Con un mitín medio vacío Trump reactiva su campaña por la reelección

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, retomó su campaña por la reelección en medio de críticas por convocar a una multitud a aglomerarse en un lugar cerrado sin distanciamiento social ni medidas sanitarias y porque varias personas de su equipo de campaña han dado positivo por coronavirus en las últimas horas.

El estadio ubicado en Tulsa, Oklahoma, tenía una capacidad para 19 mil personas y el mandatario fue muy cuidado en compartir fotos con ángulos bastante cerrados para ocultar la realidad: más de la mitad del recinto estaba vacío, a pesar de que había asegurado que llegarían cientos de miles y se instalaron pantallas gigantes en los alrededores.

«Grandes multitudes se alineando en Tulsa. Mi campaña ni siquiera ha empezado aún. Empieza este sábado por la noche en Oklahoma!», vaticinaba el presidente el viernes. Mientras, el número de casos de COVID-19 en el estado se disparaban: se han acumulado un total de 10.037 contagiados y 368 fallecidos.

Más peligroso aún, en el condado de Tulsa se ha registrado un nuevo récord de contagios este mismo sábado, según medios estadounidenses.

Birdseye view of the more than half-empty Trump rally…pic.twitter.com/4JtbdCQpoO

— Rex Chapman🏇🏼 (@RexChapman) June 20, 2020

 

Números inflados

Durante la semana, el equipo de campaña del mandatario republicano había comunicado que se estaban contabilizando casi 1 millón de tickets para el mitín, el primer acto de campaña para las elecciones de noviembre. Sin embargo, esa supuesta gran cantidad de personas no llegó a materializarse.

El equipo de Trump acusó al movimiento Black Lives Matter de no permitir a los partidarios del presidente acercarse hasta el Bank of Oklahoma Center, donde se realizó el evento.

De hecho, hubo críticas a que el evento se realizara precisamente en Tulsa, donde en 1921 tuvo lugar una gran matanza de personas afroamericanas entre el 31 de mayo y el 1° de junio. En esa ocasión, grupos de personas blancas, ultranacionalistas y racistas atacaron a residentes negros e incendiaron sus negocios y viviendas. El ataque, coordinado desde aviones privados y desde tierra, ha sido catalogado como «el peor incidente de violencia racial en la historia de Estados Unidos» en el que entonces era considerado el barrio de afroamericanos más rico del país.

Más de 800 personas fueron hospitalizadas en estado grave y unas 6.000 tuvieron que recibir atención médica por los ataques. La Oficina de Estadísticas Vitales de Oklahoma registró oficialmente 36 muertos, pero la Cruz Roja Americana se negó a proporcionar una estimación. Un examen de los eventos de la comisión estatal de 2001 pudo confirmar 36 muertos, 26 negros y 10 blancos, según informes de autopsias contemporáneos, certificados de defunción y otros registros. Organismos independientes calcularon más bien entre 75 y 100 o entre 150 y 300 muertos, haciendo otras mediciones.