ENTREVISTA

En Uruguay es «inminente» la decisión del gobierno de etiquetar los alimentos ultraprocesados

En diálogo con LARED21 TV, Giovanni Escalante, representante de la Organización Mundial de la Salud y de la Organización Panamericana de la Salud en nuestro país, dijo que Uruguay está entre los 5 países que más invierten en salud.

Giovanni  Escalante Representante de OMS/OPS en Uruguay. / Foto: Carlos Loría
Giovanni Escalante Representante de OMS/OPS en Uruguay. / Foto: Carlos Loría

«El mayor desafío es superar las desigualdades en salud»

Para la OMS/OPS ¿cuáles son los desafíos de nuestro continente en materia de salud para este año?

Un desafío permanente son las desigualdades en salud. Cuando miramos América Latina, veremos que aquellas personas que tienen acceso a la educación e ingresos económicos adecuados, tienen mejor acceso a la salud. Mientras tanto, los grupos excluidos por distintas razones, por ejemplo población indígena, afrodescendientes, población ubicada en la zona rural o con bajo nivel educativo, no tienen el mismo acceso, ni las mismas oportunidades. Este es un problema fundamental, por eso nosotros como organización estamos impulsando esta lógica de “nadie debe quedar atrás en el acceso a los servicios de salud y a la protección en salud a través de una adecuada cobertura”.

¿Es un problema de salud pública o en realidad es un problema social y económico, es más integral que decir es un problema de salud?

La salud pública está estrechamente vinculada al desarrollo social y económico de los pueblos. No puede haber salud pública si no hay desarrollo integral. Ejemplo: una madre que no tuvo acceso a la educación y quedó con primaria incompleta o es analfabeta, su acceso a la salud estará limitado pero eso también la afecta para tener un empleo digno o una vivienda digna o medios de vida que sean más sostenibles.

«El mayor desafío es fortalecer el primer nivel de atención en salud»

¿Para Uruguay cuales son los desafíos de la salud pública?

El gran desafío es fortalecer el primer nivel de atención, porque este primer nivel es una barrera de contención. Pensemos que el 80% de los problemas de salud se pueden solucionar en el primer nivel de atención. Una persona que se resfría o tiene u dolor abdominal, va a llegar a ese primer nivel de atención y la atenderá un médico de cabecera, un equipo multidisciplinario y le va a resolver el problema. Y si tiene un problema mayor, podrá ascender al máximo nivel, por eso como dice el Ministro (Basso), es necesario equilibrar el sistema, la capacidad resolutiva debe estar desde el primer nivel al máximo nivel.

«Uruguay es uno de los 5 países del continente que más invirtió en salud»

¿En la perspectiva de OMS/OPS en qué lugar ubican a Uruguay?

Uruguay es uno de los 5 países del continente que más invirtió en salud. El gasto en salud que es inversión, está en 9.5% del PBI y si hablamos del esfuerzo del Estado está en el 6.5%. Mientras en América Latina el promedió está entre 3 y 4% del gasto público en salud.

Uruguay ha logrado desarrollar un sistema integral, es un sistema muy especial en nuestro continente ya que los sistemas que existen son muy fragmentados. Hay poblaciones que no tienen las mismas oportunidades de llegar a los servicios de salud.

¿Cuáles son los mejores sistemas de salud en el continente?

Canadá, Chile, Costa Rica, Cuba y Uruguay.

¿Las enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, diabetes y respiratorias crónicas) qué lugar ocupan en la agenda de la OMS/OPS?

«OPS está dando cooperación técnica para reglamentar la ley de salud mental»

Son un desafío. Antiguamente hablábamos de enfermedades infecciosas, que siguen existiendo, pero el 80% del total de enfermedades hoy día, son producto de las enfermedades no transmisibles. La gente se está muriendo por estas enfermedades, a lo que hay que sumarle problemas de salud mental, accidentes de tránsito y violencia.

¿Se puede decir que una de las debilidades de la atención en Uruguay es la salud mental? ¿Como lo ve OMS/OPS?

En toda América Latina la atención en salud mental es un desafío recurrente. Uruguay avanzó con la ley, ahora tiene por delante la reglamentación. Nosotros estamos brindando cooperación técnica. Estamos convencidos que el proceso llegará a “buen puerto” hay una forma “dialogante” de hacer las cosas.

Desde su organización se ha trabajado para impulsar la alimentación saludable y el “etiquetado de advertencia” en los alimentos ultra procesados. En Uruguay aún no se ha concretado dicho etiquetado. Hay problemas de obesidad y malnutrición ¿Por qué es necesario etiquetar los alimentos?

