“¡Viva la libertad, carajo!”: Javier Milei faltó a su primer día de trabajo como diputado de Argentina

El flamante diputado argentino, Javier Milei, llegó a la Cámara de Diputado de Argentina con un discurso antisistema y criticando lo que él llama “castas políticas”, a los gritos, con el ceño siempre fruncido y con un vocabulario que no mide ni restringe.

Este lunes, tanto Milei como José Luis Espert, los dos economistas libertarios de derecha que se colaron en la Cámara Baja, estaban convocados a su primer día de trabajo para escuchar al ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández, Martín Guzmán, que expondría el proyecto del presupuesto nacional 2022. Pero Milei faltó a su primera sesión como diputado juramentado.

Espert, electo por la provincia de Buenos Aires por el partido libertario Avanza Libertad, aprovechó para criticar la propuesta de Guzmán con un fuerte discurso. “Los últimos seis planes económicos han hecho explotar la pobreza, la marginalidad y están transformando a la Argentina en una virtual villa miseria”, aseveró.

Pero Milei no se presentó para gritar su ya conocida frase “¡Viva la libertad, carajo!”, porque tenía agendada una conferencia en conjunto con una influencer en Rosario. Es sabido que el economista es un ávido conferencista que incluso ha salido de Argentina para dar charlas en Uruguay, por ejemplo, en donde cobró 25 dólares por persona para quien quisiera escucharlo. En uno de sus eventos en Montevideo llegó a gritarle a la audiencia para que hicieran silencio porque “distraen al que expone”.

Sobre Guzmán, Milei se tuvo que conformar con criticarlo en los medios. “A Guzmán uno lo podría llamar Walt Disney, porque lo que va a presentar son todos dibujos y dan risa, como el presupuesto, por la cantidad de inconsistencias que tiene. Esto para los argentinos termina siendo tragicómico, porque esos fallos le van a generar daño a la población”, manifestó en entrevista con Radio 2 de Rosario.

Un diputado incendiario

El diputado bonaerense se ha hecho camino en la política a punta de alzar la voz y con un discurso efectiva y rimbombante contra las “castas”.

Cuando fue electo, en su mitin de celebración también hubo controversia: aparecieron banderas confederadas (usada por los esclavistas sureños durante la guerra civil estadounidense), hubo alusiones al nazismo e incluso armas de fuego.

Milei viene a presentar ideas que sedujeron principalmente a jóvenes de clase media alta y sectores de derecha que no se habían sentido representados ni siquiera por las ideas de Mauricio Macri, el abanderado del neoliberalismo argentino. Así llegó a capitalizar su propuesta con 17% de los votos bonaerenses.

Es un defensor de la total liberalización de las armas y, dicho esto, parece haberlas atraído a ese evento. El jefe de seguridad apareció en el escenario y se paró frente a un asistente de la primera fila: lo señaló con el dedo con la mano izquierda y con la otra empuñó el revólver que llevaba en la cintura sin llegar a desenfundarla. En seguida, otros custodios entraron para sacar al enervado agente que se fue dando como pequeños saltos.

Muy a pesar de su discurso en pro de la libertad de los individuos, se opone al derecho al aborto y ha trascendido que trabajó para el genocida Antonio Domingo Bussi, exgobernador de la provincia de Tucumán y acusado de más de 800 delitos de lesa humanidad y señalado por haber ocultado que tenía patrimonio en el extranjero siendo funcionario público.

Milei ha defendido a Bussi y remarcó que el represor actuante durante la dictadura argentina “fue elegido por la voluntad del pueblo”, en alusión a que fue electo como diputado cuando se reinstauró la dictadura. Nunca llegó a ser aceptado por la Cámara y en los años posteriores se enfrentaría a procesos penales que derivarían en una condena de cadena perpetua y la pérdida de su estatus de militar retirado.