OBRA CUMBRE

La Teoría de la Relatividad de Albert Einstein cumple cien años “pero no es definitiva” afirma la ciencia

A fines de noviembre de 1915, Albert Einstein presentaba ante la Academia Prusiana de Ciencias, en Berlín su Teoría de a Relatividad General, que lo convertiría en el “Hombre más importante” del siglo XX, como lo designaría décadas después la revista Time.

Einstein solía explicar sus postulados y teorías de espalda a la audiencia, pues tenía pánico de hablar en público. Foto: Wikimedia Commons.
Einstein solía explicar sus postulados y teorías de espalda a la audiencia, pues tenía pánico de hablar en público. Foto: Wikimedia Commons.

Einstein había razonado ya diez años antes, su “Teoría Especial”, donde afirmaba que el movimiento modifica la percepción del espacio y del tiempo, pero la velocidad de la luz y las leyes de la física son inalterables independientemente de la velocidad a la que se mueva el observador.

Para la relatividad, Einstein razonó lo que años después consideraría “la idea más brillante” que se le ocurriera en la vida: el principio de equivalencia. La fuerza de inercia es básicamente y a todos los efectos igual a la atracción de la gravedad. Científicos del más alto nivel de la época reconocerían que la demostración experimental de la teoría era posible y para 1915 tras la presentación de la teoría de la relatividad general, se buscaba una demostración empírica.

La misma llegó en 1919, cuando un equipo de científicos coordinado por Arthur Eddington, observó durante un eclipse total de Sol, cómo la gravedad solar desviaba los rayos de luz que provenían de astros lejanos y pasaban cerca de su superficie, tal cual establecía ocurre, según la nueva teoría. Einstein lograba que su teoría pasase por delante de las de Newton, que preveían una desviación de otro orden.

La teoría de la relatividad en tiempos modernos

La teoría sería clave luego de la Segunda Guerra, cuando la ciencia y la tecnología eclosionaron: en el primero orden nace la idea de un Universo en expansión, basada en el Big Bang y regida por la ley de Hubble, que responde a la teoría einsteniana.

Los agujeros negros, los quásares y los púlsares, serían incomprensibles e inconcebibles sin los razonamientos einstenianos que conformaron la teoría de la relatividad, entienden hoy los científicos.

En la tecnología actual, herramientas populares –como el GPS- no funcionarían adecuadamente de no tenerse en cuenta los cálculos de Einstein, en tanto el campo gravitatorio terrestre, ralentiza el tiempo.

Los científicos obviamente reconocen hoy la genialidad de Einstein, pero advierten que de no haber sido él, alguien habría dado con las mismas ecuaciones, una o dos décadas después, impulsados por un avance incontenible que siempre exigió respuestas a los hombres de ciencia.

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