«Hoy día la obesidad es un problema de salud pública»

La obesidad hoy es una epidemia, se ha convertido en un problema de salud pública. Una persona con sobrepeso, tendrá problemas de presión alta y probablemente tendrá intolerancia a la glucosa, que es el paso previo a la diabetes, sumado al sedentarismo, va a ocasionar en los niños serias dificultades. Es fundamental que esa ley salga adelante. Tengo entendido que es inminente que Uruguay va a sacar el “etiquetado advertencia” para los alimentos ultraprocesados

En una carta con fecha 11 de agosto 2017, el Presidente del Grupo Latinoamérica de Coca Cola Company Alfredo Rivera, critica los parámetros sanitarios de OPS para recomendar etiquetar los alimentos (publicada en Semanario Brecha). ¿Cómo toman estas críticas?

«En OPS demostramos científicamente que el consumo de bebidas azucaradas es perjudicial para la salud»

Nosotros somos un organismo multilateral técnico que genera evidencias científicas. Estamos al servicio de los Estados miembros y los ministerios de salud nos encargan realizar este tipo de revisiones sistemáticas. Es nuestra especialización. La industria de las “bebidas azucaradas”, su papel es trabajar en bebidas azucaradas, no trabajan con respaldo científico y nosotros hemos demostrado que el consumo de este tipo de bebidas es perjudicial para la salud.

«Si un alimento tiene alto contenido de grasas, azucares y sodio, está demostrado que tiene un efecto negativo»

¿Hay presiones?

El consumidor tiene derecho a estar adecuadamente informado, el derecho a la salud, a la educación y también a la información veraz y oportuna. Si un alimento tiene elevado contenido de grasas, azucares y sodio, y está demostrado que tiene un efecto negativo, no se puede ocultar, porque si no estaríamos ocasionando un “daño moral”. Los ciudadanos tienen que estar adecuadamente informados para poder tomar decisiones y así preservar su salud. Se sabe que el “etiquetado octogonal” produce una respuesta rápida en el consumidor. El consumidor va a un supermercado, adquiere rápido un producto, pero si hay una advertencia, podrá tomar una decisión diferente y eso va a orientar en forma beneficiosa a la industria. La industria va a tener que cambiar, no es como la industria tabacalera, el fumar causa un daño terrible a la salud, no pueden cambiar la composición porque fumar hace daño, pero la industria alimentaria puede hacer los cambios necesarios y con la “responsabilidad social” van a poder hacer esas adaptaciones y cada vez ofrecerán productos más saludables.

«Hoy día se usan alimentos para preparar mezclas nutritivas para animales en vez de destinarlos a los humanos»

El hambre en el mundo aumentó, algo que no ocurría desde hace algunos años atrás.

Se están sumando otros factores, como la disponibilidad de una adecuada cadena alimentaria, lo que se llama la “soberanía alimentaria”, influye el cambio climático, a grandes extensiones les falta agua, empiezan a escasear los alimentos y hay otros alimentos que se utilizan para preparar mezclas nutritivas para los animales en vez de destinarlos a los humanos. La alimentación se debe mirar desde una perspectiva intersectorial, involucra medio ambiente, agricultura, el uso de pesticidas, agrotóxicos que producen un daño muy serio a la salud ambiental y la utilización de variedades que permitan una diversidad genética porque si se va a hacer un monocultivo también tendrá un impacto en la salud.

El mundo dio paso a la industrialización de los alimentos y hemos perdido identidad alimentaria ¿Está de acuerdo?

Cada vez hay más movimientos por la alimentación saludable, se organizan Ferias de alimentos orgánicos, están también los “slow food”, comida tranquila, en ambientes saludables. No se trata solo de alimentarse sino generar un espacio de socialización, generar un estilo de vida donde haya diálogo. Imaginen un niño con su “bolsa de comida chatarra”, su bebida azucarada, viendo televisión y con su teléfono móvil sin comunicarse con sus padres, en qué momento se le da una adecuada orientación, en qué momento se le van a dar valores. En este estilo de vida, hay una pérdida de valores familiares. Este estilo de vida es poco saludable.

Usted menciona acciones de particulares pero falta que se incorporen como políticas de Estado.

Tiene que haber un fortalecimiento de las alianzas entre la responsabilidad del Estado y la sociedad civil. Se tiene que fortalecer este diálogo. La Universidad juega un papel fundamental porque allí se puede generar un movimiento a favor de estos estilos de vida saludables. Están los organismos no gubernamentales, los medios de comunicación y las propias familias. Hay que tomar las “riendas” de la responsabilidad en salud, no solo los organismos gubernamentales, el proceso de construcción de las políticas también dependen del grado de participación social.

