Francia: entra en vigencia prohibición a uso de plástico para envasar frutas y verduras

En Francia, acaba de entrar en vigencia un cambio en las normativas para vender y exhibir frutas y verduras en supermercados: desde el 1° de enero pasado, entró a regir una prohibición a la utilización de plástico de un solo uso en el embalaje de frutas y verduras.

Alrededor de 30 artículos, incluidas manzanas, plátanos, naranjas, tomates grandes, berenjenas, puerros, peras, cebollas, limones y más, figuran como afectados inmediatamente por el cambio.

A otros productos agrícolas más fáciles de empaca, como por ejemplo tomates cherry o bayas blandas, se les ha concedido más tiempo para encontrar una solución pero inevitablemente la norma los alcanzará. Los paquetes de más de 1,5 kilogramos están exentos.

A finales de junio de 2023 estará totalmente prohibido para tomates cherry, judías (chauchas o vainicas) y duraznos y, para finales de 2024, para endibias, espárragos, champiñones, algunas ensaladas y hierbas, así como para cerezas. A finales de junio de 2026, frambuesas, fresas y otras bayas delicadas deben venderse totalmente libres de plásticas.

Una esfuerzo mucho más grande

La prohibición a los envases de plástico en productos de este tipo está contemplada en una legislación mucho más abarcativa, firmada por el presidente francés Emmanuel Macron –Ley No. 2020-105: Sobre una economía circular y la lucha contra los residuos– en febrero de 2020. Establece que el país deberá abandonar la economía “lineal” para convertirse en una “circular” como único camino para transformarse en un país verdaderamente sostenible.

Otros esfuerzos incluyen evitar que los restaurantes incluyan juguetes de plástico en las comidas de los niños, que los periódicos y revistas se entreguen en plástico y que las bolsitas de té se vendan en bolsitas de plástico no biodegradable.

Otros esfuerzos incluyen la prohibición a restaurantes a entregar juguetes de plástico para niños, que los periódicos y revistas entreguen sus productos en bolsas plásticas desechables y que los productos frescos tengan etiquetas no biodegradables, entre otros.

Adicionalmente, los lugares públicos, estatales o privados, deberán tener estaciones de recarga de botellas de agua para desincentivar el uso de agua en botella desechable.