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Avanzan sin tregua las prohibiciones al aborto en EE.UU. Oklahoma es el nuevo bastión ultraconservador

En el estado del centro sur estadounidense ahora solamente se permite el aborto en caso de violación o incesto previo proceso policial, en uno nuevo retroceso para los derechos de las mujeres.

Foto: UNsplash / Gayatri Malhotra
Foto: UNsplash / Gayatri Malhotra

Las mujeres siguen perdiendo terreno en tema de derecho al aborto en los Estados Unidos, a medida que avanzan y ganan batallas los movimientos ultraconservadores motivados, en muchos casos, por fines religiosos.

El gobernador del estado de Oklahoma, Kevin Stitt, firmó una nueva legislación que había sido aprobada en el Parlamento estatal el 20 de mayo en una votación 73 a favor versus 16 en contra, que prohibe absolutamente el aborto desde la fecundación, excepto para casos de violación o incesto que tengan un previo proceso de denuncia policial.

“Desde el momento en que la vida comienza en la concepción es cuando tenemos la responsabilidad como seres humanos de hacer todo lo posible para proteger la vida de ese bebé y la vida de la madre”, dijo Stitt al refrendar la ley, según CNN.

El estado de Oklahoma, vecino del norte del también ultraconservador Texas (de cuya legislación antiaborto se han inspirado), había dado su aprobación a este proyecto de ley que prohibe casi totalmente el aborto y se establecen en este una serie de castigos y sanciones a los proveedores de servicios de salud que faciliten estos procesos; con sanciones que van desde multas hasta penas de prisión, la legislación busca cortar de tajo este derecho para toda persona que curse un embarazo no deseado.

La Casa Blanca ya denunció la semana pasada que la ley adopta “el absurdo plan de Texas de permitir que los ciudadanos particulares demanden a sus vecinos por prestar servicios de salud reproductiva y ayudar a las mujeres a ejercer sus derechos constitucionales”.

“Están empezando con los derechos reproductivos, pero el pueblo estadounidense debe saber que otros derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la anticoncepción y la igualdad matrimonial, están en riesgo”, agregó en un comunicado de la administración de Joe Biden.

A contracorriente de la opinión pública

Durante la administración del presidente ultraderechista Donald Trump, los movimientos conservadores, religiosos y anti derechos se envalentonaron porque encontraron un importante respaldo desde el gobierno federal.

Antes de irse, Trump colocó en la Suprema Corte de los Estados Unidos a magistrados jóvenes, en una movida inteligente para que este tribunal se mantenga conservador por muchos años, esto porque los puestos son vitalicios y solamente se renuevan por muerte o por renuncia. Biden solamente ha podido instalar a la progresista Ketanji Brown Jackson, que es minoría en el organismo.

El mes pasado, la Corte causó un revuelo al tomar estado publico un borrador del dictamen que revertiría el caso Rou versus Wade, del año 1973, un caso que legalizó el aborto a nivel federal. Si esto sucede, los estados se verán habilitados a prohibir por medio de legislaciones locales las interrupciones voluntarias de embarazos (IVE). Varios de los territorios más conservadores ya anunciaron que tienen preparadas leyes gatillo que se dispararán ni bien quede en firmen el dictamen del Supremo.

A pesar de todo lo anterior, la ciudadanía opina distinto: 61% de las y los estadounidenses están a favor de que el aborto sea legal, según un metanálisis de Pew Research Center de marzo. Solo 8% consideran que debe ser totalmente ilegal y 29% opina que debe ser ilegal salvo en casos específicos justificados.

 

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