de la frontera con Bielorrusia. Tuvieron que viajar hasta la frontera con Rumania para entrar en la región de Transilvania, en donde fueron recibidos por el embajador israelí en ese paí, David Saranga.

Luego, embarcaron en un vuelo de la compañía de bandera israelí El Al. Tras aterrizar, el grupo de huérfanos fue llevado a un centro educativo en las afueras de Jerusalén, donde fueron recibidos por cientos de israelíes.

Polémica por no ser judíos

Sin embargo, y a pesar de lo delicada de la situación de los refugiados llegados, una parte de la ciudadanía, los más conservadores y los ultranacionalistas, están molestos con el hecho de que el gobierno de Bennett esté recibiendo a refugiados que no pertenezcan a la religión oficial del Estado.

Todo esto contrapone la posición de Israel como país, que abre sus puertas y aboga por la recepción a cualquier persona refugiada dada la historia del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial, siendo el país uno formado por inmigrantes además.

Sólo en Ucrania, unas 200.000 personas tienen ascendencia judía y pueden, según la llamada «Ley del Retorno», emigrar a Israel en cualquier momento y recibir la ciudadanía inmediatamente, y los más conservadores quisieran que solamente lleguen personas que pertenezcan a dicha religión.

La ministra del Interior del gobierno de Bennett, Ayelet Shaked, una conocida ultraconservadora, ha expresado su preocupación por la llegada masiva de refugiados no judíos. Se espera que unas 15.000 personas lleguen desde Ucrania durante marzo, y el 90% no serán de ascendencia judía.

Shaked adelantó que se revisará la política de acogida de refugiados, lo cual ha provocado la molestia de los sectores liberales que abogan por recibir tantos refugiados como pueda manejar el país, independientemente de la religión.

Medios locales afirman que las políticas de acogida ya causan polémica: por ejemplo, la Autoridad de Inmigración pide una fianza en efectivo para que los refugiados no se sientan obligados a quedarse después de la guerra, al querer recuperar su dinero.

La ministra de Inmigración e Integración, Pnina Tamano-Shata, ella misma inmigrante de Etiopía, ha amenazado con dimitir si continúan estas condiciones, que ha calificado de “inmorales”.

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