Costa Rica registra la menor tasa de mortalidad por COVID-19 en el continente

Costa Rica ha logrado contener la pandemia del coronavirus de un forma que ningún país en el continente lo ha hecho. Hasta los primeros días de mayo, y tras casi dos meses desde la aparición de los primeros casos, tiene una tasa de mortalidad del 0.81%, la más baja de América.

En cuanto a víctimas fatales por millón de habitantes, Costa Rica registra apenas una. En contraste, Estados Unidos tiene 211, Canadá 102, Ecuador 89, Panamá 47 y Perú 41.

El fenómeno no es tan extraño, si se toma en cuenta que Costa Rica cuenta, desde la década de 1940, con un seguro de salud pública de acceso universal para todas las personas, incluso los no residentes que se encuentren en su país. Cuenta con 29 hospitales y cientos de clínicas y pequeños centros de salud -llamados Equipos Básicos de Atención Integral en Salud, EBAIS- que descentralizan la atención médica y evitan las aglomeraciones. Esta amplia red permite hacer un seguimiento personalizado a los pacientes con coronavirus y rastrear a sus contactos rápidamente.

Medidas efectivas

El gobierno del presidente Carlos Alvarado instaló rápidamente una serie de medidas para frenar la propagación del COVID-19, apenas se confirmaron los primeros seis casos el pasado 6 de marzo.

Se cerraron las fronteras con Nicaragua y Panamá (dos países con situaciones sumamente complicadas), se restringió la circulación de vehículos privados, transporte público y transeúntes, se ordenó el cierre de negocios considerados no esenciales y se limitó la capacidad de locales de venta de comidas y tiendas.

Recién el fin de semana gimnasios, salones de belleza, talleres mecánicos y cines comenzaron a reabrir, aunque con ciertas limitaciones que se irán evaluando sobre la marcha para su eventual levantamiento.

El ministro de Salud, Daniel Salas, ha sido contundente y no ha tenido miramientos para regañar a la población. “¡Reaccionen, por favor, reaccionen!”, dijo este médico de 43 años al inicio de la pandemia. Por otro lado, el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (estatal) está creando un suero para tratar a pacientes graves. Asimismo, el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud logró secuenciar el genoma del SARS COV-2, que causa el COVID-19.