JUAN LACAZE VIBRARA NUEVAMENTE CON LA MUSICA Y EL CANTO

Llega la Fiesta Nacional del Sábalo

Ya desde el nombre queda claramente expuesta esa intención, aludiendo a un pasado y presente de pescadores y a una de las variedades del sábalo que más «pica» en los anzuelos.

Pero también Juan Lacaze es sinónimo de fábricas, de sindicatos aguerridos de prolongadas luchas en defensa del pan y del salario. Por eso a nadie asombra que sea una organización gremial, el Cuopyc -que nuclea a los trabajadores papeleros- quien lleve adelante esta fiesta tan especial.

Comenzará el jueves 12 de febrero y se extenderá hasta el 15 del mismo mes. «En esos días», cuenta Walter Silva, presidente de Cuopyc, «Juan Lacaze recibe a muchos de sus hijos que andan desparramados por todo el mundo, algunos a causa de la dictadura y otros muchos por cuestiones económicas».

«También para nosotros es una verdadera fiesta recuperar a esos viejos vecinos, a esos familiares o amigos y durante cuatro noches compartir con ellos la alegría de estar juntos».

Para todos los gustos

Desde hace cuatro meses la gente del sindicato papelero trabaja para hacer realidad esos intercambios y reencuentros. Son no menos de 150 personas que día y noche atienden los más diversos aspectos «para que todo salga bien». Como el eje central del evento serán las actuaciones artísticas, se eligieron nombres de primer nivel representativos «de todos los gustos y edades». En la jornada inicial estarán los grupos Sudestada, Latasónica, Los Morochos y Bola 8. El viernes 13 será el turno de rock con las bandas La Semilla del Ermitaño, La Chancha, El Cuarteto de Nos, Once Tiros y La Tabaré. El sábado 14 actuarán las murgas para que Juan Lacaze reviva su pasión carnavalera, con el canto y el ritmo de la Nunca más (de Colonia), La Obligada»(de Rosario), Los Rebeldes (de San José y Los diablos verdes (de Montevideo. Para los románticos, esa noche culminará con un recital de Laura Canoura con boleros y baladas.

Finalmente el domingo 15 pasarán por el escenario los artistas locales «D» Entrecasa y Fernando Cortizzo: los montevideanos Fernando Klissich y Adriana Quinteiro, el grupo Nuestra Razón, y el cantor mayor del pago, el que pintó su pueblo y lo volvió universal: José María Carbajal Pruzzo, El Sabalero, declarado padrino de la fiesta.

Y esa emoción, esos reencuentros de los que habla Walter Silva, tendrán en ese instante su caudal mayor, para que desfile la nostalgia de una gran «casa encantada» -como muy bien lo graficó El Sabalero- que es la comunidad lacacina, con sus memorias de los arenales, las bicicletas, los fogones con tortas fritas y guitarras, los tucu tucu, los malvones, los ibiscos, el trepidar del trencito por la «trocha angosta».

Por si todo esto no fuera suficiente, el lunes 9 entre las 16.00 y las 18.00 horas, la Biblioteca José Enrique Rodó abrirá sus puertas para que se instalen los equipos de la AM LIBRE y Alberto Silva transmita en directo su programa «Amargueando con la gente». El mismo día a la hora 20.00, también en la biblioteca, volverá a estar Alberto Silva presentando su libro De la A a la Z. Se proyectará el video Dictadura nunca más, de la agrupación Hijos y actuará el músico Martín Berois.

El martes 10 de febrero nuevamente la biblioteca será sede de la presentación de otro libro, esta vez Las cuerdas vivas de América Latina, de Guillermo Pellegrino.

Para los deportistas, el sábado 14 a las 19.00 horas se correrá una maratón organizada por el Círculo Lacacino de Atletas Veteranos, y durante toda esa semana expondrán sus obras los plásticos locales Ana Schenchk, Ernesto Lagos y Julio Picca.

Y como buenos sabaleros porfiados, siguen «haciendo gestiones en Buenos Aires, a ver si podemos tener uno de esos días al actor Osvaldo Laport, cantando boleros, que es su nueva especialidad», comenta Walter Silva.

Un ministro que dice «No»

Claro que no todas son «rosas» en esto de sacar adelante la Fiesta del Sábalo. Desde el Ministerio de Turismo, el titular de esa cartera, Pedro Bordaberry «no nos atendió y negó todo apoyo a lo que estamos haciendo». «Capaz que tiene algún problema genético de rencor con Juan Lacaze por ser un pueblo obrero, y por eso pagamos las consecuencias», ironiza Silva.

Los trabajadores papeleros sólo le pedían al jararca que «incluyera la fiesta en el calendario de eventos de todo el país», pero no hubo puerta que se abriera para acceder a esa solicitud.

«Será que Bordaberry está volcado al Este uruguayo, nada más, y como a Juan Lacaze no vienen yates lujosos sino vecinos que conforman la diáspora sabalera por el mundo, sin duda eso no debe resultarle interesante», apuntó el presidente del Cuopyc.

Pero la fiesta, a pesar de esos escollos, igual se hará. El Parque Lustemberg vibrará durante cuatro noches con diez mil personas disfrutando de una programación de alto vuelo. Y cuando el domingo 15, a última hora, el cielo lacacino se pueble de fuegos artificiales a modo de despedida, los obreros recién harán una pausa para decir «misión cumplida», y para empezar a soñar nuevos desafíos. *

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