ENTREVISTA EXCLUSIVA

Pablo Chargoñia: Hay evidencia para juzgar a represores involucrados en asesinatos de Michelini, Gutiérrez Ruiz, Barredo y Whitelaw 

En entrevista con LARED21, Pablo Chargoñia, abogado de los asesinados de mayo de 1976 en Argentina, explica que por primera vez la justicia uruguaya inicia un proceso contra los represores que participaron de los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw.

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Chargoñia es representante legal de Gabriela Schroeder Barredo -hija de Rosario Barredo y de Gabriel Schroeder-, de Jacqueline Barrios -hermana de Washington Barrios (desaparecido en argentina 1974)- y de las familias Michelini y Gutiérrez Ruiz  

Sobre este proceso que se inicia ¿una primera reflexión? 

Se trata de uno de los episodios más horrendos de la historia de este país, en tanto que trasciende fronteras, implicó desapariciones, implicó magnicidio, como el caso de los legisladores (Zelmar Michelini – Héctor Gutiérrez Ruiz), secuestros de niños y coordinación internacional en el marco del Plan Cóndor 

Este caso comienza con la iniciativa de Gabriela Schroeder, hija de Rosario Barredo, que estuvo secuestrada, siendo una niña de cuatro años, junto con sus hermanitos, en un centro clandestino de detención. Durante muchos años, se pensó que ese centro clandestino era Orletti, pero investigaciones judiciales argentinas más recientes, se lo ubicó en un lugar cercano llamado centro clandestino Bacacay (Buenos Aires), allí estuvieron Gabriela y sus hermanos. A partir de esa revelación, Gabriela tenía interés en poner el foco en su propia peripecia, que nunca había sido investigada por la justicia uruguaya. Entonces, con nuestro patrocinio, decide presentar la denuncia en la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad en 2020 ¿Por qué allí? Porque de acuerdo al nuevo Código del Proceso Penal, las denuncias posteriores a la entrada en vigencia del nuevo Código, 1º de noviembre de 2017, no importa la fecha del crimen, las nuevas denuncian se tramitan de acuerdo al nuevo Código.  Esto quiere decir, que la investigación está a cargo de la Fiscalía y luego interviene un juez para la formalización. Ese es el origen de la nueva causa. A partir de esa iniciativa, se suman las familias de Gutiérrez Ruiz y de Michelini. Luego, en la investigación del propio fiscal Perciballe, encontró que hay otros casos, incluso que podríamos calificar de emblemáticos, o de muy trascendentes, que nunca fueron investigados judicialmente, por ejemplo el caso de Macarena Gelman o el caso de Mariana Zaffaroni, con lo que la causa pasa a ser mucho más amplia que estos hechos de mayo del 76. Ese es el inicio de esta causa y como reflexión, se trata de uno de los episodios más horrendos de la historia de este país, en tanto que trasciende fronteras, implicó desapariciones, implicó magnicidio, como el caso de los legisladores (Zelmar Michelini – Héctor Gutiérrez Ruiz), secuestros de niños y coordinación internacional en el marco del Plan Cóndor.

¿Quiénes son los imputados en esta causa? 

En principio fueron identificados seis funcionarios del Estado, de los cuales cuatro sobreviven, y que son Ricardo Arab, Ricardo Medina, Jorge Silveira y Ernesto Ramas, dos fallecieron en el transcurso de esta investigación (Gilberto Vázquez y José Gavazzo)  

