Pesca ilegal no declarada y no reglamentada

INDNR: Nueva lupa sobre los enormes costos financieros de la pesca ilegal

Un nuevo informe pone al descubierto los enormes costos financieros de la pesca ilegal para los países del Sur en desarrollo, y los activistas esperan que el llamado de atención sobre los devastadores efectos económicos de esta práctica ayude a los gobiernos a tomar más medidas contra ese comercio ilícito.

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La pesca ilegal no solo está afectando el medioambiente, sino que también está en juego el sustento de millones de pescadores, según un nuevo informe.

Una investigación de la Coalición de Transparencia Financiera (FTC, en inglés), publicada el 26 de octubre y titulada “Redes ocultas: Descubriendo las empresas e individuos detrás de la pesca ilegal a nivel mundial”, evidencia que los Estados pierden hasta 50 000 millones de dólares al año a causa de esta actividad ilícita.

También determina que casi la mitad de los buques industriales y semiindstriales  implicados en la pesca ilegal saquean las aguas africanas.

El enorme daño ecológico de la denominada pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR, en inglés) ha sido noticia en los últimos años, pero los autores del informe creen que si las denuncias se centran en el aspecto financiero de la práctica, los gobiernos tendrán más incentivos para abordar el problema.

“Hasta ahora la pesca INDNR se consideraba sobre todo un problema medioambiental y de seguridad alimentaria. Pero lo que intentamos hacer, casi por primera vez, es mostrar que se trata de un grave problema financiero, que los países pierden miles de millones de dólares a causa de la pesca INDNR, de modo que la cuestión pasa de los ministerios de pesca a los de finanzas», dijo a IPS el autor principal del informe, Alfonso Daniels.

En una entrevista desde Washington, sede de la FTC, consideró que “Las organizaciones pesqueras están empezando a reconocer que se trata de una cuestión financiera, de dinero perdido por flujos financieros ilícitos. Una vez que se establezca esto, habrá más incentivos para que los países actúen porque están perdiendo dinero».

El daño ecológico de la pesca INDNR está ampliamente documentado. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha advertido que más de 90 % de las poblaciones de peces del mundo están totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas, y ha calificado la situación de «emergencia oceánica».

Pero ahora la FTC -un grupo de 11 ONG de todo el mundo- pone el foco sobre los costes económicos de la pesca INDNR, que afecta desproporcionadamente a los Estados costeros más pobres.

Afirma que la pesca INDNR representa hasta una quinta parte de las capturas pesqueras mundiales, lo que supone hasta 23 500 millones de dólares cada año, con unas pérdidas económicas globales estimadas en 50 000 millones de dólares, lo que la convierte en el tercer delito más lucrativo contra los recursos naturales, después de la madera y la minería.

Mientras tanto, África concentra 48,9 % de los buques industriales y semiindustriales identificados que participan en la pesca INDNR, con un 40 % solo en África Occidental, que se ha convertido en un epicentro mundial de esta actividad ilícita.

Y no son solo las pérdidas financieras directas las que crean problemas económicos en los Estados más pobres. La ONU calcula que, en todo el mundo, 820 millones de personas dependen de la pesca para su subsistencia, mientras que en África occidental, hasta 25 % de la población activa se dedica a la pesca.

“La pesca INDNR está destruyendo las principales industrias pesqueras locales, sumiendo a las comunidades en la pobreza y, en algunos casos, en la malnutrición», señala el informe de la FTC.

En ese aspecto, recuerda que el consumo de pescado representa una sexta parte de la ingesta de proteínas animales de la población mundial, y más de la mitad en países como Bangladesh, Ghana, Indonesia, Sierra Leona o Sri Lanka.

La pesca ilegal y el exceso de capacidad del sector de la pesca de arrastre en Ghana están teniendo efectos catastróficos en las comunidades costeras de todo el país», declaró a los medios Max Schmid, director general de la Fundación para la Justicia Medioambiental, a principios de este año.

La organización no gubernamental dijo que en Ghana, por ejemplo, entre 80 y 90 % de los pescadores locales han visto disminuir sus ingresos en los últimos cinco años.

El daño financiero bajo el radar

El informe de la FTC se centra en el secretismo financiero que impulsa la pesca INDNR.

El informe describe una práctica que se ve favorecida por una legislación mundial poco estricta, una escasa cooperación internacional y unas débiles medidas de ejecución, junto con la falta de recursos de los organismos locales para combatirla.

Gran parte de la pesca INDNR está protagonizada por grandes flotas extranjeras de pesca en aguas distantes (DWF, en inglés) de los países industrializados. Estas actúan sobre todo en los países del Sur global, que no pueden vigilar eficazmente sus aguas ni hacer cumplir la normativa, y son propensos a la corrupción, destaca el informe.

