SAN JUAN

Noche de San Juan en Montevideo y en el interior

La tradicional noche de San Juan se celebra el jueves 23 de junio en distintos barrios de Montevideo y también en el interior. La verbena, llamada víspera de San Juan o fiesta de San Juan, es una festividad de origen pagano que se celebra cada 23 de junio. Habitualmente se escucha música, se presentan espectáculos artísticos y se encienden hogueras. En distintos puntos de Montevideo, pero también del interior, habrá actividades abiertas al público con motivo de esta celebración, que se desarrollará entre el jueves 23 y viernes 24 de junio.

Fiesta de San Juan en La Floresta. Archivo.
Fiesta de San Juan en La Floresta. Archivo.

Jueves 23

Plaza Varela (Bv. Artigas y Av. Brasil), a partir de la hora 19.

Centro Juvenil Salesiano (Bv. Batlle y Ordóñez esquina Av. Sayago), a partir de la hora 19. La actividad es organizada por la Comisión de Cultura del Concejo Vecinal de la Zona 13. Se realizará la tradicional fogata y quema. Habrá chocolate caliente para el público y se presentarán espectáculos artísticos.

Viernes 24

Parque Grauert (Av. Rivera, calles Costa Rica, Lieja y Leonel Aguirre), a partir de la hora 18. Habrá música en vivo, funcionará una feria de emprendimientos y se instalarán foodtrucks.

Centro Cultural Florencio Sánchez (Grecia 3281 Esq. Norteamérica), a partir de la hora 18. Feria holística en el hall del centro, con emprendimientos de todo el Oeste; plaza de comidas, danzas españolas de Academia Rossana Viera, música popular portuguesa, grupo scout y artes circenses. A la hora 21 la actividad se traslada a la esquina de Norteamérica y Grecia para el cierre musical.

La Floresta

En el interior, uno de los puntos destacados es el festejo que se realizará en el balneario La Floresta de Canelones, el jueves 23 desde las 17 horas. Habrá música en vivo, espectáculos con fuego, quema de esculturas, mesa de deseos, actividades para niños, gastronomía y foodtrucks.

Como se celebra San Juan

El fuego y las hogueras son el principal reclamo de la fiesta de San Juan. Marca la tradición que al saltar el fuego en la playa si se pide un deseo se cumplirá en un plazo corto de tiempo.

Las chispas del fuego saltan y bailan en el medio de la calle. Contaba Luis Grene que hasta promediar la década de los años 50 en Montevideo y en otros puntos del país se podía ver una gran fogata y allá otra y otra más. Así en todos los barrios se repetía el mismo ritual. Los vecinos muy alborotados y la cuadra era una fiesta. Ceremonias populares que chisporroteaban en la noche del 23 – 24 de junio, la fiesta de San Juan Bautista. Medio con disimulo, entre creyendo y desconfiando, las doñas arrojaban al inmenso fuego callejero unos papelitos con los nombres de los temidos “yetatores”. Así se libraban de las personas que según ellas traían mala suerte al barrio. Noche mágica que llegaba con tradiciones de romances. Chispas de ramas ardiendo en la calle y un rico sabor de chocolate que impregnaba al viejo hogar. Era la noche de “las cédulas de San Juan”, un juego que supo ser muy popular en nuestro querido Montevideo de antaño. En una caja de cartón se ponían dobladitas unas servilletas con los nombres de los galanes y las damas casamenteras. Cada uno sacaba las llamadas cédulas y así se armaban las parejas que compartían la gran mesa del comedor familiar. Vecinos, tías, jóvenes y veteranos y hasta los comerciantes de la cuadra se reían y emocionaban. Hasta alguno se sonrojaba por ese juego que había llegado hace muchos años desde las aldeas europeas junto a los primeros inmigrantes. Con el infaltable chocolate, ideal para esa helada noche invernal, una joven cantaba los nombres de las cédulas y anunciaba la ubicación de las parejas entre aplausos y risas. A veces, el azar determinaba carcajadas sin tregua como al ver a una tía recalcitrante solterona al lado de su ocasional pareja que resultó ser el gallego almacenero de la esquina. San Juan y su tradicional juego de las cédulas alegraban a los parientes y vecinos del barrio. A llegar la media noche, todo el mundo afuera. Había que echar maderas a la gran fogata que un rato antes habían encendido los botijas. Adentro, sobre la mesa y su coqueto mantel de puntillas quedaban las empanadas que chorreaban la dulzura del membrillo y el humeante chocolate. Los que se llamaban Juan ligaban de lo lindo, pues era obligación de todos el hacerles un regalito.

Un pibe entra corriendo a tomar un sorbito de chocolate, una damita mira risueña a su entusiasmado galán, las abuelas en la cocina cocinaban más empanaditas y de la gran olla el dulce aroma impregna todo el hogar. Sobre los empedrados y adoquines las fogatas iluminan las casas humildes de esos vecinos que vivían sus sencillas alegrías. Llamas, crujir de maderas ardientes, conjuros contra la yeta, cédulas románticas y un rico sabor flotando entre los familiares y vecinos. Noche de San Juan, antiguas tradiciones, costumbres y leyendas que vivieron muy dentro del corazón de los barrios populares del ayer.

Otra de las tradiciones, aunque menos arraigas en la noche de San Juan era la quema de un mechón de pelo para mejorar la felicidad en pareja o lavarse la cara en agua como petición de una buena salud y mejor belleza en el año venidero.

Origen de la Noche de San Juan

El origen de la Noche de San Juan representa una fiesta pagana de culto al Sol, también en homenaje a los tiempos de cosecha y como un elemento purificador. Se trata de un elemento dinamizador de quemar todas las energías negativas y estrenar una nueva etapa de prosperidad.

En clave religiosa, en esta misma fecha se recoge en la Biblia el nacimiento de Juan Bautista. Una llegada que fue anunciada por Zacarías con una gran hoguera en la noche del 23 al 24 de junio. De ahí que se adaptara la fiesta pagana al cristianismo para celebrar el advenimiento de Juan Bautista con el encendido de hogueras nocturnas en esta fecha del calendario.

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