A medida que se iba desarrollando la investigación y en ese sentido coincidimos con el planteo que hace la Fiscalía, porque en nuestras denuncias consideramos que el Servicio de Información y Defensa es un actor inevitable, el SID, que dependía directamente de la Junta de comandantes en jefe, era la oficina central de investigación, de inteligencia, de persecución y finalmente de crimen. (El SID) estaba conformada por agentes que no eran muchos, según los investigadores que han desarrollado estudios académicos, y a partir de la desclasificación de archivos, obtuvieron conclusiones de esta naturaleza. Era un cuerpo híper especializado, de élite, que recolectaba información sobre lo que consideraban los enemigos del régimen, y con toda esa información, organizaban junto con otras agencias, con la OCOA (Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas), con la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, la persecución de los enemigos de la Dictadura. Por lo tanto, el foco había que ponerlo inevitablemente en el Servicio de Información y Defensa. En principio fueron identificados seis funcionarios del Estado, de los cuales cuatro sobreviven, y que son Ricardo Arab, Ricardo Medina, Jorge Silveira y Ernesto Ramas, dos fallecieron en el transcurso de esta investigación (Gilberto Vázquez y José Gavazzo), lo que habilita otra reflexión, y es acerca de lo tardío de la justicia que muchas veces hace que se hipotequen las posibilidades de una justicia real.  Hay personajes notorios y claves en la actuación de la represión en territorio argentino, que no van a comparecer en este juicio, que fueron procesados y condenados en otro juicio, pero que no van a comparecer en este juicio. Entonces, hay una imputación respecto a estos cinco ex funcionarios de la dictadura.

¿Y los mandos militares, los que estaban al mando en ese momento? 

La conclusión es que todo fue planificado como una política de Estado, inevitablemente se trató de un crimen de Estado.  Tengo una vieja publicación de Claudio Trobo que tituló su libro “¿Quién mató a Zelmar Michelini y a Héctor Gutiérrez Ruiz?” 

Muchos de ellos está fallecidos y muchos fueron mencionados en la investigación, es el caso de (Juan Antonio ) Rodríguez Buratti, Amauri Prantl y algunos otros. Eso tiene que ver con esa impunidad político –biológica, que es una de las características de la llamada “Justicia Transicional”,  se dice así en el mundo académico, una justicia tardía a partir de que las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado, en general no tienen una reacción de la justicia inmediata y eficiente. Uruguay ha sido cuestionado a nivel internacional. Digo política – biológica, porque es la combinación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, que estuvo vigente hasta el año 2011, más la circunstancia de que las personas van muriendo. Lo más dramático, es que las propias víctimas también van muriendo sin encontrar justicia. En el desarrollo de la investigación que hace la fiscalía especializada, hay un repaso de todo el período de represión, que va del 74 al 76, no solamente en mayo del 76 sino en 17 operativos que hubieron previo al año 76 y 14 operativos posteriores a mayo del 76, y la conclusión es que todo fue planificado como una política de Estado, inevitablemente se trató de un crimen de Estado. Tengo una vieja publicación de Claudio Trobo que tituló su libro “¿Quién mató a Zelmar Michelini y a Héctor Gutiérrez Ruiz?”, y hay otras publicaciones con el título de crimen de Estado, efectivamente este es un ejemplo, lo de los magnicidios, los crímenes de mayo del 76, pero también todos los otros operativos de graves violaciones a los derechos humanos, donde se cometieron homicidios, desaparición forzada, abuso de autoridad contra el detenido. Uso la terminología del Código Penal vigente, lo que hacían con los detenidos eran torturarlos y arrancarle declaraciones mediante tortura, y lesiones graves. Además, la imputación de rapiña que hace por primera vez el sistema judicial uruguayo, porque algo que formaba parte de toda esta cantidad de operativos en Argentina, pero con sus vehículos inevitables a operativos en Uruguay, implicaban la obtención de botines de guerra. Todas esas imputaciones refieren a la comisión de crímenes desde la burocracia estatal terrorista y es un ejemplo paradigmático, el enfoque de la investigación tiene ese sentido.

Parece también interesante que la causa la haya iniciado Gabriela Schroeder Barredo, dado que se habla poco de lo que pasó con los niños de esas víctimas ¿Es así? 

