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Trump defiende a pistolero que mató a dos manifestantes en Wisconsin

Un joven de 17 años disparó con un rifle semiautomático contra personas que marchaban contra el racismo y la brutalidad policial. Trump se negó a condenar el hecho.

Foto: Flickr / The White House
Foto: Flickr / The White House

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, defendió a un joven de 17 años que asesinó con un rifle semiautomático a dos personas en las protestas de Kenosha, Wisconsin, asegurando que solamente intentaba escapar y «habría sido asesinado» por los manifestantes si no hubiese abierto fuego.

En la tercera noche de protestas, Kyle Rittenhouse, de 17 años, disparó a tres manifestantes, dos de ellos fatalmente, con un rifle de asalto.

«Estaba tratando de alejarse de ellos… Y luego se cayó y luego lo atacaron muy violentamente», aseveró el mandatario. «Supongo que estaba en un gran problema… Probablemente lo habrían matado».

Lo dijo en una conferencia en la Casa Blanca en la que confirmó que este martes viajaría a la localidad a pesar de que los ánimos siguen crispados y su visita podría echarle leña al fuego, según alertaron políticos y líderes sociales locales. La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo en conferencia de prensa que el presidente planeaba inspeccionar los daños en Kenosha y reunirse con los dueños de negocios.

Rittenhouse está ahora acusado con dos cargos de homicidio en primer grado y un tercer intento de homicidio, y será juzgado como adulto, pero su abogado aduce que disparó en defensa propia.

Culpar a los otros

Trump evita constantemente criticar a partidarios suyos que se vean envuelto o causen actos violentos, y tanto esta vez como en decenas de otras anteriores acusa a los «manifestantes de izquierda» a los que ha calificado de «saqueadores» y «matones».

El exvicepresidente demócrata Joe Biden, oponente de Trump en las elecciones del 3 de noviembre, acusó al presidente de avivar la violencia con su retórica y su narrativa, al tiempo que insistió en que se enjuiciara a los alborotadores y saqueadores.

«Esta noche, el presidente se negó a reprender la violencia. Ni siquiera repudiaría a uno de sus partidarios que está acusado de asesinato por sus ataques a otros. Está demasiado débil, demasiado asustado del odio que ha suscitado para ponerle fin», dijo Biden en un comunicado.

El verano septentrional estadounidense se ha visto empañado por la brutalidad policial y el racismo, después de que varios policías asfixiaran al afroamericano George Floyd en Minneapolis, seguido ahora del caso de Jacob Blake en Wisconsin, quien recibió siete balazos por la espalda cuando intentaba subir a su propio auto donde le esperaban -y miraban horrorizados- sus tres hijos.

 

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