Lacalle Pou deja un déficit fiscal del 4,4% e incumplió su propia regla fiscal
En 2019 el déficit fiscal del Uruguay era del 2,71%, pero el gobierno lo aumentó hasta niveles prepandémicos, rompiendo además dos de los tres pilares de la regla fiscal que el mismo Lacalle Pou impuso al Estado.
En el año 2023, Uruguay experimentó un déficit público del 3,08% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que posicionó al país en el puesto 101 de un total de 192 naciones en el ranking de déficit, ordenado de menor a mayor. Esta cifra muestra un deterioro en comparación con 2022, cuando el déficit se estableció en 2,55% del PIB y el país ocupaba el puesto 87.
En términos absolutos, el déficit fiscal alcanzó 2.197 millones de euros en 2023, marcando un incremento respecto a los 1.696 millones de euros del año anterior. Durante este mismo periodo, el PIB de Uruguay se situó en 71.415 millones de euros, lo que representa un crecimiento de 4.837 millones de euros en relación con 2022. Es importante señalar que las variaciones en el PIB tienen un efecto inverso en la relación del déficit sobre el mismo.
Mirando hacia el futuro, el informe del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señala que el pago de intereses del Gobierno Central y el Banco de Previsión Social (GC-BPS) se mantuvo en el 2,4% del PIB, igual que en el mes anterior. Además, se reportó un déficit del 0,2% del PIB en el resultado de las Empresas Públicas, lo que significa una reducción de 0,1% respecto a julio, atribuida principalmente al aumento en las existencias de crudo y derivados por parte de ANCAP.
En agosto, el Sector Público No Monetario (SPNM) mostró un déficit del 3,4% del PIB, mientras que el resultado global del Banco Central del Uruguay (BCU) se situó en -0,9%, manteniéndose estable en comparación con el mes anterior. El déficit fiscal global alcanzó el 4,4% en agosto, una cifra que, excluyendo los ingresos del Fideicomiso de la Seguridad Social (FSS), regresa a los niveles observados antes de la pandemia, similares a los registrados al final del segundo mandato de Tabaré Vázquez.
Para el año móvil que concluyó en agosto, el déficit consolidado mostró un incremento de una décima, mientras que el resultado observado (sin incluir al FSS) fue del 4,3% del PIB. En los doce meses cerrados a agosto de 2023, el resultado del GC-BPS se situó en un déficit de 3,4% del PIB. Si se excluyen los ingresos del FSS, el resultado fiscal se ubicó en -3,6% del PIB.
Los ingresos del GC-BPS se mantuvieron en 27,4% del PIB, sin cambios significativos respecto a los doce meses previos (julio) donde cayeron en 0,03% del PIB. Este valor representa el máximo en los últimos 25 años. Según las proyecciones de la Rendición de Cuentas, se espera que estos ingresos cierren en torno al 28,0% del PIB.
En cuanto a las proyecciones para 2024, se ha informado que el gobierno podría incumplir dos de los tres pilares de la regla fiscal, un anuncio que se realizó en febrero cuando se comunicó el cumplimiento de las metas fiscales por cuarto año consecutivo, aunque con controversias en torno a modificaciones de objetivos para alcanzarlos.
El Consejo Fiscal Asesor también ha indicado que las proyecciones para 2024 son preocupantes y podrían darse desvíos en alguno de los pilares de la regla fiscal. Según la Rendición de Cuentas 2023 presentada por el MEF, el desvío fiscal potencial podría resultar de una caída en los ingresos estructurales y un menor PIB nominal, provocado por una reducción de la inflación con respecto a las expectativas, una contracción en el PIB real debido a la sequía de 2023 y la reciente revisión de las cuentas nacionales por parte del BCU correspondiente a los años 2018 hasta el tercer trimestre de 2023.
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