Biomasa genera 406 megavatios, 13% de la electricidad que produce Uruguay

La generación de energía a partir de biomasa, es decir materia orgánica susceptible de aprovechamiento energético, se estableció dentro de la política energética y se integró a la estrategia ambiental “como un instrumento alineado con las reducciones de gases de efecto invernadero”.

Con su producción se apunta a la “reducción de emisiones del sector eléctrico mediante la sustitución de fuentes fósiles”.
El director nacional de Medio Ambiente, Jorge Rucks, dijo en el marco de un foro por el cierre del proyecto Producción de Electricidad a partir de biomasa en Uruguay (PROBIO) que el desafío para la secretaría de Estado es “trabajar junto al sector forestal, productivo y de energía”.

“Se trata de articular y compatibilizar el eje de la política de gestión ambiental con el desarrollo del país”, remarcó Rucks.
En dicho marco, remarcó que en Uruguay se han instalado “varios emprendimientos de cogeneración asociados al aprovechamiento de residuos industriales, básicamente provenientes de la industria forestal y del arroz, en los departamentos de Artigas, Rivera, Paysandú, Tacuarembó, Río Negro, Treinta y tres y Colonia, en empresas como la estatal Alcoholes del Uruguay (ALUR) y las transnacionales Bioener y UPM (ex Botnia)”.

Beneficios de la biomasa

Rucks explicó que como combustible, “la biomasa renovable se considera dentro de un ciclo biológico por lo que el proceso de generación de energía es considerado como de emisiones casi nulas de dióxido de carbono (CO2)”.

“El CO2 emitido por la combustión de la biomasa fue previamente absorbido por la masa vegetal y al ser devuelto al aire queda a disposición nuevamente para la vegetación. Esto es una ventaja en comparación con el gas natural, el fueloil y el gasoil”, aseguró el jerarca.
Además, cada unidad de energía generada a partir de biomasa, “implica un ahorro de divisas por importación de combustible”.