DENUNCIADO

Plácido Domingo se queja de no poder piropear a las mujeres y niega acusaciones en su contra

El cantante de ópera volvió a los escenarios con cautela y mucho enojo después de haber sido acusado por abuso sexual. Niega todo y se queja de que "ya no se puede decir nada a una mujer".

Foto: Facebook / Plácido Domingo
Foto: Facebook / Plácido Domingo

El cantante, director de orquesta, productor y compositor español Plácido Domingo volvió a los escenarios. Tiene 79 años y varias acusaciones de acoso y abuso sexual. «Han sido meses muy difíciles, tienes que continuar tu vida como puedes, pero sabiendo que tanto las acusaciones de acoso como las de abuso de poder no se han dado en absoluto«, dijo en una entrevista con el diario español El País.

En agosto fue su primera actuación en Salzburgo. Esa vez, cuenta, salió «con mucha rabia» porque «estaba muy reciente el caso». «Tenía ganas de decir ‘aquí estoy, esto es lo que he hecho toda mi vida’. Ha sido una ofensa. Las acusaciones que me hacen no tienen sentido. Lo que quiero es ya dejar de hablar de todo esto».

«Existe una investigación en la Ópera de Los Ángeles en la que se están tomando testimonios de muchísima gente con la que he trabajado a lo largo de décadas. Quiero respetar el curso de esta investigación interna de la que sigo a entera disposición», dijo, intentando hablar lo menos del caso porque considera: «no es un caso legal y no quiero convertirlo en ello».

Ante la pregunta del periodista de El País, Jesús Ruíz, sobre cómo es posible que 20 mujeres de distintos lugares y en distintas situaciones coincidan en acusaciones a él, Domingo respondió: «Es muy fácil hoy en día tomarla con alguien con quien no simpatices y que se difundan falsedades. ‘Si tiene usted algo contra esta persona, comuníquenoslo’. Y se urde una trama».

Enojo y negación

Domingo insiste en que todas las denuncias son falsas, y todo eso le enoja muchísimo. Calificó de «la infamia más grande de todas» las declaraciones de la coordinadora de la ópera de Los Ángeles, quien afirmó en su momento que evitaba ponerlo a él y a mujeres jóvenes ensayando en el mismo cuarto por temor a que las acosara.

Además se quejó porque ya no puede lanzar piropos a mansalva a las mujeres que quiera. Dice que «el acoso debe ser castigado» pero defendió el piropo como algo propio «de los españoles». «Es que el uso del piropo, por ejemplo, qué buen traje traes, qué bien te ves, eso era algo que podías decir hace 30 años, incluso hace dos. Es que no se le puede decir nada a una mujer. Aquí no es así, pero en otras partes y, concretamente, en estos grupos de donde salen las acusaciones, es así. La mujer es lo más extraordinario que ha creado Dios. Todos venimos de una, somos hijos de una madre. Eso es lo mejor que se puede decir de una mujer», adujo.

 

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