El ataque contra los niños es un asunto que debe merecer la mayor atención y forma parte de esta solicitud de formalización del fiscal Perciballe 

Sí, es uno de los espantos de la impunidad, que no se conozcan esas situaciones, en las que el grado de malignidad se lleva a extremos impensables, por eso además del caso de Gabriela y sus hermanos, está incluido el caso de Macarena Gelman, además hace bien la Fiscalía en advertir que la Corte Interamericana le exige al Estado uruguayo investigar. Hubo una sentencia de condena a Uruguay por el caso Gelman, fue por la desaparición calificada como homicidio contra la madre de Macarena Gelman, María Claudia García, el delito en el caso de Macarena Gelman es sustitución y supresión de estado civil, le alteran la identidad, esta situación nunca fue investigada por la justicia uruguaya y esta es la primera vez que eso ocurrió y ocurre en gran medida porque desde este organismo jurisdiccional internacional, como la Corte Interamericana, le está diciendo al Estado uruguayo “usted tiene la obligación de juzgar estos crímenes”, lo mismo en el caso de Mariana Zaffaroni, que nunca fue juzgado, y los hijos de Adalberto Soba y Alberto Mechoso, militantes del PVP (Partido por la Victoria del Pueblo), que fueron desaparecidos, fue el primer caso de procesamiento de militares y de policías en Uruguay en el año 2006 respecto de los padres, pero no de los niños. Los hijos de Soba estuvieron en automotores Orletti, era un centro clandestino de detención, fueron trasladados ilegalmente por algunos de los personajes del SID, en vuelos comerciales con identidad alterada. Por lo tanto, también se investiga el caso de los de los hijos de Soba y Mechoso. El ataque contra los niños es un asunto que debe merecer la mayor atención, y forma parte de esta solicitud de formalización del fiscal Perciballe.

Quizás por lo que significaban Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, se conoce menos lo que pasó en el caso de Rosario Barredo y su pareja William Whitelaw ¿qué fue lo que pasó con ellos?  

La trascendencia del asesinato de legisladores, evidentemente tiene una fuerza y se impone, y en cierta medida, otros homicidios igualmente aberrantes, quedan en una especie de cono de sombra, que es lo que Gabriela (Schroeder) intenta romper 

