GENÉTICA

Un embrión humano fue modificado genéticamente por primera vez

La ciencia dio un paso gigante con la modificación genética a un embrión humano, un proceso que se llevó a cabo gracias a una revolucionaria técnica llamada "CRISPR".

Células madre embrionarias de un ser humano. Foto: Wikimedia Commons
Células madre embrionarias de un ser humano. Foto: Wikimedia Commons

Un embrión humano fue intervenido para modificarlo genéticamente, y fue posible remover una peligrosa enfermedad cardíaca llamada cardiomiopatía hipertrófica. Esto fue posible gracias a la técnica de edición de genes CRISPR, según se publicó en la revista Nature.

En el estudio, un grupo de científicos norteamericanos y asiáticos usaron CRISPR con la que se pudo reparar el defecto congénito, y se ponen al corriente en la carrera genética que ahora está liderando China. La investigación se adentra en terreno hasta ahora desconocido, pues los investigadores del Instituto Salk de La Jolla, la Universidad de Salud y Ciencias de Oregon y el Instituto de Ciencias Básicas de Corea, lograron sortear lo que se conoce como «mosaicismo», un problema que representaba un problema para la ingeniería embrionaria hasta ahora. Esta circunstancia consiste en que algunas células -pero no todas- incorporan el ADN manipulado, y las que no lo hacen quedan con condiciones genéticas distintas.

Lograron evitar el mosaicismo usando CRISPR a la vez que fertilizaron el óvulo, antes de que las células se empezaran a dividir. Corrigieron de forma eficaz el gen problemático del esperma el 72% del tiempo. Incluso, en los casos en los que no lograron corregirlo, el gen problemático logró ser suprimido.

 

¿Una verdadera revolución genética?

“Esto no es solo una técnica diferente para la edición de embriones, sino la técnica más alentadora para reparar un embrión con CRISPR conocida hasta la fecha”, explicó a la revista Gizmodo Eric Topol, un genetista del Scripps Research Institute que no estuo vinculado al estudio. “Eso no significa que este [embrión] esté listo para ser implantado en el útero, pero sí demuestra una tecnología que es más adecuada para el éxito eventual”.

Cuando se filtró el paper la semana pasada a la revista MIT Technology Review, el avance parecía ser extremadamente importante y significativo para la genética, pero algunos científicos aún esperan que pueda mejorarse y que se despejen algunas dudas. “Es un paso importante que nos acerca un poco más [a la edición de embriones humanos], pero esta [tecnología] no está a la vuelta de la esquina”, comenta Hank Greely, bioeticista de Stanford.

Greely critica que las aplicaciones de esta tecnología son más bien escasas, y los principales problemas son éticos, y se vislumbran pocos posibles escenarios: cuando alguno de los progenitores llevan el gen de un trastorno genético recesivo, y uno de los padres tiene un gen dominante para una enfermedad como la cardiomiopatía hipertrófica o la enfermedad de Huntington, por ejemplo.

Greely y otros científicos creen que es poco probable que la nueva técnica termine de concretar el tan temido concepto de los «bebés de diseño», pues en lugar de insertar nuevo ADN en los embriones, se basa en el ADN sano de uno de los padres para reparar el ADN del otro.

“CRISPR solo funciona para apuntar y hacer el corte. No estamos insertando nada”, afirma Jun Wu, uno de los principales autres del artículo del Instituto Salk. “Solo estamos aquí para reparar las mutaciones. No es hacer para crear «bebés de diseño”, concluyó.

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