hambre en el aula

Con hambre en la escuela: “Los estudiantes a mediodía se sienten mal porque no desayunaron”

Una profesora narra las vicisitudes de dar clases a estudiantes de familias carenciadas que llegan a la escuela con hambre.

Foto: ANEP
Foto: ANEP

La pobreza infantil en el Uruguay creció en un 19% al margen de las políticas públicas que ejecuta el gobierno de Luis Lacalle Pou. Durante el primer año de la pandemia del COVID-19, más de 100.000 personas cayeron por debajo de la línea de la pobreza pero al año siguiente el Ejecutivo asegura que 50.000 de esas volvieron a reflotar.

En el medio de toda la crisis quedan las y los niños, y la discusión tiende a politizarse. Mientras el presidente Lacalle evadía discutir números en su momento, en febrero pasado el periodista Ricardo Leiva analizaba en su programa No Toquen Nada que “si se copara el dato (de la pobreza infantil) anual de 2019 con datos del semestre de 2021, se observa una caída de 0,9%, en los menores de seis años (…) pero se observa un aumento de 2% en los niños de edad escolar de 6 a 12 años, y un aumento de 3,6% en los adolescentes de 13 a 18 años”.

“Si uno mira toda la gráfica, la única franja donde cae la pobreza es la que eligió el Ministerio (de Economía y Finanzas) para presentar sus números, porque en todas las demás sube. Entonces, la pobreza infantil creció entre 2019 y el primer semestre de 2021”, agregó el comunicador.

El economista y expresidente del Banco República, Jorge Polgar, dijo que la forma en que se presentaban los datos era “manipulación de la opinión pública” cuando se hablaba de una reducción de la pobreza infantil.

Estudiantes con hambre

La educadora Camila Menchaca compartió en Twitter su experiencia en primera persona con el hambre de las y los educandos del sistema escolar uruguayo.

“Quienes trabajamos en educación hemos observado que un problema endémico se agudiza, con un agravante, cada vez hay menos políticas sociales que hagan de contrapeso a la situación económica”, empieza diciendo la profesora.

“El otro día le pague el boleto a una estudiante, y el día anterior hablamos de como hacer para financiarle los boletos a otra que ya cumplió 18 y tiene que pagar la mitad”, añade.

La educadora dice que diariamente está presente la preocupación por estudiantes que, a mediodía, se sienten mal porque no desayunaron, “y en un liceo en donde no funciona el servicio de alimentación escolar, el otro día comentaban en la sala de profesores la situación de unos hermanos que tenían que esperar que volviera uno para que el otro fuera (turnos distintos), porque compartían los mismos championes (zapatillas)”.

“Si, como se dice, el centro de los desvelos de estas autoridades está en los y las estudiantes, lo primero debería ser atender su situación material y alimentaria. Aumentar el sistema de becas, subir su monto, ampliar el servicio de alimentación escolar, entrega de útiles, etc”, concluyó Menchaca.

 

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