Portugal despenalizó la eutanasia

El Parlamento de Portugal aprobó por una amplia mayoría este viernes la despenalización de la eutanasia, una ley que se podrá aplicar ni bien sea ratificada por el presidente Marcelo Rebelo de Sousa.

Según la presidenta de la bancada del Partido Socialista (el gobernante en Portgal), la legislación es «totalmente plural, que que respeta a quien escoge el día de su muerte con la ayuda de terceras personas».

La votación fue bastante holgada: 136 diputados votaron a favor y entre las contras y las abstenciones se sumaron 78.

Condiciones de la ley y protestas de la oposición

Toda persona mayor de 18 años, que padezca una enfermedad terminal o que esté sufriendo un dolor duradero e insoportable podrá solicitar acceder al derecho de la eutanasia con la ayuda de terceros, exceptuando a aquellas personas que no están mentalmente capacitados para tomar la decisión.

Solamente podrán solicitar eutanasia personas con ciudadanía portuguesa y quienes tengan el estatus de residencia legal, una restricción que tiene como fin impedir que haya una suerte de turismo de eutanasia, como sucede en otras naciones que sí aceptan aplicarla a extranjeros no residentes.

El opositor Partido Social Demócrata (PSD) protestó en el momento de la votación asegurando que hay un «gran ansiedad y miedo entre la gente que tiene que ver con cuestiones de vida o muerte» por la pandemia del coronavirus.

El país de la Península Ibérica, que tiene poco más de 10.28 millones de habitantes, es el séptimo en el mundo en despenalizar la eutanasia junto con Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, España, Canadá y Colombia.

Suiza tiene un sistema de suicido asistido particular porque separan esta figura de la eutanasia, que sigue siendo ilegal. Si bien el Estado facilita los fármacos que se deben tomar para morir, es el paciente el que debe ingerirlos personalmente y por sus propios medios. Si una tercera persona se los introduce en la boca se configura un delito.