NADA DE ALIVIO

Lluvias torrenciales empeoran el panorama en Australia

Lejos de ser una ayuda, fuertes lluvias han complicado el trabajo de los rescatistas y bomberos en la crisis sin precedentes.

Foto: Captura de pantalla cortesía de ABC Central
Foto: Captura de pantalla cortesía de ABC Central

El cambio climático es cada vez más visible y Australia es, hoy en día, la postal de lo que nos espera en el futuro cercano. El fuego ha quemado millones de hectáreas y ha calcinado a más de mil millones de animales, y aunque las lluvias torrenciales de los últimos días parecería ser un alivio, las autoridades las miran con recelo y preocupación.

Lejos de ayudar, la lluvia ha empeorado las cosas: En la localidad de Saint Albans, 17 km al noroeste de Melbourne, Victoria, el día de ayer en media hora se registraron 54 milímetros por metro cuadrado de precipitaciones.

“Si lo que estamos viendo ahora son los primeros cambios achacables al cambio climático ¿qué pasará cuando el aumento global de las temperaturas llegue a 2 o 4 grados? Esta no es la nueva normalidad, sino la transición hacia algo que no hemos experimentado nunca”, alertó el profesor Brendan Wintle, de la Universidad de Melbourne en algunos medios locales.

Los estados de Victoria, Nueva Gales del Sur y Queensland, tres de los más afectados por los incendios, reciben con alegría las lluvias de esta semana. Los servicios de bomberos avisaron sin embargo que no serán de gran ayda para extinguir todas las llamas, pero ayudarán a contenerlas en gran medida.

«Cruzamos los dedos para que esto continúe en los próximos días», declararon los servicios de bomberos de Nueva Gales del Sur el viernes por medio de su cuenta de Twitter.

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Fuego y agua

Los servicios meteorológicos pronostican que fuertes lluvias continuarán el fin de semana en varias regiones e incluso se esperan que sigan durante los primeros días de la semana entrante. Se esperan precipitaciones incluso en áreas que no han visto caer agua en años, según la Oficina de Meteorología de Nueva Gales del Sur.

Si bien la tierra húmeda ayuda a que el fuego merme, la fuerza e intensidad de la lluvia podría conllevar riesgos inesperados como inundaciones repentinas o caída de árboles, muchos de ellos dañados por el fuego. Según medios locales, guardaparques de un parque natural tuvieron que rescatar koalas de la corriente y alejar cocodrilos con escobas.

Los intensos aguaceros han limpiado un poco el aire en Australia, que durante los fuegos fue catalogado como el de peor calidad del mundo. Sin embargo, Sidney, Camberra y Melbourne seguían el viernes entre las 100 ciudades más contaminadas del mundo, según el servicio de monitoreo de contaminación AirVisual.

 

 

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