ENTREVISTA exclusiva

Guardaparques Daniel Erman: “Los temas medioambientales deben ser de debate público”

Erman integra el colectivo de la Asociación Uruguaya de Guardaparques. Es docente en la formación de bachillerato de guardaparques y tecnicatura de conservación de áreas naturales del Polo Tecnológico Arrayanes CETP-UTU. Además se desempeña en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, en el Paisaje Protegido Quebrada de los Cuervos y Sierras del Yerbal.

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Publiée par Lared21 sur Jeudi 21 mai 2020

La Asociación uruguaya de guardaparques junto con otras organizaciones sociales y medioambientales, cuestionan la inclusión de dos artículos (500– 501)  en el Proyecto de Ley de Urgente Consideración, que plantea cambios significativos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP). Daniel Erman recordó que Uruguay ratificó en 2018 el Acuerdo de Escazú. Dicho acuerdo establece que los países firmantes se comprometen a garantizar la participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales.

Los dos artículos finales del proyecto de ley de urgente consideración (LUC) propone cambios al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) donde se plantea “como requisito para la incorporación de padrones privados al SNAP, la expresa voluntad del  propietario (firma) o en su defecto, la expropiación”. Si bien el Presidente (Lacalle Pou) señaló que ambos artículos (500 y 501) serán modificados. El espíritu es cambiar lo que rige actualmente y ustedes desde la Asociación Nacional de Guardaparques se han movilizado en contra ¿Verdad?

(Los cambios propuestos al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) son exactamente iguales a lo que existía en el año 2000. Recién en 2005 se hizo un cambio a la ley que continúa vigente hasta hoy día.  Con el articulado de la ley del año 2000 era prácticamente imposible el ingreso de áreas privadas al SNAP.

Estos últimos artículos de la LUC son sorpresivos, se levantó el tema e inmediatamente nosotros tomamos posición contraria. Al leer el texto, son exactamente iguales a lo que existía en el año 2000. Recién en 2005 se hizo un cambio a la ley y continúa vigente hasta hoy día. (la ley de 2005) Permite que se incorporen territorios con predios que pueden estar bajo propiedad privada a un área protegida, cuando es considerado de gran importancia para la conservación sin que (el propietario)  pierda la propiedad de la tierra, que pase a dominio público con algunos ajustes de manejo pero reitero, no se pierde la propiedad de la tierra. Con el articulado de la ley del año 2000, era prácticamente imposible el ingreso de áreas privadas al SNAP. Si bien había una cláusula que planteaba la alternativa de la expropiación, igualmente ahora no hay antecedentes de que haya ocurrido en el sistema actual moderno. Los antecedentes en periodos anteriores, fueron bastante infructuosos siendo dinero erogado por la política pública que nunca concluyó y volvió al manejo de los privados, perdiendo esos recursos, y perdiendo esas tierras que podrían haber sido destinadas a conservación. Más aún en un contexto que todos conocemos de tendencia al recorte exhaustivo en lo que es política pública y gasto público y nunca la política pública fue de adquisición de tierras para conservación. Lo mismo ocurre con Colonización (Instituto), son políticas que quedan relegadas.

En Uruguay recién en 2011, con la participación de la Asociación de Guardaparques, se termina de definir y se actualiza en 2017, lo que es el perfil de un guardaparque en Uruguay

¿Qué son y quienes son los guardaparques en Uruguay? 

Actualmente estamos reunidos en un colectivo, la Asociación Uruguaya de Gurdaparques, que como actor social juega un papel en este tema. La Asociación reúne a los que trabajamos en unidades de conservación. En nuestro continente latinoamericano, hay grandes territorios bajo gestión que ya tienen manejo, aprovechamientos, usos y han tenido transformaciones y por otro lado, hay una importante proporción de tierra en  manos privadas. Esto implica nuevos conocimientos sobre la ecología, la biodiversidad, que plantea una planificación adaptada a la realidad actual, eso implica la gestión en territorio a veces de forma mixta público – privada. Requiere un perfil profesional de “campo” con cada vez más conocimiento, que tiene que saber de áreas naturales, de manejo, de legislación, de normativa ambiental, tiene que saber también de destreza y tener habilidad para la gestión y en el campo social. En los territorios hay poblaciones preexistentes a las áreas protegidas, actividades productivas, turismo y otros intereses, que hace necesaria la construcción de un perfil determinado. Eso lo cubre el perfil de guardaparques. En Uruguay recién en 2011, con la participación de la Asociación de Guardaparques, se termina de definir y se actualiza en 2017, lo que es el perfil de un guardaparque en Uruguay. Hacer cumplir la legislación en el territorio en donde aplica, a la vez acompañar los procesos de investigación científica, de educación ambiental y de extensión. Acompañar las prácticas productivas hacia un manejo sustentable y buenas prácticas en el territorio en el que trabaja y también vinculado al uso público y turístico. A partir del activismo de la Asociación, los guardaparques hoy estamos en formación. Hay un conjunto de personas que teníamos el perfil, que habíamos adquirido los saberes a partir de la experiencia y complementada con la formación. Hoy existe en el país, un camino de formación para el perfil profesional de guardaparques y esto se da a través de la UTU (Consejo Educativo Técnico Profesional) especialmente en Arrayanes.

