"TOMATILLO DEL FIN DEL MUNDO"

Descubren tomate de 52 millones de años en Chubut

El tomate encontrado en la zona de Chubut, al sur de Argentina, es bastante parecido a algunas especies actuales y se conservó de forma extraordinaria tras caer en un volcán, afirman expertos.

Foto: MEF.
Foto: MEF.

Al noreste del Chubut, en un sitio llamado Laguna del Hunco apareció el Physalis infinemundis (tomatillo del fin del mundo). Según Rubén Cúneo, directo del Museo Egidio Feruglio (MEF) e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), “este registro demuestra que el origen de este grupo de vegetales, entre los cuales también se encuentran los ajíes, pepinos, berenjenas, morrones, papas y tabaco, se produjo 25 millones de años antes de lo que se creía”.

“Cuando lo vimos, nos llamó mucho la atención que no se diferenciaba casi nada de una planta actual que pertenece al grupo de los tomates”, agregó Cúneo.

El hecho de que hace 50 millones de años ya hubiera un tomate semejante al de nuestros días significa, según los expertos, que la planta no ha necesitado readaptarse demasiado a los cambios que el planeta ha tenido desde entonces. En paleontología, este fenómeno se llama «estasis».

El tomatillo fue descubierto en la Laguna del Hunco. Fotos: MEF.

Origen

Este descubrimiento pareciera indicar que el origen del grupo de las solanáceas -que incluye tomates, papas, morrones, berenjenas, pepinos, ajíes y tabacos- tuvo su origen completamente en Sudamérica, y no tienen menos de 52 millones de años de estar alimentándonos.

“La aparición, diversificación y multiplicación de estas especies debió ser muy rápida en el tiempo, tal como se da en otros grupos de plantas”, observó el director del MEF.

La serie de televisión Los Simpson ironizó en el quinto capítulo de la temporada 11, titulado «Homero granjero», sobre el tomaco, una supuesta mezcla entre tomate y tabaco. Lo cierto es que ambas plantas tienen un ancestro en común que existió en la misma zona de Chubut, por lo que Matt Groening no estaba tan equivocado.

Foto: MEF.
Foto: MEF.

El doctor Cúneo indicó a la Agencia CTyS, adscrita a la Universidad Nacional de La Matanza, Argentina, que “las condiciones climáticas que reinaban en esa época en la Patagonia septentrional eran tropicales y subtropicales; los climas eran mucho más cálidos, la Antártida estaba poblada por todo tipo de criaturas y este hallazgo es una muestra adicional de lo dinámico que es el clima y la vida en todo el planeta a lo largo de millones de años”.

El área donde fue hecho el hallazgo es de aproximadamente unas cinco hectáreas y se formó como producto de una gran caldera volcánica. “Había allí algo parecido a lo que es hoy Yellowstone en Estados Unidos, una caldera de unos 30 o 35 kilómetros de diámetro, es decir, un súper volcán, y en esa caldera se formó un gran lago”, describió Rubén Cúneo.

Declaraciones de Rubén Cúneo, director del MEF

Ese lago tenía un fondo carente de oxígeno, por lo que algunos de los restos de vegetación que había en los alrededores, a medida que se desprendían sus ramas o caían sus frutos, se pudieron preservar de forma extraordinaria.

 

 

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