También subraya cómo los operadores de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada utilizan estructuras corporativas complejas y transjurisdiccionales, como compañías ficticias y empresas conjuntas, y pabellones de conveniencia, para enmascarar los vínculos con los propietarios, lo que les permite operar prácticamente con impunidad.

Acabar con el secreto financiero que rodea a esta práctica es la clave para detenerla, dicen los expertos.

Resolver el problema del beneficiario final “es fundamental porque permite a las fuerzas del orden rastrear la propiedad y perseguir a los individuos de manera más eficaz” dijo a IPS Lakshmi Kumar, director de Políticas de la organización no gubernamental  Global Financial Integrity.

Sin embargo, los activistas afirman que la lucha contra el secreto financiero por sí sola no va a poner fin a la pesca INDNR y que es necesario aplicar más medidas, con los países más ricos del mundo a la cabeza.

Los gobiernos locales son incapaces de tomar medidas. Los funcionarios de África Occidental han dicho que no tienen los medios para patrullar sus fronteras y que los países occidentales no están dispuestos a darles esos medios.

“La única manera de que se produzca un cambio es a través de la presión de los principales mercados de marisco, que son Japón, Estados Unidos y la Unión Europea”, dijo Daniels, de la FTC.

Los países del Grupo de los Siete (G7) de los países más ricos “deben forzar el cambio no abriendo sus mercados a nadie implicado en la pesca INDNR, y proporcionando los medios a los gobiernos locales para que patrullen sus aguas”, añadió.

Kumar, por su parte, subrayó que China también debe involucrarse.

El estudio demostró que 10 empresas implicadas en la pesca INDNR eran responsables de casi una cuarta parte de todos los casos denunciados, y que de esas diez, ocho eran de esa segunda potencial global.

“En países como China, de donde proceden la mayoría de estos barcos, el gobierno solo da un tirón de orejas a los barcos supuestamente implicados en la pesca INDNR y, en otros casos, los barcos forman parte de una empresa estatal china”, aseguró.

En el informe, cuyos autores presentan como el mayor análisis de datos sobre la propiedad de la pesca INDNR realizado hasta la fecha, la FTC pide que se tomen una serie de medidas.

Demanda que, entre otras cosas, la pesca se incluya en los registros nacionales de propiedad efectiva en todas las jurisdicciones, con información a disposición del público, y que la pesca se incluya como industria extractiva en propuestas clave como la Iniciativa para la Transparencia de la Industria Extractiva (ITIE, en inglés).

También quiere que los gobiernos publiquen una lista actualizada de buques de pesca INDNR que permita el uso de multas y sanciones a las empresas y a los propietarios reales.

Esos procedimientos se cotejarían a nivel internacional bajo los auspicios de la Organización Marítima Internacional (OMI) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La finalidad sería  permitir que las instituciones que se centran en la gestión de la pesca y los flujos financieros ilícitos trabajen juntas, y quiere ver más apoyo externo para impulsar la capacidad de control de los gobiernos de los estados costeros.

El grupo tiene previsto presentar sus conclusiones al Parlamento Europeo este mismo mes de noviembre, e igualmente realizar una reunión de alto nivel en el marco de la Unión Africana y otras organizaciones del continente, para debatir las revelaciones del informe.

Pero los miembros de la FTC y otros activistas contra la pesca INDNR no se hacen ilusiones sobre la rapidez con la que los gobiernos podrían empezar a intensificar los esfuerzos para detener su práctica.

No obstante, afirman que una combinación de crisis en los países del Sur, incluido el elemento financiero,  podría obligarles a actuar pronto.

“La ONU ha hablado de una ‘emergencia oceánica’ debido a la sobrepesca, y con la actual combinación de crisis del coste de la vida, crisis alimentaria y aumento de la industria de la harina de pescado en África occidental, la situación no será sostenible en 10 años, ni siquiera en cinco o seis años», anticipó Daniels, el autor principal del informe.

Añadió que a los países ricos les interesaría a largo plazo asegurarse de que abordan los problemas que la pesca INDNR está causando en los países del Sur.

“Todo el dinero que pierden los países africanos a través de los flujos financieros ilícitos lo pierden estos otros países (más ricos)”, afirmó Daniels.

Razonó que “puede que piensen que ¿por qué debería importarnos tanto esto? Pero esa es una visión muy miope, porque si se maltratan los caladeros de África Occidental, se fomenta la pérdida de puestos de trabajo en la pesca y los pescadores querrán emigrar a Europa, con lo que se producirá una crisis migratoria».

“No se trata de algo teórico: vas a las costas y puertos de Senegal, por ejemplo, y mucha gente no puede pescar, así que ¿qué otra cosa van a hacer? Hablé con algunas personas que intentaron ir a España. Fracasaron, pero este fenómeno está ocurriendo ahora”, añadió.

Por eso, para Daniels, el enfoque de los países más ricos de no tomarse en serio el problema “es muy corto de miras”.

Fuente: //ipsnoticias.net/noticias/desarrollo-y-ayuda/

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