Yemen: balance de una guerra “no civil” en 38 instantáneas

Foto de archivo: © REUTERS / Anees Mahyoub
Foto de archivo: © REUTERS / Anees Mahyoub
  1. Coincidiendo con el quinto aniversario de la agresión militar a Yemen por parte de una coalición formada por 18 países, dirigida por EEUU y capitaneada por el Reino de Arabia Saudí (RAS), Riad anunció un alto el fuego unilateral de dos semanas «para prevenir un brote del coronavirus en Yemen». Los hutíes, que no distinguen entre un alto el fuego y una propuesta de paz, pusieron como condición la retirada de las fuerzas extranjeras y el fin del bloqueo mortal impuesto desde 2016 por tierra, mar y aire, siendo parte elemental de esta despiadada guerra. Horas después, la coalición —que demuestra la farsa de «los países musulmanes contra Occidente»—, reanudó los ataques, mientras Save the Children advierte sobre una explosión inminente de casos de coronavirus en el país. Los yemeníes no tienen miedo y esperan resignados al COVID19: se han acostumbrado a la muerte.
  2. Esta nación, ya antes de la aparición del virussufría la peor crisis humanitaria del mundo. Para más inri, la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), departamento «humanitario» de la CIA, ha reducido la ayuda a las zonas hutíes en 200 millones de dólares anuales como medida de presión al grupo.
  3. Descartando la compasión como un rasgo de la coalición, y tenido en cuenta que en cinco años ha matado a cerca de 100.000 civiles, bombardeando bodas, funerales, escuelas, autobuses escolares, hospitales, depósitos de agua y de trigo, campos de refugiados; provocando la huida de millones de personas de sus hogares, una hambruna que afecta a dos millones de niños gravemente desnutridos (5.000 de ellos, muertos en los tres primeros años de la guerra) y a 24 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria; desempleo, inflación, además de la propagación de cólera (el peor brote del mundo), difteria, dengue y malaria. Todo ocultado bajo un cuidadoso bloqueo informativo. Se plantean varias hipótesis de tal repentina oferta:
  4. La necesidad del RAS de centrarse en detener la propagación del virus en su país. Decenas de príncipes han dado positivo. El gobernador de Riad, Faisal bin Abdulaziz está en cuidados intensivos. Por lo que, debido al bloqueo no son los yemeníes quienen contagian a los saudíes, sino al revés. debido a la presencia de miles de soldados de la coalición en el suelo yemení.
  5. Que se trate de una maniobra mediática para limpiar su imagen, hecha trizas y manchada de sangre de los jeques saudíes, justo cuando el Secretario General de la ONU pide un alto el fuego en todas las guerras para combatir el virus.
  6. Poner fin a la agresión es el deseo del príncipe y heredero golpista Mohammad Bin Salman (MBS), quien lanzó esta guerra cuando era ministro de defensa. Ha encontrado en el virus una oportunidad para salvar la cara, ante el fracaso en sus metas, mientras los hutíes le siguen poniendo en jaque.
  7. Riad se conforma con lo que ha ganado, ya que una victoria absoluta requiere enviar tropas terrestres a un país donde las condiciones del terreno se lo impiden. Los mercenarios locales de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y RAS simplemente cobran su sueldo sin molestarse en combatir. Y un ejército clásico como el saudí no podrá luchar contra la guerrilla de Ansarulá, brazo armado de los hutiés y grupo de extrema derecha chiita que incluye el martirio entre los objetivos deseados de sus integrantes. Esta falta de fuerzas terrestres es uno de los motivos por los que la coalición recurre a los bombardeos indiscriminados.
  8. Huir de la responsabilidad de la catástrofe que provocará que el virus se expanda en Yemen.
  9.  La desintegración de la coalición: Qatar fue expulsado del grupo en julio del 2017, acusado de donar un millón de dólares a los hutíes, según Egypt Today. El 3 de mayo del 2018, la policía yemení arrestó al ciudadano qatarí Mohsen Saleh al-Karbi, un supuesto oficial de inteligencia, por prestar asistencia militar a los rebeldes a través de Omán. En su batalla por debilitar al RAS y los EAU —país dirigido por otro príncipe de tinieblas, Mohammed bin Zayed—, Doha utiliza el canal Al Jazeera para exponer los crímenes de guerra en Yemen. Por su parte, EAU, con intereses propios en este país, creó en 2017 la milicia llamada Resistencia Nacional a espaldas de Riad, y en julio del 2019 abandonó la coalición, mientras con el apoyo de las tropas de EEUU ocupaba la isla extraterrestre de Socotra, ubicada en el Océano Índico; Suadan redujo el número de sus soldados de 40.000 a 600 y Pakistán y Egipto se negaron a enviar tropas a la ratonera yemení. Además, el propio ejército nacional respaldado por Riad está dividido entre los leales a la Hermandad Musulmana (una especie de Opus Dei sunnita, patrocinada por Qatar y Turquía) y los alineados con el clan del expresidente Saleh, favoreciendo al avance de los hutíes.
  10. La bancarrota de Arabia debido a la caída brusca del precio del petróleo, así como los gastos abrumadores de sus otras injerencias en Libia, Sudán, Siria e Iraq. En Yemen, según el Centro estadounidense para el Interés Nacional, la guerra le ha costado a Riad la friolera de 100.000 millones de dólares.

