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Golpe de Estado en Myanmar: El Ejército tomó el poder por la fuerza y se mantendrá un año

Las Fuerzas Armadas declararon un estado de emergencia y desconocieron las últimas elecciones presidenciales de 2020. Aducen que hubo fraude pero nunca presentaron pruebas.

A la izquierda, la consejera del gobierno de Myanmar, Aung San Suu Kyi. A la derecha, el general Min Aung Hlaing. Fotos: Wikimedia Commons
A la izquierda, la consejera del gobierno de Myanmar, Aung San Suu Kyi. A la derecha, el general Min Aung Hlaing. Fotos: Wikimedia Commons

El ejército de Myanmar declaró este lunes que se hacía con el poder por la fuerza propinando un golpe de Estado a la consejera de Estado Aung San Suu Kyi y deteniendo a integrantes gubernamentales.

La mañana del 1° de febrero, la consejera y el presidente Win Myint fueron arrestados por los militares que desconocen los resultados de las elecciones del 8 de noviembre de 2020 en las cuales el partido de Aung San ganó con el 58.6%.

En un video transmitido por el canal de televisión de propaganda propiedad del ejército NAME, los militares dijeron que esta decisión fue «necesaria» para preservar la «estabilidad del Estado» y acusaron la comisión electoral nacional de no haber condenado las «enormes irregularidades» que se produjeron, según dijeron, en las elecciones de noviembre.

El golpe y los arrestos de la consejera, el presidente y varios ministros y funcionarios se produjeron después de varios días de tensiones entre el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas. El portavoz Myo Nyunt dijo a Reuters por teléfono que Suu Kyi, el presidente Win Myint y otros líderes fueron «llevados» en las primeras horas de la mañana. «Quiero decir a nuestra gente que no responda de forma precipitada y quiero que actúen conforme a la ley», afirmó, agregando que era seguro que él iba a ser detenido también.

Condena internacional

Los acontecimientos del lunes causaron estupor y condena a nivel nacional, y el primero en salir a condenarlos fue el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien aseveró que eran «un duro golpe a las reformas democráticas» en instó a todos involucrados a abstenerse de cometer violencia y respetar los derechos humanos, según se lee en un comunicado difundido por uno portavoz.

Por su parte, el secretario de Estado de los Estados Unidos (equivalente al ministro de Relaciones Exteriores), Anthony Blinken, emitió un comunicado en el cual dijo: «Hacemos un llamado a los líderes militares birmanos para que liberen a todos los funcionarios gubernamentales y líderes de la sociedad civil y respeten la voluntad del pueblo de Birmania expresada en las elecciones democráticas del 8 de noviembre». El presidente Joe Biden instó a los responsables «y a todas las partes a adherirse a las normas democráticas y el Estado de derecho», liberando a quienes fueron detenidos.

El gobierno de Australia también repudió el golpe de Estado y dijo estar «profundamente preocupado» por los sucedido. Asimismo India emitió una carta en la cual expresó «su apoyo al proceso de transición democrática en Myanmar (…) Creemos que se debe defender el estado de derecho y el proceso democrático. Estamos monitoreando la situación de cerca».

Los militares cuestionan las elecciones

La Liga Nacional Democrática (LND) ganó las elecciones de 2020 con 58.6% de los votos, siendo liderado por Aung San Suu Kyi, quien a pesar de su amplia popularidad y su gran currículo de premios humanitarios no puede asumir el poder porque la Constitución del país le prohibe por tener hijos con pasaporte extranjero.

Los militares tienen su propia fuerza política, el Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (PUSD) que obtuvo el segundo lugar con 5.9% y desconocen los resultados aduciendo fraude.

La mayoría del Senado también fue obtenida por la LND que tiene el 61.6% de los escaños (138 senadores) y el PSUD tiene 3.1% (7 legisladores).

Tras el golpe de Estado, los militares tomaron el control de las redes sociales y el canal de televisión público MRTV para difundir sus mensajes defendiendo la avanzada.

Los golpistas no han presentado pruebas de las irregularidades o supuestos hechos fraudulentos.

La Corte Suprema está considerando actualmente sus reclamos, pero la situación se agravó la semana pasada cuando el hoy encargado de facto, Min Aung Hlaing, amenazó con abolir la Constitución.

El sábado, el ejército, también conocido como Tatmadaw, pareció dar marcha atrás diciendo que los medios de comunicación habían sacado de contexto los comentarios del general pero terminaron cometiendo el golpe el lunes y aseguran que se mantendrán por un año en el poder.

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