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Por no estar vacunado, Bolsonaro no puede entrar a comercios o restaurantes de Nueva York

El mandatario ultraderechista, ávido relativizador de la pandemia, no se ha vacunado y tener el esquema completo es requisito para ingresar a los negocios neoyorquinos.

Foto: redes sociales de la Presidencia de Brasil
Foto: redes sociales de la Presidencia de Brasil

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, tuvo que comer en la calle durante su visita a Nueva York ya que él ha decidido y hecho público que no está vacunado contra el COVID-19, un requisito ordenado en Nueva York por las autoridades a todo comercio que reciba público.

Después de llegar a La Gran Manzana el domingo para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario ultraderechista salió a comer pizza con varios de su ministros y otros integrantes de su comitiva, pero tuvieron que hacerlo de pie en una vecera cerca del hotel donde están hospedados.

Bolsonaro no puede acudir a ningún local comercial como tiendas, supermercados, bares o restaurantes, que estén cerrados o bajo techo, debido a que no está inmunizado contra el coronavirus.

Desde la Presidencia de Brasil han querido darle otro tinte a la situación, aduciendo que el hecho de que el mandatario haya comido en la calle se debe “a su sencillez”, porque además escogió comer pizza en un lugar que vende porciones que se sirven en papel.

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“Una gripecita”

Jair Bolsonaro ha sido un ávido relativizador de la pandemia del COVID-19, y ha dicho que será “el último brasileño” en vacunarse. Cuando iniciaba la crisis sanitaria global llegó a manifestar que, para él, el mortal virus era “apenas una gripecita” y aseguró que los brasileños son “una raza distinta” resistente a estas enfermedades.

“A mi entender se está sobredimensionando el poder destructor de ese virus. Tal vez se lo esté potenciando incluso por cuestiones económicas”, había aseverado a la prensa en marzo de 2020, y a finales del mismo mes vaticinó que “ya se está yendo”. Está demás aclarar que el virus no se fue.

También tiró a la discusión algunas teorías conspirativas sobre las vacunas: “Si te conviertes en caimán, es tu problema. Si te conviertes en Superman, si le sale barba a alguna mujer o si un hombre empieza a hablar agudo, [el laboratorio] no tiene nada que ver con eso” (dicho el 18 de diciembre de 2020, sobre posibles efectos colaterales de las vacunas, con 185.000 muertos por entonces sobre sus hombros).

Sobre las mascarillas adujo que habían “estudios” (que nunca mostró) que alertaban que “las máscaras son perjudiciales para los niños, con criterios de irritabilidad, dolores de cabeza, dificultad de concentración, disminución de la percepción de felicidad, rechazo a ir a la escuela o a la guardería, desánimo, menor capacidad de aprendizaje, vértigo, cansancio”. Cuando lanzó esta afirmación falsa, el 25 de febrero de 2021, ya Brasil había perdido 250.000 vidas por la pandemia.

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