Los logros de Arabia

  1. Mantener el condominio político-militar sobre el destino de Yemen junto con EEUU.
  2. Acabar con el modelo multipartidista de Yemen frente a las dictaduras unipersonales de la zona.
  3. Frenar la emigración de miles de yemenís, levantando un muro en la frontera con alambre de púas incluido.
  4. Presentar un conflicto social y luego geopolítico como inter-islámico, entre chiitas y sunnitas e Irán- Arabia. El motivo del levantamiento armado de los hutíes en 2014 no fue religioso, sino su discriminación por los gobernantes bajo el mando del presidente chiita Ali Abdulah Saleh, al que mataron en 2017. En realidad, la división sectaria actual no es la causa del conflicto, sino el resultado de la fractura social y política del país, el enquistado conflicto entre los nasseristas, marxistas y monárquicos, además del abuso de las potencias regionales y mundiales.

Los objetivos no conseguidos de Arabia

  1. Derrotar a los hutíes, que han ido mejorando su tecnología y han pasado de la estrategia defensiva a la ofensiva, atacando el territorio de los agresores con drone, como al aeropuerto internacional de Abu Dabi, el misterioso incendio de Aramco, e incluso derribar el drone MQ-9 de EEUU. La propia duración de la guerra no solo ha mejorado la habilidad de los rebeldes y cansado al enemigo, sino que con cada persona asesinada por la coalición, varios miembros de su familia se han ido integrando a los combates para vengarse.
  2. Devolver al poder al presidente yemení Mansour Al Hadi, derrocado en 2014 por los hutíes y exiliado en Riad, y «restaurar la legalidad», que fue el pretexto de la guerra.
  3. Presentar la intervención como un triunfo sobre Irán: ¡si no ha podido ni vencer a una pequeña milicia mal armada!
  4. Mostrar la valía de MBS, entonces el ministro de Defensa, ante los príncipes rivales como garante de la seguridad nacional. Por lo que se ha puesto a detenerlos.
  5. Atemorizar a los chiítas de Arabia (a pesar de ejecutar a su Jomeini ) y los de Bahréin (a pesar de aplastar su «primavera»): los inesperados logros político-militares de los hutíes han puesto en ridículo los almacenes de armas saudíes, mostrando que no es más que un «tigre de papel».
  6. Coordinar las variopintas fuerzas anti hutíes del país, aunque éstos tampoco han sabido crear alianzas con otros grupos opositores a Hadi y a los agresores.
  7. Y por encima de todo: que EEUU le ayude a ganar la guerra, y así fortalecer a la familia del rey Salman. La amenaza humillante de Trump de derrocar al monarca saudí muestra la mirada de la superpotencia hacia su «aliado». 