 La trascendencia del asesinato de legisladores, evidentemente tiene una fuerza y se impone, y en cierta medida, otros homicidios igualmente aberrantes, quedan en una especie de cono de sombra, que es lo que Gabriela (Schroeder) intenta romper. En lo personal, transmito y retransmito la posición de las familias, tanto de la familia de Gabriela, como de las familias Michelini y Gutiérrez Ruiz, no sostienen y no quieren sostener una hipótesis en particular, muchas veces han operado servicios de contra inteligencia, rumores, alteraciones, versiones interesadas para encubrir y producir impunidad, y para distraer la investigación. Entonces, en ese sentido, quieren ser muy cautos respecto a hacer hipótesis, lo que sí puedo señalar, es que hay una teoría, la fiscalía tiene que elaborar un caso para hacer una imputación, ¿por qué imputarles a estos individuos la comisión de estos crímenes? La teoría de la fiscalía, comienza por el caso de los fusilados de Soca, una de las primeras acciones de represión en el año 1974, la obtención de información respecto de las divisiones dentro del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) tomadas en el exilio con corrientes, algunas que querían mantener la tradición de la acción armada y otras que querían organizarse políticamente de otra manera, tomar contacto con otros uruguayos en el exilio, entre ellos Gutiérrez Ruiz y  Michelini, ese tipo de información aparece como relevante para la teoría de la Fiscalía, porque da cuenta de que efectivamente, otra vez el Servicio de Información y Defensa iba a operar respecto de esas divisiones dentro del MLN en el exilio e iba a incidir en las nuevas agrupaciones políticas en las que participan los legisladores en Buenos Aires para enfrentar la dictadura y querían dar un golpe muy intenso respecto a eso. Es decir, es imposible desligar el crimen de  Michelini, Gutiérrez Ruiz, Barredo y Whitelaw, de una acción política en el sentido de acumulación de información del servicio de inteligencia, operando sobre todas las actividades que se estaban desarrollando, y que cuya información provenía de las detenciones y de interrogatorios bajo tortura, lo mismo respecto del caso de la desaparición de Manuel Liberoff. Hay otro elemento que compone la teoría del fiscal, que era la obtención del botín de guerra, este botín implicaba una ventaja económica que pretendían los represores en coordinación con Argentina. Es decir, que aun cuando no se identifica en el estado actual de la investigación, los ejecutores materiales de los disparos contra los cuatro cuerpos, Michelini, Gutiérrez Ruiz, Whitelaw y Barredo, aun cuando no están identificados en el estado actual de la investigación, si están identificados los coautores que permiten que todo eso ocurra, que el secuestro ocurra, que aparezca además como una operación de inteligencia, evidente, porque los cuerpos aparecen junto con unos volantes falsos que le atribuyen los homicidios a una reacción de algunos grupos de la izquierda que consideran algunos de los escindidos del MLN como traidores. Todo esto es evidentemente una operación, como se sabe es una operación falsa y de propaganda, y se sabe porque hay sobrevivientes de los secuestros de Michelini y Gutiérrez Ruiz, donde vieron quienes eran los secuestradores, agentes del Estado argentino y seguramente operando en forma coordinada con uruguayos. O sea, una operación de inteligencia para atacar figuras políticas relevantes en el año 76, que se estaban reuniendo en Argentina para enfrentar a la dictadura. Otra parte, tal vez con una mayor necesidad de investigación en este marco, que sería interesante que se pudiera seguir avanzando, que refiere a la actuación del entonces ministro de economía Vegh Villegas, que viajó a Buenos Aires y que podría formar parte de una línea de salida  democrática en el año 76, contra las posiciones más duras y continuistas, la teoría sería que estos asesinatos implicaron el triunfo de la línea más dura y el fracaso de las situaciones de diálogo y negociación que están probadas. Efectivamente Zelmar Michelini tuvo diálogo con Végh Villegas en búsqueda de alguna salida a la situación que se planteaba en ese momento.

¿Ahora el fiscal tiene un año para la acusación? 

El fiscal (Perciballe) tiene un máximo de un año para hacer la imputación, cuánto tiempo y cuántos meses le llevará presentar la acusación no lo sabemos

Ese es el plazo máximo, dependerá de lo que estábamos hablando, del estado de la investigación, tiene una acumulación de evidencia muy importante, tan importante que el juez Fernando Islas decidió que se formalizará la investigación contra la posición de las defensas de los imputados que quería que no se formalizará. Hay una evidencia acumulada muy importante respecto de lo que surge tanto de los expedientes de la justicia uruguaya, no olvidemos que por el caso de Michelini – Gutiérrez Ruiz, fueron condenados (Juan María) Bordaberry, Juan Carlos Blanco (exministro Relaciones Exteriores), por lo tanto, hay una acumulación de información importante, condenados en su momento los civiles porque estaba vigente la Ley de Caducidad y no se podía hacer nada respecto de los militares. También hay colaboración vía fiscalía argentina de mucha información de la justicia argentina. Insisto con esto, hay testimonios relevantes de los sobrevivientes, personas que vieron a agentes del Estado uruguayo, vieron a Manuel Cordero, a Gilberto Vázquez y a (José) Gavazzo, operando en territorio argentino, como están fallecidos (Vázquez y Gavazzo) ya no forman parte de la imputación. El fiscal (Perciballe) tiene un máximo de un año para hacer la imputación, cuánto tiempo y cuántos meses le llevará presentar la acusación no lo sabemos, pero es el paso que sigue, la acusación de cuatro imputados (Ricardo Arab, Ricardo Medina, Jorge Silveira y Ernesto Ramas).

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