HAMBRE

El coronavirus afecta las cadenas mundiales de suministro de alimentos

Falta de suministros para sembrar y trabajadores que no pueden viajar a los campos. El mundo está frenado y se podría venir una gran crisis alimentaria pronto.

Foto: Pixabay
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En todo el mundo, cientos de millones de trabajadores no pueden llegar a los campos para plantar o cosechar frutas y verduras. Hay muy pocos camioneros para mantener las mercancías en movimiento en más de 200 países que ya están siendo afectados por el coronavirus.

La capacidad de carga aérea para productos frescos se ha desplomado a medida que las aerolíneas dejan sus aviones en tierra. Y en los puertos se ve una importante escasez de contenedores de alimentos para el envío debido a una caída en los viajes desde y hacia China.

En India, el gobierno decretó una cuarentena total y obligatoria para los más de mil trescientos millones de habitantes, y cientos de millones de sencillos labriegos no pueden hacer su trabajo.

En Florida, en el sureste de Estados Unidos, cientos de miles de migrantes latinos han empezado a faltar a sus trabajos por lo que los productores de sandías y arándanos están empezando a ver cómo sus cultivos se pudren.

Una escasez de mano de obra parecida se vive en decenas de países de Europa, especialmente en lugares como Italia, España y Francia, que han instaurado cuarentenas totales y obligatorias y las plantaciones aguardan a ser cosechadas. Algunos campos ni siquiera han sido plantados con las cosechas para el verano.

El hambre en el horizonte

Tales problemas de producción y distribución de alimentos ilustran la capacidad aparentemente ilimitada de la pandemia para sofocar las economías de todo el mundo y destruir incluso los mercados empresariales y de consumo más esenciales.

Hasta ahora ha habido una interrupción limitada en el suministro de granos básicos como el arroz y el trigo, aunque los problemas con la siembra y la logística están aumentando y hasta esos productos de primera necesidad podrían faltar en los meses venideros.

Según publica Reuters, el granjero indio Anil Salunkhe está alimentando sus vacas con frutillas (fresas) que generalmente están reservadas para las hordas de turistas que visitan sus granjas a las afueras de Mumbai. «Nadie está dispuesto a comprar frutillas debido a la cuarentena», dice el agricultor desde el pueblo de Darewadi, en el distrito de Satara.

Ni siquiera puede regalar sus fresas: con las órdenes de quedarse en casa so pena de castigos severos, pocos aldeanos se aventuraron a salir de sus casas cuando les ofreció las bayas gratis, dijo Salunkhe.

El impacto potencial de las interrupciones en la siembra y la cosecha es más agudo en los países más pobres con grandes poblaciones, según dijo a Reuters Abdolreza Abbassian, economista de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta organización está haciendo esfuerzos particulares en estas semanas para llevar alimentos a los más pobres de los países del tercer mundo, especialmente a los que ya estaban en riesgo de hambruna desde antes.

Los granjeros españoles han reportado una falta casi total de mano de obra migrante, especialmente de la vecina Marruecos, que tienen prohibido salir de su país o ingresar a España. «En unos 15 días, la temporada de arándanos alcanzará su punto máximo hasta mediados de mayo», dijo Francisco Sánchez, gerente de la empresa productora de estas bayas Onubafruit. «Para entonces vamos a necesitar una gran cantidad de mano de obra», alertó.

En Italia se necesitarán unos 200.000 trabajadores temporales en los próximos dos meses, pero el país seguirá por varias semanas más en cuarentena obligatoria.

En Francia, el ministro de Agricultura, Didier Guillaume, llamó a todas las personas que han sido despedidos de sus trabajos a que se conviertan en agricultores para evitar que las cosechas se pierdan.

En Argentina, el principal exportador mundial de harina de soja, las exportaciones se han retrasado a medida que el gobierno intensifica las inspecciones de los buques de carga entrantes y se extiende semana a semana la cuarentena obligatoria.

Si no se reestructuran los sistemas de producción y suministros de alimentos de forma urgente, los meses venideros podrían devenir en hambre en todo el mundo.

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