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Myanmar sigue en guerra: Ejército retoma control de ciudad controlada por la resistencia civil

El movimiento de resistencia popular birmano había controlado la ciudad de Mindat, pero fue recuperada por el ejército perpetrador del golpe de Estado de febrero.

Dos soldados de la junta son vistos fuera del Departamento de Salud Pública en Mindat a principios de mayo. Foto: Organización de Derechos Humanos de Chin / Facebook
Dos soldados de la junta son vistos fuera del Departamento de Salud Pública en Mindat a principios de mayo. Foto: Organización de Derechos Humanos de Chin / Facebook

El ejército de Myanmar (Birmania) asumió de vuelta el control de la ciudad de Mindat, en el estado de Chin (al oeste del país) después de tres días de enfrentamientos contra un movimiento de residencia civil que lucha contra la dictadura militar instaurada por las fuerzas armadas el 1° de febrero de este año.

Los combatientes, todos civiles y pobremente armados, fueron abatidos y se retiraron ante el avance de los militares, según reporta el periódico local Myanmar Now.

Los guerrilleros informaron que decidieron abandonar la batalla para evitar un derramamiento de sangre. “No nos estamos retirando por completo. Todavía quedan algunos de nosotros en la ciudad”, declaró al medio un líder de la resistencia local que se hace llamar Shwe Jo Phyu. “Su estrategia es rodearnos a todos. No lucharemos contra sus ofensivas y dejaremos que la ciudad sea destruida”, añadió.

Al menos cinco civiles y cinco militares han muerto en los combates en los últimos días, según cifras publicadas por la prensa local, aunque se teme que el número de víctimas aumente drásticamente a medida que se releve más información.

La retirada de las fuerzas opuestas a la junta militar se produjo después de que las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido exigieran el sábado por la noche el fin de la violencia militar contra la población civil.

“El uso de armas de guerra por parte de los militares contra civiles, incluida esta semana en Mindat, es una demostración más de las profundidades a las que se hundirá el régimen para aferrarse al poder. Hacemos un llamado a los militares para que cesen la violencia contra los civiles”, dijo la embajada de Estados Unidos en Birmania en Twitter.

La embajada británica expresó que “los ataques contra civiles son ilegales y no pueden justificarse» y pidió que se envíen a las Naciones Unidas pruebas de las atrocidades cometidas por los militares para que «los perpetradores puedan rendir cuentas”.

 

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