Para las ciudades, mantenerse frescas es el nuevo gran reto durante los intensos veranos

El verano de 2022 en el hemisferio norte está generando olas de calor tempranas en Europa y Asia, y se espera que sea particularmente fuerte en Norteamérica cuando llegue el cénit de las temperaturas.

Diversos estudios científicos han documentado ampliamente un aumento drástico de las muertes relacionadas con el calor extremo, y hay un amplio acuerdo entre los expertos en que las ciudades deben adoptar urgentemente estrategias y políticas integrales para enfriarlas a fin de mantener la salud pública.

El vox populi siempre clamó que los países más pobres sufrirían más el cambio climático, y esto es mayormente cierto a la luz de la evidencia, pero también los países más ricos sufren los embates de la crisis que ellos ayudaron a crear. Esto se vio particularmente en los calores ultra extremos experimentados el año pasado en el noroeste del Pacífico estadounidense, en ciudades como Seattle o Portland, en donde jamás se habían alcanzado temperaturas como 40°C que se sobrepasaron varios días con creces. Esto dejó más de 1.400 muertes porque, básicamente, las personas que han residido toda su vida allí no están habituados a estos golpes y porque sus viviendas y edificios no están preparados para mantenerse frescos.

Semejante fue el caso en el área de Lytton, en la Columbia Británica canadiense en donde en julio de 2021 tuvieron lugar los incendios más devastadores y mortíferos de la historia reciente del país, en donde el calor no es lo normal.

Pero aunque esto es una crisis en ciernes, la mayoría de las ciudades solo se encuentran en las etapas de planificación o realizando proyectos piloto a pequeña escala, si es que acaso están abordando el problema.

Solo tres áreas metropolitanas importantes de EE.UU., Phoenix, Los Ángeles y el condado de Miami/Dade, han establecido “jefaturas de calor” para atender las situaciones que ya están viendo.

Afuera de la superpotencia norteamericana, otros países abordan el problema con sus propias ideas y ajustándose a sus realidades, pero el avance es nulo o apenas notorio. Francia ya está estudiando cómo enfrentarse a los problemas que el clima extremo les va a traer, porque su industria agrícola está sintiéndolo en sus plantaciones. Para el trigo blando, el principal producto de cereales de Francia, se estima que el 69% de los cultivos estaban en buenas o excelentes condiciones el 23 de mayo, frente al 73% de la semana anterior, dijo la organización FranceAgriMer en un informe. El año pasado a esta altura la puntuación era del 80%. Para el país europeo, las temperaturas en mayo fueron históricamente altas y se midieron niveles de humedad terriblemente bajos; algunos campos urgen de lluvias más copiosas para evitar una catástrofe, según analistas.

La ciudad colombiana Medellín creó corredores verdes que siguen y restaran la geografía natural: entre 2016 y 2019 se crearon 36 corredores, 18 a lo largo de importantes vías de tránsito vehicular y 18 junto a vías pluviales. En Toronto, Canadá, el gobierno municipal viene trabajando en la implementación de el sistema de enfriamiento con fuentes lacustres (de agua de lagos) más grande del mundo. Puesta en servicio en 2004, el sistema de enfriamiento de agua profunda del lago (DLWC) de 264 MW de Enwave utiliza el agua fría del lago Ontario como fuente de energía renovable.

Cómo mitigar el calor

Vamos a sacar al elefante de la habitación: el aire acondicionado no es la solución, sino uno de los problemas. Consume muchísima energía y sus gases no siempre son inertes al medio ambiente. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha advertido que se prevé que el requerimiento de energía para la refrigeración y enfriamiento de espacios se triplique entre 2016 y 2050, a medida que millones de hogares en países en desarrollo compren unidades de aire acondicionado (muchos de los países generan electricidad con fuentes sucias como el petróleo o el carbón, potenciando el problema).

Dicho esto, el PNUMA tiene desde noviembre de 2021 a disposición de sus Estados miembro un manual de mitigación del calor urbano, en el cual se indica que hay “una gran brecha entre la ambición declarada y lo que realmente estaba sucediendo en el terreno”. Este documento puede ayudar a los países y ciudades a estudiar e implementar medidas empáticas con el medio ambiente y que no empeoren la situación.

“No hemos llegado a un punto, y esto es en lo que estamos trabajando, en el que la lógica climática esté completamente integrada en las operaciones de una ciudad”, dice Reema Nanavaty, coautora del manual de la PNUMA.

“La ciencia nos dice que para evitar que las temperaturas globales aumenten más de 1,5°C, debemos lograr emisiones netas cero para mediados de siglo. El enfriamiento urbano sostenible y equitativo debe ser parte de los esfuerzos de las ciudades para alcanzar los objetivos de energía neta cero”, dijo Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.

Al delinear el problema, el Manual de enfriamiento sostenible para ciudades describe cómo las ciudades se están calentando rápidamente debido al “efecto de isla de calor”, causado por una combinación de disminución de la cubierta verde, las propiedades térmicas de los materiales comúnmente utilizados en las superficies urbanas y el calor residual de las actividades humanas.

En colaboración con Cool Coalition, Extreme Heat Resilience Alliance, una iniciativa del Adrienne Arsht-Rockefeller Resilience Center (Arsht-Rock) en el Atlantic Council, el PNUMA anunció planes para difundir el nuevo en sus ciudades y condados asociados -incluyendo Atenas, Grecia; Freetown, Sierra Leona; y el condado de Miami-Dade, Estados Unidos. Las recientemente anunciadas oficinas gubernamentales contra el calor de Atenas, Freetown y Miami-Dade serán los primeros en beneficiarse de esta guía integral.