EL PEOR DEPREDADOR

Los animales están más asustados de los humanos que de sus depredadores naturales, según estudio

Un estudio hecho con tejones en el Reino Unido concluyó que los animales temen más a humanos que a osos u otros depredadores naturales.

Foto: UNsplash / Mohammed Ouzzaoui
Foto: UNsplash / Mohammed Ouzzaoui

Los animales se asustan más de los humanos que de sus depredadores naturales, concluyó el estudio realizado con tejones en el Reino Unido. Esto no es sorprendente si se toma en cuenta que los seres humanos matan animales a tasas hasta 14 veces mayores que otros depredadores, según un informe de sciencemag.

Para medir el nivel de miedo que sienten los animales hacia los humanos, la Western University de Ontario, Canadá, realizó pruebas en Wytham Woods, un denso bosque virgen en Oxfordshire, Reino Unido. En esa zona hay una gran cantidad de tejones que viven en su entorno natural en madrigueras comunales.

Los tejones son mesocarnívoros, carnívoros cuya ingesta de carne comprende entre el 50% y el 70% de su dieta.

 

En el Reino Unido es ilegal cazar tejones, por ser una especie protegida, pero los agricultores suelen eliminarlos para proteger sus cultivos y hasta 100.000 ejemplares son matados por deporte de forma ilícita.

Varios estudios han promediado que las personas matan 4.3 veces más mesocarnívoros que los depredadores no humanos anualmente. El otro depredador no natural es el perro, que ha sido introducido por el humano en entornos donde no son oriundos.

¿Qué asusta a los tejones?

Para averiguar qué asusta más a los animales, los investigadores primero instalaron cámaras detectoras de movimiento y luego reprodujeron diferentes muestras de clips de sonidos: osos, lobos, perros, ovejas y humanos.

 

Estudiaron el comportamiento de los tejones cuando se aventuraron a salir de sus madrigueras en busca de alimento. Se descubrió que el audio de los osos y los perros retrasaría la búsqueda de alimento de los tejones. Sin embargo, los tejones eventualmente saldrían, incluso cuando los sonidos de los animales seguían reproduciéndose.

Sin embargo, cuando se escuchaban grabaciones de voces y actividades humanas los resultados fueron distintos: algunos de los animales decidieron no salir de sus guaridas del todo. Esperaron entre un 189% y un 228% más que los tejones que habían escuchado los sonidos de los osos o perros y más de la mitad de los tejones esperaron hasta que los sonidos humanos dejaron de sonar para aventurarse al exterior.

 

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