CONTAMINANTES

Periodistas descubren de dónde vienen los CFC que están siendo fabricados a pesar de ser prohibidos

Los clorofluorocarbonos (CFC) son químicos que antes se usaban en productos como aerosoles y heladeras, pero desde hace muchos años están prohibidos. Sin embargo, se ha detectado recientemente la presencia de estos gases en la atmósfera.

Foto cortesía de wahadventures.com
Foto cortesía de wahadventures.com

Un grupo de investigadores independientes, en colaboración con periodistas del New York Times, podrían haber identificado la fuente de donde provienen los clorofluorocarbonos que están siendo liberados a la atmósfera que, a pesar de estar prohibidos hace años, siguen siendo fabricados de forma clandestina. Estos gases dañan severamente la capa de ozono y pueden causar agujeros en ella.

En mayo, un grupo de científicos publicaron un estudio en la revista Nature en el que develaron uno de los misterios de contaminación global más inesperados de la historia moderna: un sorpresivo aumento en las emisiones de clorofluorocarbonos (CFC), en particular CFC-11. Esta sustancia, prohibida por el Protocolo de Montreal en 1987, ha sido utilizada en la producción de aislantes de espuma para heladeras y edificios.

 

El acuerdo internacional exigió la prohibición de los CFC con una eliminación total prevista para 2010, que dio lugar a una recuperación de la capa de ozono la cual se ha constatado en los últimos años.

Una fea sorpresa

Los resultados de la prohibición parecían prometedores, porque la investigación del año pasado sugirió que el agujero era el más pequeño que hace tres décadas justo antes de que empezara la prohibición. Sin embargo, los científicos descubrieron presencia de CFC y aseguraron que habían sido liberados al medio ambiente recientemente.

¿De dónde vienen?

La investigación del New York Times apunta a que ocho fábricas en China han estado ignorando el tratado prácticamente desde el comienzo mismo.

«Tuve que elegir: o elegía el agente de espuma más barato aunque no sea tan bueno para el medioambiente, o el caro que sea mejor para el medioambiente», le dijo al New York Times Zhang Wenbo, propietario de una fábrica china de refrigeradores en Xingfu, provincia de Shandong, donde él y muchos otros productores a pequeña escala utilizan abierta y escandalosamente CFC para el aislamiento térmico de las heladeras y congeladores.

«Por supuesto que escogimos el producto más barato. Así es como sobrevivimos», agregó Zhang.

Los CFC se usaban comúnmente en refrigeradores y aerosoles antes de que se hiciera evidente que estaban destruyendo la capa de ozono, que bloquea los nocivos rayos ultravioleta del sol. Estos rayos descomponen los CFC, que liberan partículas de cloro que «se comen» la capa de ozono. Hasta el Protocolo de Montreal se producían al menos 7.000 toneladas de CFC. Las estimaciones totales sugieren que 13 millones de kilogramos del químico, que es la quinta causa más común de calentamiento global, se produjeron en los últimos años, una noción desconcertante para los científicos que consideran que ahora hay alternativas más baratas y más seguras disponibles.

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