Existen 17 áreas (integradas al Sistema Nacional de Áreas Protegidas), es apenas el 1% del territorio nacional. Son unas 330.000 hectáreas. En Uruguay hoy, hay modelos productivos que ocupan tres veces esa superficie, como es el caso del avance forestal.

Paisaje Protegido Valle del Lunarejo (Rivera). Foto: SNAP
Paisaje Protegido Valle del Lunarejo (Rivera). Foto: SNAP

¿Cuántas áreas protegidas existen hoy en Uruguay?

 Con la existencia del Sistema de Áreas Protegidas, se quiso dar una perspectiva sistémica donde haya ecosistemas representados y se conserven las especies prioritarias, las que están más vulnerables, amenazadas, en estado crítico, cuencas, representatividad de paisajes y ecosistemas. Existen 17 áreas, es apenas el 1% del territorio nacional. Son unas 330.000 hectáreas. En Uruguay hoy, hay modelos productivos que ocupan tres veces esa superficie, como es el caso del avance forestal. Además, hay un Sistema Departamental de Áreas Protegidas, como el caso de Canelones. Es de esperar, que otros gobiernos departamentales asuman también compromisos de conservación de territorios importantes, que por alguna razón no van a quedar dentro del sistema nacional, y hay algunas reservas privadas que actualmente, con modificaciones de una ley (presupuestal 2017), permitiría que fueran incorporándose de forma paulatina y con determinados criterios de manejo al SNAP. En Uruguay hay una lista importante de territorios que no están integrados al SNAP. Para dar un ejemplo: La Laguna Negra (Rocha).

Con recursos públicos, se incentivó la conservación, aunque no se ha logrado todo lo esperado. Es un tema para seguir trabajando y continuar dando incentivos para la conservación.

En el país prácticamente el 90% de la tierra está en manos privadas ¿Verdad?

Es así. Principalmente las áreas protegidas, hay solo 2 o 3 áreas que tienen gestión y tenencia pública, las demás han debido configurarse con estrategias  bajo propiedad privada, donde lo que se hizo fueron ajustes de planificación y manejo, donde no han sido tantas las actividades que se han restringido.  Con recursos públicos, se incentivó la conservación, aunque no se ha logrado todo lo esperado. Es un tema para seguir trabajando, y continuar dando incentivos a la conservación

Tener áreas protegidas es una función ecológica de sobrevivencia. Incluso si atiende el emergente de este virus que hoy tiene al mundo en vilo. Y tiene que ver con la pérdida y fragmentación del estado de sanidad y sustentabilidad de los ecosistemas naturales. Esta fragmentación y esa pérdida de biodiversidad han llevado también a desajustes, que como consecuencia puede no ser el último si se sigue por ese camino.

¿Porque es importante tener un Sistema Nacional de Áreas Protegidas?

No es un diagnóstico, pero es bastante dramático lo que sucede a nivel mundial y continental. Algo conocido por la ciudadanía en Uruguay, es el último evento de la aparición de algas y cianobacterias en los cuerpos de agua. A nivel mundial, la pérdida de biodiversidad es un problema con datos objetivos,  la fragmentación de ambientes, el desplazamiento de poblaciones y el cambio climático global. Tener áreas protegidas, es una función ecológica de sobrevivencia. Incluso si atiende el emergente de este virus que hoy tiene al mundo en vilo. Y tiene que ver con la pérdida y fragmentación del estado de sanidad y sustentabilidad de los ecosistemas naturales. Esta fragmentación y esa pérdida de biodiversidad han llevado también a desajustes, que como consecuencia puede no ser el último si se sigue por ese camino.

Las áreas protegidas son hoy, pulmones o semillas de territorio, donde es posible experimentar modelos más sustentables de producción, que de alguna manera, funcionan como un sistema inmunológico.

¿Esta pandemia tiene relación con la falta de cuidados del medio ambiente?