EEUU, el ganador absoluto

  1. Washington ha logrado pasar desapercibido en esta guerra, cumpliendo con la táctica inventada por Obama de Leading from Behind «Dirigir desde Atrás»: crear coaliciones capitaneada por otros le sacará de los focos a EEUU después del fiasco cometido por Bush en Iraq. Así lo hizo el también presidente Nobel de la Paz en su complot contra Libia. Es falso que EEUU y Europa sólo presten apoyo logístico a los países sunnitas de la «coalición»: un día antes del ataque, John Kerry viajó al RAS, y un día después, Riad anunciaba la guerra a través de su embajador en Washington. En febrero del 2016, el ministro de Exteriores saudí, Adel al-Jubeir confesó que los oficiales militares británicos y estadounidenses están trabajando «en el centro de comando y control para ataques aéreos en Yemen».
  2. La superpotencia ha logrado gran parte de sus propósitos, que no eran obviamente restablecer en el poder a una élite incompetente derrocada por unos hutíes desarrapados y refugiada en Arabia, teniendo en cuenta lo que cuesta el despliegue militar de tantos países durante tantos años.
  3. Ha proseguido con el proyecto de reconfigurar el mapa de Oriente Próximo, iniciado tras el fin de la URSS, desmantelando estados, cambiando fronteRas. La invasión extranjera en Yemen ha transformando su conflicto tridimensional en unA guerra civil. Los señores de la guerra, patrocinados por las potencias extranjeras, mandan en distintas regiones ante la ausencia de un poder central, derivando el país hacia su balcanización.
  4. Militarizar el Bab el-Mandeb (Puerta de las Lamentaciones), que une el Mediterráneo con el Océano Índico, y además de ser una de las principales rutas comerciales de China, es para Israel su único enlace con el Mar Rojo.
  5. Hacerse con el control total del Cuerno de África.
  6. Sabotear el proyecto de China acordado con el presidente Ali Abdullah Saleh en 2010 de (1) alquiler los puertos yemenís como piezas del llamado «Collar de perlas» en las vías marítimas estratégicas de la «Ruta de la Seda del Siglo XXI», y (2) explotar el petróleo de las cuencas de Masila y Shabwa. Yemen permanecerá en la órbita de EEUU.
  7. Crear un gran mercado para las armas de la OTAN: solo en 2019, el gobierno de Trump aprobó la venta de una partida de armas por 8.100 millones al RAS. EAU, gracias a Yemen, se ha convertido en otro gran cliente de dichos artefactos. Por el medio, se enriquecen también los intermediarios y los mandatarios de los países vendedores, que cobran sobornos para tener aliciente y así resistir a la presión de la opinión pública, que ya es consciente de los crímenes de guerra que se están cometiendo contra los yemeníes. Por lo que, a los amos militares del planeta les interesa alargar las guerras -que pueden ganarlas en pocas semanas-, para seguir vendiendo armas y llevar adelante sus proyectos estratégicos aprovechando la ausencia de un movimiento antimilitarista mundial.
  8. Durante la pandemia, el buque saudí Bahri Yanbu recogía armas de los puertos franceses y españoles. Y ¿saben lo que es peor que vender armas a la familia al Saud? El contratista británico BAE Systems plc, que gana 60 millones de dólares al año sólo para enseñar a los pilotos saudíes a manejar los aviones Typhoon y tener una certera puntería para matar a yemeníes, también fabrica aparatos de respiración para los súbditos de la reina Isabel II y «ayudar» a detener la covid-19. Los británicos han vendido armas por valor de 15.000 millones de dólares a los saudíes desde la agresión contra Yemen.
