MARZO, MES DE LA MUJER

“Siete instantes” de Diana Cardozo inaugura el ciclo “Marzo, mes de la mujer” de Cinemateca

Este lunes 1º de marzo a las 22.00 horas, Cinemateca inaugura en TV Ciudad el ciclo “Marzo, mes de la mujer”, con el documental “Siete instantes”, dirigido por la uruguaya Diana Cardozo.

“Siete instantes”. México/Uruguay, 2008. Dirección: Diana Cardozo. Guión: Diana Cardozo. Fotografía: Ricardo Benet, Paula Grandio, Daniel Jacob.
“Siete instantes”. México/Uruguay, 2008. Dirección: Diana Cardozo. Guión: Diana Cardozo. Fotografía: Ricardo Benet, Paula Grandio, Daniel Jacob.

«Marzo, mes de la mujer» está compuesto por tres secciones que toman como punto de partida el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para explorar diversas cinematografías, temáticas y autoras de todo el mundo.

El ciclo se exhibirá todos los lunes y viernes a partir de las 22.00 horas por TV Ciudad y estará dividido en tres secciones temáticas: Documentalistas Iberoamericanas (lunes a las 22.00 horas), Mujer y Francofonía (viernes a las 22.00 horas), Selección Internacional (viernes a las 23.30 horas).

Siete instantes

El documental uruguayo «Siete instantes», dirigido por Diana Cardozo, abre el ciclo este lunes 1º de marzo a las 22.00 horas, dentro de la sección Documentalistas Iberoamericanas. Se trata del relato de varias mujeres del MLN, su militancia, la experiencia de la cárcel, la libertad recuperada. Una de las películas más sinceras sobre una generación de mujeres que creyó que la revolución era posible de maneras a veces románticas, pero siempre de una lucidez desgarradora. Un film polémico y tan político como humano.

Esta película recoge los testimonios de varias mujeres y algunos hombres (los más notorios: Julio Marenales, Samuel Blixen) que integraron el MLN-Tupamaros durante el período que desembocó en los “años de plomo”.

Sin embargo, su directora ha podido afirmar con buenas razones que no se trata de “una historia de tupas”, a estas alturas subgénero quizás demasiado visitado. Se trata, más amplia y noblemente, de “historias de vida”, retratos dramáticos de personajes que en determinado momento enfrentaron opciones drásticas y hoy las admiten, no sin desgarramientos, no sin ambigüedades, delante de la cámara: irse o quedarse, delatar o no (y si era “no” implicaba seguir siendo torturado/a), asesinar o no. “Quise evitar las simplificaciones, la leyenda, la victimización”, asegura Cardozo.

La directora ha dicho también que sabía lo que quería desde que empezó la película, pero que en un documental siempre hay cosas que surgen solas en el correr del rodaje. Un ejemplo: durante una de las entrevistas se abre intempestivamente una puerta (la hija de trece años de la persona que está siendo entrevistada que llega), y el gesto de terror y alarma, producto de un pasado de clandestinidad, que aparece en el rostro de la interrogada de turno, no es “a propósito”. La realidad inmediata vence a toda preparación, y se produce una “iluminación”. Uno de los riesgos de los que Cardozo fue seguramente consciente, trató de evitar y casi siempre lo logró, es el de hacer una mera película de “cabezas parlantes”: gente que habla de cara a la cámara, para infinito aburrimiento del espectador aunque lo que digan sea interesante. Por supuesto, hay gente que habla en su film, pero también bastante cine: una cámara atenta y dúctil, que recoge gestos y vacilaciones, unos micrófonos sensibles a las palabras y los silencios. El resultado es atrayente, dramático y emocionalmente contagioso.

“Es una herida abierta porque todos venimos de ahí. Hay un quiebre institucional en el Uruguay que se da en el ’73 y eso no termina de cerrar porque el tema de la impunidad sigue abierto. Mi película es una forma de abrir desde algún lado diferente el tema y la forma en cómo lo estamos reciclando, porque es una digestión muy lenta, el tema de la represión masiva y qué le pasa al país después de eso”. Así presentaba Diana Cardozo su película en la Sala Luis Buñuel del Centro de Capacitación Cinematográfica de Ciudad de México en 2012.

Diana Cardozo es uruguaya pero vive en México desde hace treinta años, y en ese país ha desarrollado la mayor parte de su carrera cinematográfica. Estudió Ciencias Sociales en la Ucudal (Uruguay) y cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México. En el medio hizo periodismo (fundamentalmente sobre política internacional) en diversos medios, entre ellos el argentino Página/12. Siete instantes, un empeño en el que invirtió siete años de su vida (preparación, obtención de fondos, investigación, entrevistas) es su primer largo, y una producción mexicana con tema muy uruguayo. La película obtuvo, entre otros, el premio Feisal en el Festival de Guadalajara 2008.

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