Grandes cracks en la historia de los "Pellegrini"

El gran Premio Carlos Pellegrini es una de las carreras de mayor tradición e importancia del Continente y su larga nómina de vencedores figuran grandes caballos de todas las épocas. Pese a la caída de los argentinos, sigue siendo la mejor de la América del Sur. Ganarla es un galardón deseado por todos.

 

94 años atrás – Botafogo (Old Man y Korea)

Fue un auténtico coloso de las pistas argentinas y durante décadas se le consideró el número uno del mundo. Su campaña fue descomunal como que desde el 1º de marzo de 1916 hasta el 22 de diciembre de 1918, disputó 17 carreras… ¡y las ganó todas! Incluyendo el Pellegrini. Pero en la temporada de 1918 fue por el «doble event» y sucedió lo que nadie podía imaginar, lo venció el tordillo Grey Fox con Mingo Torterolo.

La derrota del fenómeno tuvo el efecto de un terremoto. Palermo quedó vacío y casi anulan el resto del programa.

Grey Fox que pagó 20.95 por cada dos, era hijo de Le Samaritain y Dancing Fox, estaba al cuidado de Juan Torterolo y defendía al stud Indécis. Pero conviene aclarar que dos semanas después en una carrera de «Desafío», Botafogo se tomó revancha y le ganó por cuarenta metros.

Claro que de todos modos, Grey Fox entró en la historia, ya que fue el único vencedor del «Super Caballo».

 

1938 – 1939

Estos años marcaron toda una época, como que se registró el fantástico doblete de Romántico. En el primero con la monta de Antonio Batista se adelantó por un cuerpo a Filisteo en 3’6″2/5 pagando 49.60 y en el segundo con Asunción Avero derrotó por la cabeza a Partido en 3″6″2/5 pagado 49.60 y en el segundo con Asunción Avero derrotó por la cabeza a Partido en 3’7″2/5 , con un sport de 6.10.

El legendario petiso fue el primer racer extranjero que ganó el Pellegrini y el único que lo hizo por partida doble. Por algo lo llamaban «el sin par…». Por si alguien no lo recuerda, Romántico era el hijo de Caboclo y Rosaflor y estaba al cuidado de Pepito Petraglia.

 

10 años después

En 1949 Penny Post, fornido alazán malacara e ídolo de la afición argentina, tiene el triunfo asegurado a sólo 200 metros del disco, corriendo con varios cuerpos de ventaja.

El crack uruguayo ya no era enemigo y sólo restaba el festejo… Pero olvidando que las carreras recién se ganan en el disco, Osvaldo Pellegrino le aflojó el cuerpo y las riendas al hijo de Embrujo y hasta se quitó la gorra para saludar a la hinchada… No le pudo ir peor.

Como una tromba surgió de pronto Cruz Montiel y cuando al jockey de Penny Post «se le prendió la luz roja de peligro» ya era tarde… Cruz Montiel por Fox Club y Cruz de Malta, del stud Lía y al cuidado de Enrique Blanco, terminó ganando una carrera imposible y pagó 19.40 por boleto con la monta de Rúben Baltasar Quinteros.

Por supuesto que Pellegrino jamás volvió a subir a Penny Cost.

 

1952 – La caída de Yatasto

El bien llamado caballo del siglo había vencido el año anterior e iba por el doblete, pero sucedió lo inesperado. Por primera vez en su historia y pese a que la carrera tuvo un desarrollo muy lento, casi 1’4″ los primeros mil, Yatasto fue corrido a la expectativa y finalizó tercero siendo derrotado por Branding y Sideral, llegando a cuatro cuerpos del ganador. Fue una contienda que levantó todo tipo de comentarios y Leguisamo debió explicar ante la Comisión de Carrera lo que nadie entendía: la conducción de Yatasto.

Branding de pelo ruano había ganado ese año la triple corona y era hijo de Burundún y Vengadora. Con la monta de Horacio Padula pagó 7.10 a ganador y fue presentado por Juan Grimaut.

El propietario de Bramding era el magnate Jorge Antonio y su victoria fue ruidosamente festejada por «Los descamisados» de la época. Lo cierto es que jamás se supo ni se sabrá, lo que realmente sucedió aquella tarde.

Branding nunca más corrió.

 

1959 – Capote norteño

A fines de la década del cincuenta el turf de Brasil tuvo un repunte formidable y sus representantes comenzaron una era victoriosa en los grandes clásicos del Continente, haciendo tambalear el dominio argentino.

El 8 de noviembre en el Gran Premio Carlos Pellegrini, por primera vez en la historia tuvo lugar un 1-2 de la «verde amarelha». 1º Escorial y 2º Narvik. Sobre esta carrera existe una anécdota que bien vale recordar. El cuidado de Escorial era Juan de la Cruz, «el mago de las internacionales», el que ganó casi todos los «Grand Prix» de América del Sur. Escorial no había sido invitado, pero como a Don Juan le gustaba en fija, su propietario decidió arriesgar correr con todos los gastos. De la Cruz además de notable compositor era un hombre taura, que solía apostar fortunas cuando le gustaba un caballo. Y le jugó todo lo que tenía, a tal punto «que de haber perdido volvía al hotel a pie o a la sumo en colectivo, hasta cuatro mil pesos que descubrí al final en un bolsillo interno se los dí a mi mujer para boletos, que le tenía una fe inquebrantable. Ganó Escorial y pagó la escalofriante suma de 232 pesos por cada dos. Más de la mitad de los boletos de la pizarra eran de Juan de la Cruz, que por supuesto hizo un platal.

Escorial por Arsénico y Escoa, defendí los colores del stud Seabra (Brasil) y con la monta del filetero Pancho Irigoyen derrotó en fulminante atropellada a su coterráneo Narvik en 3’39» sobre césped muy pesado y bajo lluvia. Seis meses después repitió el plato en el Gran Premio 25 de Mayo y otra vez De la Cruz hizo tabla rasa en la pizarra y entre los «book makers» de la banca paralela…

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