SEXUALIDAD

La heterosexualidad prácticamente no existe según un nuevo estudio

Una reciente investigación muestra que la sexualidad humana es una faceta fluida y no estática y que casi la totalidad de las personas sienten algún nivel de atracción por personas de su mismo sexo.

Foto: Pixabay
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Un estudio reciente publicado en la Revista de Personalidad y Psicología Social contradice creencias de larga data sobre la orientación sexual heteronormativa. El estudio analiza la expresión de género en las mujeres y mide su respuesta fisiológica al ver una variedad de material pornográfico.

Concluyó que, independientemente de cómo las mujeres auto reportan su sexualidad, sus cuerpos responden positivamente tanto al sexo heterosexual como al homosexual. Es decir, la sexualidad de las mujeres es compleja y no está dentro de los límites de la hetero u homosexualidad estricta.

El estudio fue liderado por Ritch Savin-Williams, director de Psicología del desarrollo y a su vez director del Laboratorio de Sexo y Género en el Departamento de Desarrollo Humano de la Universidad de Cornell. Es parte de un proyecto de investigación mucho más amplio que él y sus colegas están haciendo para descubrir la verdadera sexualidad humana.

«Básicamente es un estudio que evalúa la orientación sexual al mirar los ojos y si se dilatan o no. No se puede controlar la dilatación de los ojos al sentirse sexualmente excitado. Otra forma, por supuesto, es la excitación genital, pero eso se vuelve un poco invasivo», explicó el experto.

La sexualidad fluida

Siguiendo la lógica popular, la sexualidad se divide entre heterosexuales y homosexuales. La bisexualidad recientemente comenzó a tomarse en serio tanto a nivel popular como a nivel académico.

La idea de orientaciones sexuales separadas, estáticas y claramente definidas está entretejida en la estructura de las sociedades occidentales y es parte de nuestra concepción cultural del género en sí mismo; «los hombres de verdad son masculinos y atraídos por las mujeres» es una máxima usual.

Los resultados del estudio de Savin-Williams cuestionan las creencias culturales profundamente arraigadas sobre la sexualidad, pero a él no le sorprenden los resultados que cuestionan el estatus quo sexual. «Ciertamente no estoy sorprendido; estamos tratando de llegar a comprender cómo son realmente las personas», explica.

Para él, la motivación principal para que los individuos digan erróneamente sus deseos es consecuencia de la presión social: las normas determinan cómo se debe ser si se es hombre o si se es mujer.

Se desprende un concepto de «hombre heterosexual» de este estudio que es particularmente definido, según el científico. «Siempre hemos pensado que las mujeres en su mayoría son heterosexuales, es decir que solo gustan de los hombres, pero en el momento en que aparece la ‘mujer perfecta’ esperamos que tal vez intente algo con otra mujer», concluyó.

 

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