Ola de calor de hasta 50°C en el sur de Asia es “una señal de lo que está por venir”, dicen científicos

El verano llegó al sur asiático muy temprano, y con extremo calor. El círculo vicioso se profundiza porque India depende casi en su totalidad del carbón para alimentar la red eléctrica, presionada por el uso de aires acondicionados y ventiladores.

Foto con fines ilustrativos: Unsplash / Gyan Shahane
Foto con fines ilustrativos: Unsplash / Gyan Shahane

Una fortísima ola de calor golpea al sur asiático con temperaturas pico de hasta 50°C en algunas regiones de India y Pakistán, obligando al cierre de escuelas y colegios y a afectar a los entornos laborales que se han vuelto insoportables en muchos casos.

En la ciudad de Nawabshah, en la región pakistaní de Sindh, el mercurio llegó a marcar 49,5°C, parecido a lo que se está sintiendo en la zona india de Punjab, un poco más al sur.

En las ciudades de Jacobabad, Mohenjodaro, Larkana, Sakrand y Padidan (Pakistán) también se acercan peligrosamente a esa marca récord.

Adicionalmente a esto, se registran cortes de electricidad debido a la presión en la red eléctrica que ponen cada vez el uso en expansión del aire acondicionado.

En India, solamente una fracción de la los 1.380 millones de ciudadanos tienen aire acondicionado, y los más pobres están exigiendo a los sistemas de agua aún más para colgar trapos mojados en las puertas y ventanas. Aún así, los ventiladores y los aires han llevado la demanda de electricidad en el gigante asiático a niveles jamas vistos.

El problema es que el 70% de la electricidad de la India proviene del carbón, convirtiendo esta ola de calor en un círculo vicioso. Por lo tanto, el gobierno está convirtiendo los trenes de pasajeros en servicios de carga, para apresurar el suministro de carbón a las centrales eléctricas, y también está importando más carbón del exterior.

A corto plazo, el país no tiene otro remedio que quemar cada vez más carbón, pero a largo plazo debería seguir el camino de las energías limpias, dice Ulka Kelkar, economista y experta en cambio climático del Instituto de Recursos Mundiales con sede en Bangalore.

“Con calor más humedad, en algún momento se vuelve casi imposible que los órganos del cuerpo humano funcionen normalmente”, explica Kelkar. “Básicamente, el cuerpo simplemente no puede enfriarse por sí mismo, y una gran parte de nuestra población en India todavía trabaja afuera en los campos, en la construcción de edificios, en fábricas que no se enfrían”, agregó.

Más de mil millones de personas corren el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor en el sur de Asia. Los hospitales están preparando salas especiales para ello.

Y por si fuera poco, el calor extremo está golpeando las cosechas de trigo en la región, especialmente en Punjab que es el granero de India. Si esto sigue, el próximo año habrá una crisis alimentaria sin precedentes: debido a la temperatura, el grano cosechado está podrido o marchito.

Suruchi Bhadwal , director de ciencias de la tierra y cambio climático en The Energy and Resources Institute (TERI), alerta que lo que se está viendo en este verano es “una campana de advertencia” de lo que se viene, y que “cada país debe darse cuenta de que las señales de advertencia no se nos darán para siempre”.

 

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