Se requiere más investigación científica. Lo que no es nuevo es que hay desplazamiento de fauna y de vectores con los cambios climáticos y con la proximidad de intervenciones antrópicas en ambientes y ecosistemas naturales. No es nuevo, ha ocurrido muchísimas veces. Hay investigadores que indican que sí hay una incidencia. Las áreas protegidas son hoy, pulmones o semillas de territorio, donde es posible experimentar modelos más sustentables de producción, que de alguna manera, funcionan como un sistema inmunológico. La gente que vive en los territorios de áreas protegidas, que produce en esos territorios respetando los ciclos de la naturaleza, y precisamente eso es parte de la función que cumple un área protegida. Un elemento que ha sido emergente es el uso público y turístico de Uruguay como patrimonio natural y cultural de la humanidad y de la sociedad que decide dedicar política pública a esto. En el caso uruguayo, sería una función social que cumplen las áreas protegidas para el conocimiento de la biodiversidad. Ahí hay que articular con otras políticas públicas porque el destino turístico de las áreas protegidas a veces es elitista y hay que pensar como generar un acceso y distribución socialmente más equitativa de los beneficios, aun conservando  paisajes hermosos, para que sea accesible para una mayoría.

La superficie de áreas protegidas que cubre el país actualmente es un tercio de la superficie que ocupa la forestación, implantada para un modelo productivo.

El Presidente (Lacalle Pou) confirmó que los artículos que modifican el actual SNAP tendrán una nueva redacción. Señaló sin embargo, que las áreas protegidas en Uruguay tienen demasiada extensión, incluso destacó que esta situación termina siendo injusta con los pobladores de estas áreas ¿Cuál es su visión?

No podemos definirlas por extensión superficial sino por lo necesario para que se cumplan las funciones que son necesarias para que exista la posibilidad de que los procesos ecológicos se cumplan. No podemos decir que conservamos la Cuenca del Santa Lucía (Canelones) si no tomamos medidas en toda la Cuenca. Decir que tienen demasiada extensión, no es argumento que responda a criterios de conservación. La superficie de áreas protegidas que cubre el país actualmente, es un tercio de la superficie que ocupa la forestación, implantada para un modelo productivo. Las áreas protegidas, buscan no perjudicar a los pobladores locales, y si bien hay que tener autocrítica, nosotros desde la Asociación de Guardaparques, hemos cuestionado cuando ha habido mala gestión. Pero no podemos invalidar la herramienta, por la mala gestión de una política pública. Podemos mejorar la gestión de las áreas y atender a aquellos que se hayan visto perjudicados, lo que no podemos es invalidar la herramienta.

En los últimos 15 años, ha avanzado la agricultura intensiva (agronegocio) de una manera descomunal, también abarcando cerca de un millón de hectáreas sobre territorios que antes eran campos naturales.

Área de manejo de hábitats y/o especies Esteros y Algarrobales del Río Uruguay (Río Negro). Foto: SNAP
Área de manejo de hábitats y/o especies Esteros y Algarrobales del Río Uruguay (Río Negro). Foto: SNAP

¿Ha habido cese de actividades productivas por la existencia del SNAP?

Acá lo que debe primar es el interés general, por eso la ley de áreas protegidas es una ley de interés general. Para mantener los procesos ecológicos, hay actividades que si logran avanzar sobre el territorio, son perjudiciales. Seguramente es así, si pensamos en el caso de la minería o el avance de la frontera forestal. En los últimos 15 años, ha avanzado la agricultura intensiva (agronegocio) de una manera descomunal, también abarcando cerca de un millón de hectáreas sobre territorios que antes eran campos naturales. No solo desplaza el ecosistema sino las actividades productivas que antes se desarrollaban ahí. La ganadería pastoril se ha visto desplazada por otros rubros, no solo afecta la conservación de la biodiversidad, es decir, esos rubros afectaron a otros rubros. También hay medidas de regulación de actividades, que son importantes para que la intensidad no afecte los objetivos que se quieren conservar.

Los procesos que se dan en los últimos 3 años, podríamos decir que sí hay presiones. Estamos ante el advenimiento de una nueva Planta de Celulosa que va a procesar la masa forestal, también hay interés y planteos para aumentar esa masa forestal. En el país hay un sector pujante, que tiene sus propios intereses.

¿Hay presiones de sociedades forestales y mineras para modificar el SNAP?

Los procesos que se dan en los últimos 3 años, podríamos decir que sí hay presiones. Estamos ante el advenimiento de una nueva Planta de Celulosa que va a procesar la masa forestal, también hay interés y planteos para aumentar esa masa forestal. En el país hay un sector pujante, que tiene sus propios intereses. Hay datos objetivos para analizar y hay interpretaciones de la coyuntura que también tenemos que analizar.