  9. «¡Sufriréis otro 7/7!» fue la amenaza de Bandar Bin Sultán, jefe de la inteligencia saudita a Tony Blair si este no detenía una investigación de la Oficina de Fraudes Graves de Gran Bretaña acerca de una comisión de mil millones de libras de la BAE a este jeque. Ocurriría otro atentado parecido al del 7 de julio de 2005 que dejó 56 muertos y unos 700 heridos en el metro de Londres y fue atribuido a Al Qaeda. Teresa Mey bloqueó la publicación de este informe. ¿Significa eso que los dirigentes de las democracias occidentales se dejan intimidar por la dictadura medieval del RAS? Por cierto, los lobos solitarios no existen. En esta división de trabajo sobre Yemen, Suecia entregó su premio Noble de la Paz del 2011 a Tawakkul Karman, miembro del partido Islah -vinculado con Riad y los salafistas yemeníes-, como una inversión en un personaje desconocido, para quizás en un futuro hacerla presidenta de Yemen.
  10. Mantener el control sobre la estabilidad de Arabia y frustrar cualquier cambio en Yemen que afecte a este propósito y por ende a su poderío en la región.
  11. Frenar el regreso de los neosocialistas al poder en el sur de Yemen (que constituyeron el primer gobierno marxista árabe en 1967), y disuadir a las fuerzas progresistas de la región.
  12. Mantener a raya a Irán con otra guerra en sus proximidades, forzándole a firmar el acuerdo nuclear en 2015, y hoy como parte de la campaña de máxima presión contra este país.
  13. Crear una de las rutas comerciales alternativas al Golfo Pérsico: con el plan de una guerra contra Irán encima de la mesa, EEUU y el RAS diseñaron en 2007 dos rutas alternativas para el suministro del petróleo, esquivando el Golfo Pérsico, según un cable de Wikileaks del 2008: (1) El oleoducto Trans-Arabia (construido en 2012), que conduce el petróleo del RAS y de los EAU al mar arábigo a través de Omán, y (2) El oleoducto saudí-yemení, que pasaría por la gobernación de Hadramaut para alcanzar el Golfo de Adán. Esta región rica en petróleo, agua y oro es de las pocas que no es bombardeada por la «coalición» a pesar de (¡o!) ser un emirato dirigido por al-Qaeda y el Estado Islámico, que por «casualidad» es el lugar de nacimiento del padre de Bin Laden, Mohammed Bin Ud, un emigrante yemení que hizo fortuna en el RAS.
  14. Desgastar a Riad empujándole a un profundo pantano (la misma táctica que emplea en Siria). EEUU no quiere que Riad gane la guerra: es el segundo suministrador de petróleo de China, ha dejado de utilizar el dólar en su comercio con este país, y quiere un Irán hecho escombros, algo que ni Obama ni Trump están dispuesto a regalarle a los árabes, con el fin de jugar con el factor de equilibrios en la región.
  15. Proteger las inversiones de las compañías occidentales – Total, Hunt Oil Texas, Halliburton, Baker Hughes, Schlumberger, entre otras, mediante una contundente presencia militar en la zona.¿E Irán?
  1. El fracaso de Irán es político, mientras el del RAS ha sido militar. Su plan de paz para Yemen ni fue estudiado por las potencias. No ha ganado nada en este país, pero ha disfrutado del hundimiento de los jeques en este pantano. Irán utiliza a los hutíes para disuadir a los saudíes, a sabiendas de que la milicia no tiene ninguna posibilidad de gobernar el país. El 2 de enero, EEUU al mismo momento que asesinaba al general Soleimaní en Iraq, también lo intentó con su compañero, el oficial Abdol Reza Shahla,i en Yemen. No lo consiguió, lo cual muestra que la acusación de Trump de que Soleimani iba atentar contra las fuerzas de EEUU en Iraq era falsa. Washington quiso poner fin a su cohabitación coordinada con Teherán en Bagdad, presionado por Israel, Arabia Saudí y Turquía.
  2. Ajeno a todo este tablero, el pueblo yemení necesita urgentemente paz y el fin del bloqueo.

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