En Uruguay, desde el año 2006, se cubren los tratamientos con “medicamentos de alto precio”, sin embargo hay medicamentos que son recetados pero que el Fondo Nacional de Recursos no los cubre. Esas personas o sus familiares que necesitan esa medicación, se presentan ante la justicia para reclamar su derecho a recibir el medicamento que le receta su médico y en muchas oportunidades ganan el juicio y finalmente el FNR debe reconocer y pagar ese tratamiento. ¿Cómo evalúan este tipo de situaciones?

«Muchas veces hay presión de la industria que quiere vender un determinado medicamento bajo el postulado de que ocasiona un beneficio pero ese medicamento no tiene respaldo científico»

Aquí hay que ver las distintas aristas del problema. Hay que preguntarse si ese “medicamento de alto precio” es beneficioso para la condición a la que se está recurriendo, muchas veces hay presión de la industria que quiere vender un determinado medicamento bajo el postulado de que ocasiona un beneficio, pero ese medicamento no tiene respaldo científico. Entonces nos preguntamos si ese medicamento ha pasado por todas las pruebas necesarias, si ha tenido los ensayos clínicos, se ha respaldado con estudios, ha recibido la evaluación de la tecnología aplicada, porque en definitiva, un medicamento es una tecnología. Tenemos que preguntarnos, si no se demuestra el beneficio ¿para que se está dando ese “medicamento de alto precio”? Esta es la primera condición, y la segunda condición es la disponibilidad de recursos de los países. Si los recursos siempre van a ser escasos, lo que hay que ver es el “dilema ético” de a cuanta población voy a beneficiar, es decir, cuántas personas dejo de atender si voy a dedicar recursos solamente a unas cuantas personas. Y la tercera consideración, es cuales han sido las experiencias en otros países aplicando protocolos establecidos para esa determinada condición, entonces cuando se hace una revisión sistemática de todas las intervenciones que se han hecho y sus efectos, uno puede decir, la decisión es sí amerita ese medicamento de alto precio y hay una última dimensión que tenemos que comenzar a mirar, la “dimensión ética” ¿hasta dónde podemos incidir cuando es una persona que está en una condición terminal, que está padeciendo, está sufriendo y no hay un tratamiento y hay que recurrir a los cuidados paliativos, porque el ser humano no es “inmortal”.

«Hay estudios científicos que respaldan la Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano»

Otro debate en Uruguay y en el mundo es la efectividad de la Vacuna HPV (Virus del Papiloma Humano). Hay quienes señalan que no hay evidencia científica como para suministrarla a las adolescentes. En Uruguay no es obligatoria pero sí recomendada. ¿Cuál es la posición de OPS/OMS al respecto?

Nosotros hemos hecho una revisión exhaustiva, incluso para hacer una recomendación de que esta vacuna es adecuada. Tenemos un comité técnico asesor en vacunas a nivel de OMS. Sabemos que las vacunas producen una reacción inmunológica, y hay estudios que respaldan esta vacuna y no es un procedimiento simple. Tiene respaldo científico y una cadena de procedimientos para decir que es eficaz y tiene un beneficio.

Giovanni Escalante

El doctor Giovanni Escalante, es Representante de la OPS/OMS en el Uruguay desde el 28 de octubre del 2016.

El doctor Escalante, es peruano, recibió su título de médico de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Perú) en 1989. Obtuvo una maestría en Salud Pública en los Países en Desarrollo por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) en 1994, y un magíster en Administración Social por la Pontificia Universidad Católica del Perú, en el 2003. También en el 2003 se diplomó en Gestión de Salud Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México y en el 2010, recibió un certificado de especialización en Administración de Políticas de Recursos Humanos para la Salud por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, entre otros estudios.

El doctor Escalante comenzó su carrera profesional en 1990 como médico rural en la Dirección Regional de Salud de Cusco (Perú). Posteriormente, se desempeñó como consultor nacional de salud para el proyecto de educación sobre la atención primaria de salud para la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco entre 1991 y 1993. En 1995 y 1996 trabajó como supervisor de salud macro regional para el Programa Esencial de Salud para Todos en Lima (Perú) y de 1996 al 2003 se desempeñó como consultor en diferentes proyectos para el Ministerio de Salud del Perú. En el año 2003, fue nombrado coordinador de Desarrollo de Recursos Humanos en la Salud en Pathfinder International en el Perú, donde se desempeñó hasta el 2006. Los dos años siguientes, fue profesor de Salud Pública en la Universidad San Martín de Porres, y entre los años 2004 y 2011 fue profesor de posgrado a tiempo parcial en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Lima.

Se incorporó a la OPS/OMS como Asesor en Sistemas y Servicios de Salud en la Representación en Bolivia en diciembre del 2011, puesto que ocupo hasta la fecha de este nuevo nombramiento.

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