CONTUNDENTE VICTORIA

Bukele, el primer presidente musulmán de El Salvador, le asesta un golpe al bipartidismo

Un ex alcalde de San Salvador fue declarado ganador el domingo por la noche en la carrera presidencial de El Salvador, rompiendo el clásico bipartidismo.

Publiée par Nayib Bukele sur Dimanche 3 février 2019

Nayib Bukele, de 37 años, quien hizo campaña ofreciéndose como un cambio de la política tradicional del país, que había estado atrapada en un vaivén entre dos partidos durante décadas.

Bukele obtuvo el 53% de los sufragios, seguido por Carlos Calleja —de la coalición de cuatro partidos conservadores que encabeza la Alianza Nacionalista Republicana (Arena)— con un 32%.

Por su parte, el excanciller Hugo Martínez —del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)— logró un 14% y Josué Alvarado —del partido VAMOS— apenas un 1%.

«En este momento podemos anunciar con plena certeza que hemos ganado la presidencia», declaró Bukele a las 9:30 p.m. (hora local) cuando el recuento de los votos alcanzaba el 70%.

Bukele tendrá uno de los trabajos más complicados: reducir la fuerte y generalizada violencia atribuida a las pandillas, que tienen un poder enorme en esta nación centroamericana. Si bien las tasas de homicidios han disminuido desde un pico en 2015, El Salvador sigue siendo uno de los países más violentos del mundo, con más de 3.300 asesinatos solo el año pasado, con una población de aproximadamente 6.5 millones de residentes.

La violencia es un factor clave que impulsa la migración a los Estados Unidos. Los candidatos presidenciales se comprometieron a encontrar formas de reducir la violencia, ofreciendo programas de prevención del crimen en lugar de un enfoque de mano dura, pero proporcionaron pocos detalles.

bukele

Hombre de negocios, creyente y presidente

Bukele, un multimillonario hombre de negocios, se postuló para el partido de centro derecha GANA, que significa Gran Alianza para la Unidad Nacional y logró evitar la segunda ronda superando el 50% de los votos.

Desde el final de la guerra civil de 12 años de El Salvador en 1992, dos partidos han dominado el sistema político del país: ARENA y el FMLN. Pero los salvadoreños estaban buscando una nueva opción después de los grandes escándalos de corrupción y lo que muchos votantes ven como una falta de progreso en la lucha contra el crimen.

En 2012, el entonces presidente Mauricio Funes, del FMLN, inició negociaciones con las pandillas conocidas como «maras», ofreciéndoles condiciones como penas de prisión más cortas, y tuvo efecto: las tasas de homicidios se desplomaron de golpe pero volvieron a subir en 2014 cuando las negociaciones dejaron de prosperar.

En 2015, una investigación hecha por un periódico local encontró que Bukele había supuestamente pagado a las pandillas para que votaran por él y lo ayudaran a llegar a la alcaldía de San Salvador, capital del país, algo que él negó rotundamente. Sin embargo ha reconocido la importancia de obtener la aprobación de las pandillas para poder realizar proyectos gubernamentales.

Bukele es hijo de un musulmán originario de Belén, Cisjordania, quien impulsó en su momento una de las primeras mezquitas en América Latina. La comunidad islámica de El Salvador salió a votar en bloque por el candidato que, según ellos, mejor los representaba por los valores religiosos que profesa.

 

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