Las áreas protegidas demuestran ser un modelo alternativo de desarrollo que deberían extenderse no reducirse.

Se ha dicho por parte del Presidente (Lacalle Pou) que las áreas protegidas deben cumplir a cabalidad con lo que tienen que ser dichas áreas ¿Ustedes que piensan?

El proceso es inverso, escenario de sustentabilidad, donde es posible el desarrollo de actividades productivas compatibles con inclusión de los pobladores locales ¿Cuál sería la excusa de reducirlas? Más bien habría que ampliarlas. Mantener los procesos ecológicos y la sustentabilidad hacia territorios más amplios. Los cuestionamientos es porque hay un presión de afuera hacia adentro. Las áreas protegidas demuestran ser un modelo alternativo de desarrollo que deberían extenderse no reducirse. Por otro lado, las áreas no se definen como parques de destinos turísticos ¿Lo que queremos hacer de las áreas protegidas son destinos turísticos? Las áreas tienen que ser eficaces, no podemos tratarlas como establecimientos rurales. Quizás debamos dotarlas de presupuesto y pensar estrategias para obtener los recursos, pero no desmantelarlas o achicarlas. Lo mismo ocurre en nuestro país con la salud y la educación. Si no podemos sostener lo que es necesario para brindarle a la sociedad, no vamos a cerrar liceos o centros de salud, vamos a ir a buscar esos recursos para que puedan cumplir con su función.  

El caso de la apicultura es un clarísimo ejemplo. Hay zonas de nuestro país, donde las abejas tienen que ir a ponerse en colmenas en las islas. Ya se han hecho análisis y la miel tiene rastros de agroquímicos, también hay peces con rastros químicos.

¿Si se achican las áreas protegidas, como impacta en la flora y la fauna de nuestro país?

Las superficies de las áreas protegidas, tienen que ver con una dimensión territorial que debe tener en cuenta los requerimientos y las dinámicas poblacionales para que la diversidad de especies pueda sostener poblaciones viables. Esto tiene que ver con áreas importantes para la alimentación, para la reproducción y para el hábitat en general, para el refugio, la diversidad genética y en la estabilidad de la población. El tamaño de las áreas no puede ser un antojo que no considere estas dimensiones. El  caso del “Sapito de Darwin”, que ocupaba la línea de la costa y por el avance de la antropización en la faja costera se ha visto terriblemente reducido, quedando en algunos refugios como las dunas de Cabo Polonio y aledaños. Si no consideramos una cobertura territorial, cada vez más reducimos el hábitat y cada vez será más difícil la sobrevivencia. Esta es la razón para considerar un territorio adecuado, planificado para la gestión de las especies de fauna. En el caso de la flora, estamos hablando de la polinización, de la importancia de la conectividad de los ambientes. Nosotros asistimos a lo contrario, se está avanzando sobre territorios que tienen integridad ecológica y los están fragmentando. Es muy importante mencionar lo que se está haciendo en el Río Santa Lucía, porque se trata de una restauración ecológica. Es decir, no hay que romper y degradar para después intentar reparar lo que se ha roto.  El caso de la apicultura es un clarísimo ejemplo. Hay zonas de nuestro país, donde las abejas tienen que ir a ponerse en colmenas en las islas. Ya se han hecho análisis y la miel tiene rastros de agroquímicos, también hay peces con rastros químicos.

Ustedes quisieran que los dos artículos que refieren al Sistema de Áreas Protegidas queden fuera del proyecto de ley de urgente consideración ¿Verdad?

Sí efectivamente. Se están discutiendo reformulaciones de los dos artículos. Lo primero a decir, no es algo urgente para discutir, deben ser temas de debate social. En el Acuerdo de Escazú (Costa Rica) (Uruguay lo firmó en 2018), se señala que los temas medioambientales deben ser de debate público, por tanto, no se están dando de esa manera. Pueden haber reformulaciones donde se señale, por ejemplo, que las áreas protegidas son de manejo de los Gobiernos Departamentales, pero nuevamente se podría estar poniendo en cuestión si es una política pública de interés general. Los Gobiernos Departamentales, a veces tienen escasas oportunidades de desarrollo en base a sus propios recursos. Un ejemplo es la franja costera, el desarrollo inmobiliario es una de las principales causas de la fragmentación ambiental de la franja costera. Por supuesto que es interesante que haya soberanía de los pobladores locales y de los Gobiernos Departamentales también. No se puede definir en un mes un cambio tan importante sin involucrar los planes de ordenamiento locales, el plan de ordenamiento ambiental nacional y  los comités de cuenca.

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