NATURALEZA IMPRESIONANTE

Un nuevo tipo de fotosíntesis supera los límites de lo conocido

Un reciente estudio descubrió que la clorofila sigue funcionando incluso en condiciones en las que antes se creía que no era posible.

Foto: Pixabay
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La fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas y otros organismos recolectan luz para obtener energía, tenía sorpresas reservadas para la ciencia cuando ya se creía que se sabía todo. Un descubrimiento reciente ha confirmado que este proceso básico y necesario para las plantas puede ocurrir en circunstancias muy diferentes, incluso bajo longitudes de onda de luz más largas.

«La nueva forma de fotosíntesis nos hizo reconsiderar lo que pensábamos que era imposible. Cambia la forma en que entendemos los eventos clave en el corazón de la fotosíntesis estándar», explicó en una declaración Bill Rutherford, profesor del Imperial College de Londres y autor principal del estudio que describe este nuevo proceso de fotosíntesis «Esto cambia los libros de texto», agregó.

La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas, las algas y las cianobacterias recolectan la luz solar usando el pigmento verde llamado clorofila. Este pigmento también usa luz solar recolectada para crear productos bioquímicos que son útiles para la planta. Uno de los subproductos beneficiosos del proceso es el oxígeno, que para la planta es residual pero que para los seres vivos del reino animal es imprescindible.

Clorofila y sus variantes

Una de las variantes, la clorofila-a, se destaca por absorber ciertas longitudes de onda de luz visible, particularmente azul y roja. El rojo está al final del espectro y, por lo tanto, se consideró el límite de la fotosíntesis, o sea la cantidad mínima absoluta de energía que se necesitaba para que se produjera la fotosíntesis. De hecho, ese «límite rojo» se usa en astrobiología para determinar si la vida compleja puede ocurrir en otros planetas o no.

Hasta 1996 se pensaba que ahí terminaba el asunto. Sin embargo, en ese año se descubrió la clorofila-d en la cianobacteria marina Acaryochloris, que crece debajo de los urocordados Tunicata. Dicha cianobacteria puede absorber luz cuyas ondas son más largas e imperceptibles para el ojo humano y que están fuera del «límite rojo». Eso es bueno para ese organismo porque la luz como la conocemos no siempre llega bien hasta el fondo marino en donde vive.

La comprensión de los científicos de la fotosíntesis cambió nuevamente en 2010 con el descubrimiento de la clorofila-f .Los investigadores no estaban seguros de si simplemente recolectaban la energía y se la «entregaban» a la clorofila-a, o si realizaba alguna otra función. Ahora, sin embargo, gracias a estudio publicado en en la revista Science, se sabe que la clorofila-f puede servir como suplente de la clorofila-a, intensificándose en ambientes de luz infrarroja. Esto significa que esta funciona mejor captando ondas de luz infra roja, que la clorofila-a no puede percibir.

 

 

 

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