BIOLOGÍA REVELADORA

Científicos podrán saber si tuviste una niñez difícil analizando tu mordida

Un grupo de investigadores estadounidenses realizó un estudio que demostró que la forma de la mandíbula de un adulto puede revelar factores ambientales que influenciaron directamente su niñez.

Foto: Calvin Suverill, 1921/ Internet Archive
Foto: Calvin Suverill, 1921/ Internet Archive

Un reciente estudio, publicado en la revista especializada American Journal of Human Biology, concluyó que la forma de la quijada de un adulto puede dejar en evidencia circunstancias adversas que este experimentó durante la infancia.

El ambiente en el que se desarrolla un bebé durante su primer año, afecta significativamente su expectativa de vida y la susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo. Hoy en día, ese tipo de cosas se pueden determinar con el peso del bebé al nacer, aunque este medidos solo indica circunstancias acaecidas durante el embarazo.

Según este reciente estudio, liderado por científicos de la Universidad de Washington, sostiene que es posible determinar cómo ha sido el periodo posterior al nacimiento observando la parte inferior del rostro de un adulto.

Asimetrías

Los científicos estudiaron mandíbulas de 6.654 personas entre 12 y 17 años, de registros sacados de la Encuesta Nacional de Salud realizada entre 1966 y 1970, es Estados Unidos. Lo resultados mostraron que 25% de los encuestados presentaron asimetrías en la parte inferior del rostro. En el estudio, 70% de los casos presentaba formas distintas de retrognatismo (una quijada inferior reducida) y 30% de prognatismo (una quijada inferior muy salida).

Según los archivos clínicos, los adolescentes con retrognatismo simétrico tenían un esqueleto más sólido que el de otro grupos de la misma edad, así como una musculatura más desarrollada y una mayor capa de tejido adiposo. Por el contrario, los jóvenes con una quijada inferior muy prominente hacia un costado, no presentaron esas características.

Asimismo, los adolescentes que tenían mandíbulas inferiores muy pequeñas pero asimétricas, se distinguieron por presentar un esqueleto endeble, músculos débiles y una delgada capa del tejido adiposo.

Se encontró una correlación entre la presencia de asimetría mandibular, con el haber crecido en una familia con muchos hermanos, o un bajo nivel de ingresos económicos. La alimentación deficiente y un pobre acceso a la atención médica de calidad son causantes de estas condiciones físicas.

Los patrones encontrados demostraron la hipótesis de que el prognatismo y retrognatismo simétricos son características genéticas hereditarias, pero cuando son simétricos han sido adquiridas.

 

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