SEGREGACIÓN

Ningún afrodescendiente ha ganado jamás un Nobel en ciencias

Muchas personas celebran que este año dos mujeres recibieron premios Nobel este año (sumando 22 a lo largo de la historia), mientras que tarda en instalarse la discusión de la exclusión de las personas afrodescendientes de los Nobel en las distintas ciencias.

De izquierda a derecha, el divulgador científico Bill Nye, el ex presidente de EE.UU. Barack Obama y el astrofísico Neil deGrasse Tyson. Foto: Wikimedia Commons
De izquierda a derecha, el divulgador científico Bill Nye, el ex presidente de EE.UU. Barack Obama y el astrofísico Neil deGrasse Tyson. Foto: Wikimedia Commons

Donna Strickland y Frances Arnold son solo las mujeres número 20 y 21 reconocidas por el Comité del Nobel por sus aportes a la ciencia. Sin embargo, en más de 100 años, nunca hemos visto a un científico negro convertirse en un premio Nobel.

Cada año, los anuncios anuales del Premio Nobel de octubre coinciden con el Mes de la Historia Negra, que es un doloroso recordatorio de que de los más de 900 premios Nobel, solo 14 (1.5%) han sido negros y ninguno en la ciencia. Casi todos los laureados negros han sido premiados por trabajos en los campos de la paz (diez) y la literatura (tres). Durante ese tiempo, lo más cerca que un científico negro ha llegado a ganar ha sido el científico social Arthur Lewis por su trabajo económico en 1973.

En contraste, ha habido más de 70 laureados asiáticos, la mayoría en ciencias, y desde el 2000 ese número ha aumentado significativamente. Esto se debe en parte a la creciente influencia y poder de las universidades japonesas, chinas y coreanas y al éxito de la academia asiático-estadounidense. Para ganar un Premio Nobel de ciencia, es útil si se encuentra en una institución de prestigio y en una posición para liderar costosos trabajos científicos.

Pocas oportunidades

La razón principal por la que ningún científico negro ha ganado un premio Nobel es simplemente una cuestión de números: no hay suficientes jóvenes afrodescendientes que estén pudiendo acceder a trabajos científicos. Todo esto es resultado de que las personas de países africanos son las que tienen menos probabilidades de prosperar en ciencia, seguidas de las personas afrodescendientes de países occidentales, quienes tienen pocas probabilidades de estudiar ciencias, menos probabilidades de alcanzar un grado académico terciario y, por ende, menos chances de progresar a carreras científicas.

De acuerdo con un estudio científico publicado por la revista Science Magazine, los científicos negros en Estados Unidos tienen mucho menos probabilidades de obtener fondos par investigar en salud, una realidad que se replica en distintas formas en otros campos de la ciencia.

Y para llegar si acaso a ser nominado a un Nobel, una persona debe alcanzar un grado académico de profesor que la Academia Sueca de las Ciencias considere relevante. Para convertirse en profesor necesita el apoyo de su institución y encontrar al menos cuatro profesores existentes en otras instituciones que respalden su solicitud y certifiquen que se es un líder en el campo con una reputación internacional.

Adicionalmente, hay que hacer muchísimo lobby en la institución en la que se labora, así como a nivel nacional e internacional para aparecer en el mapa mundial de científicos. Por muchas razones, no hay suficientes académicos negros que trabajen en instituciones donde se logran tales reputaciones y redes, lo que reduce significativamente la posibilidad de ser promovido a profesores y, a la larga, los saca de la carrera por un Nobel.

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