PELIGRO AL VOLANTE

La razón por la que no podemos dejar de textear mientras conducimos

Los teléfonos móviles irrumpieron hace ya varias décadas en la vida de las personas, y también se metieron dentro de los autos. Textear y manera es bastante peligroso, pero pocos son conscientes de ello.

Foto: Pixabay
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Una vez que los teléfonos inteligentes llegaron a manos de las personas, los conductores no tardaron en comenzar a utilizarlos mientras van al volante, no solo para hacer llamadas, sino también para enviar mensajes de texto o navegar en la web. Aún más alarmante: los estudios demostraron que la presencia de pasajeros, incluso niños, no parecía disuadir a los conductores de usar sus nuevos dispositivos. 

Los accidentes de conducir por distracciones comenzaron a dispararse en relación a la cada vez más frecuente presencia de los smartphones en todo lado; se lanzaron campañas de seguridad y ahora las advertencias están en todas partes. Ni siquiera las amenazas de fuertes multas han logrado que disminuya la cantidad de personas que textean y manejan.

Según una reciente encuesta hecha en Estados Unidos, los conductores usan sus teléfonos en aproximadamente el 88% de todos los viajes y más de la mitad de todos los conductores jóvenes informaron haber realizado en lectura directa o con la cabeza hacia abajo mientras circulaban.

Hay una razón

Los conductores ignoran las advertencias y continúan usando sus teléfonos por una simple razón: simplemente no están convencidos de que sea tan peligroso.

Para entender por qué, hay que reflexionar sobre cómo los humanos evalúan el riesgo. Cuando nos ocupamos de nuestros asuntos cotidianos, utilizamos nuestro sentido común y nuestra experiencia para guiarnos. La primera vez que recibimos un mensaje de texto o correo electrónico mientras manejamos, y que parece que debe ser contestado urgentemente, lo probamos y vemos cómo funciona. Tras algunos intentos, parece funcionar bien, y lo seguimos haciendo.

Después de todo, cuando estamos usando nuestro teléfono, pensamos que si sucede algo inusual justo delante de nuestros propios ojos, lo vamos a notar y vamos a poder reaccionar. Incluso cuando vamos leyendo el texto o usando una aplicación, creemos que podemos cambiar nuestra atención entre la carretera y el teléfono. Cuando estamos detenidos en una luz roja, podemos levantar nuestro teléfono y luego volver a bajarlo cuando la luz se vuelva verde. Estas son las nociones poderosas de sentido común que nos guían a través de la vida cotidiana en el camino.

El problema con estas nociones de sentido común es que, en la mayoría de los casos, están terriblemente equivocadas. A pesar de lo que nos diga la intuición, nuestra atención no se verá instantáneamente captada por algún accidente o incidente que se desarrolla frente a nosotros, incluso cuando estamos mirando en esa dirección.

Recientes estudios han demostrado que una gran parte de las veces que levantamos el teléfono para mirarlo, mientras conducimos, ni siquiera estamos conscientes de la acción, algo que agrava el problema de la atención.

 

 

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