BLACK LIVES MATTER

EE.UU.: Las protestas contra el racismo nunca cesaron en Oregon. Trump amenaza con enviar militares

El estado de la costa oeste, ubicado en el medio de los progresistas California y Washington, no ha visto descanso desde que estallaron las protestas por la muerte de George Floyd.

La capital del estado de Oregon, Portland, no ha parado de protestas desde hace varias semanas, en las cuales prácticamente todos los días se ve alguna marcha, manifestación o reunión de personas que siguen pidiendo justicia por la muerte de George Floyd y de otras víctimas de la violencia policial en Estados Unidos.

Los «portlanders», como se les dice, no se olvidan de cómo el policía Derek Chauvin puso su rodilla en el cuello de de Floyd y que, aunque la víctima dijo que no podía respirar, no se inmutó y le causó la muerte. Esto desató miles de marchas en todo el país y más allá de sus fronteras, viéndose manifestaciones en una gran cantidad de naciones en prácticamente todos los continentes.

En el centro de Portland, manifestantes derribaron una estatua de George Washington e incendiaron un recinto policial días atrás. El fin de semana pasado, tiraron abajo barricadas e intentaron ingresar a algunos edificios de la ciudad para protestar.

«La historia te dirá que es una ciudad que es y ha sido racista. Oregon fue creado como utopía blanca», dijo a la prensa Sam Sachs, uno de los miembros de la comunidad que protestaba. Y esto lo dice porque los conflictos raciales se remonta hasta la década de 1800, cuando las leyes aún prohibían a los afrodescendientes permanecer fuera de la ciudad. Incluso cerca al 1900 la Junta de Bienes Raíces de la ciudad estableció un reglamento para prohibir que los agentes inmobiliarios blancos le vendieran a los afrodescendientes, incluso aquellos que ya habían nacido en territorio estadounidense.

Recordando ese momento histórico, el pastor Matt Henneessee dijo el domingo pasado en una congregación: «¿Quieres saber cómo se ve el cansancio? Pregúntanos cómo se ve el cansancio. Porque somos nosotros quienes no pudimos comprar una casa o alquilar un lugar cerca de cierta zona porque nadie quería que personas como nosotros estuviéramos allí. No podíamos ir a esta o aquella escuela o no podíamos hacer cosas diferentes».

«Es muy importante que nos unamos, y no estoy tan preocupado porque estemos cansados, estoy muy preocupado por el mundo que podemos hacer juntos», agregó el líder religioso.

Trump amenaza

El presidente estadounidense, Donald Trump, hace caso omiso a las peticiones de hacer cambios radicales en las fuerzas policiales y, más bien, sigue tratando a los manifestantes como «alborotadores».

El pasado lunes, elevó el tono y amenazó con enviar fuerzas federales a ciudades como Nueva York, Chicago, Oregon, Filadelfia y Baltimore, entre otras, para tratar de contener lo que considera «violencia» que es «peor que la de Afganistán».

«No vamos a dejar que Nueva York, Chicago, Filadelfia, Detroit y Baltimore, Oregon y todo esto, Oakland, sean un desastre. No vamos a dejar que esto suceda en nuestro país», dijo el mandatario en rueda de prensa en la Casa Blanca el martes.

Por su parte, el gobierno estatal de Oregon rechazó la decisión de Trump de enviar militares a Portlan y demandó a varias agencias federales por «violar los derechos civiles» de los manifestantes.

Diferentes autoridades de la ciudad de Oregon han inervenido para oponerse el presidente. De hecho, el pasado domingo se supo que la fiscal general de Oregon, Ellen Rosenblum, exigió que el Gobierno federal detenga sus polémicas tácticas para hacer frente a las protestas en Portland.

 

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