no al bloqueo

La resurgente izquierda latinoamericana rechaza la política de EE.UU. hacia Cuba

La administración Biden no ha flexibilizado el embargo contra la isla cubana y más bien ha reforzado su postura.

Foto: granma.cu / Ismael Batista Ramírez
Foto: granma.cu / Ismael Batista Ramírez

Estados Unidos ha redoblado sus esfuerzos por presionar al gobierno de Cuba, actualmente conducido por Miguel Díaz-Canel, heredero de la batuta del Partido Comunista que le pasaron los hermanos Castro.

Pero muchos países de América Latina y el Caribe, una región aún marcada a fuego por los respaldos de Washington a golpes de Estado y dictaduras durante décadas, ha ido desplazándose hacia la izquierda de nuevo luego de una corta fase de gobierno de derecha, extrema derecha y neoliberalismo. Los nuevos líderes socialistas y socialdemócratas ya han rechazado que el gobierno de Joe Biden haya impuesto nuevas sanciones contra las autoridades cubanas por reprimir las inusuales protestas sucedidas durante el mes de julio en contra del gobierno.

Biden califica a Cuba como un “estado fallido” y criticó las restricciones a las libertades políticas, de opinión y de congregación. Si bien las nuevas sanciones son en gran parte simbólicas, sugieren que no se producirá un regreso a un período de distensión bajo el ex presidente Barack Obama.

Washington cuenta con el apoyo de gobierno de derecha, como los de Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala y Honduras, pero en general solamente 20 ministros de Relaciones Exteriores del mundo firmaron una carta de rechazo hacia el gobierno de Díaz-Canel, mostrando lo aislado que esta EE.UU. en su lucha contra el comunismo cubano, según dijeron analistas citados por Reuters.

Incluso los aliados de Estados Unidos como Canadá, que han condenado la represión cubana y apoyado el derecho a la libertad de expresión de los manifestantes, no firmaron la misiva.

Izquierda unida

En el otro lado del espectro, un grupo de gobiernos de izquierda de Latinoamérica y el Caribe han centrado su reacción en la contribución del embargo estadounidense a la actual crisis humanitaria del país, e instaron a EE.UU. a levantar dicho bloqueo y las sanciones. México, Nicaragua, Venezuela y Bolivia incluso han enviado ayuda a la isla.

Estas divisiones regionales salieron a la luz la semana pasada cuando la Organización de Estados Americanos tuvo que posponer una reunión sobre la situación en Cuba debido a las objeciones de más de una docena de Estados miembros.

“Cualquier discusión solo podría satisfacer a los halcones políticos con miras a las elecciones de mitad de período en Estados Unidos, donde ganar el sur de Florida con el respaldo de los exiliados cubanos sería un premio”, escribió el embajador de Antigua y Barguda ante la OEA, Ronald Sanders, en una columna de opinión publicada en el portal Caribbean News Global.

La Comunidad del Caribe, que agrupa a 15 naciones caribeñas que son miembros, más cinco Estados asociados, escribieron una carta a la OEA para que reconsidere su “improductiva” posición respecto a Cuba.

Algo parecido hizo el gobierno de México, gobernado por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien el mes pasado dijo que la OEA debería “ser reemplazada” por un organismo que sea “verdaderamente autónomo” y no “un lacayo de nadie”, al tiempo que reiteró su apoyo a Cuba.

Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que estaba “profundamente decepcionado” porque la reunión de la OEA no se llevó a cabo, y agregó: “El pueblo de las Américas tiene derecho a escuchar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación en Cuba”.

 

 

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