GENÉTICA

Los elefantes tienen “copias extra” del gen que elimina tumores cancerosos y apenas sufren tumores oncológicos

Comparativamente con los humanos, los elefantes son casi que inmunes al cáncer, y aunque pueden padecer patologías oncológicas, el porcentaje es muchísimo menor: ¿cómo es posible que teniendo 100 veces más células que nosotros, desarrollen menos cáncer aún cuando vivan tanto como los humanos? Los genetistas creen estar en camino de hallar la respuesta.

Foto: Pixabay.
Foto: Pixabay.

Científicos del del Huntsman Cancer Institute de la Universidad de Utah, la Arizona State University y del Centro Ringling Bros para la Conservación de Elefantes de EE.UU., desarrollaron un trabajo conjunto – que publica el Journal of American Medical Association (JAMA)- donde detallan que básicamente la genética podría ser la respuesta a nuestros cuestionamientos sobre el cáncer.

Básicamente, la estadística revela que mientras menos del 5% de los elefantes desarrolla algún tipo de cáncer mortal, los seres humanos llevan hasta entre el 10% y el 25% esa tasa de mortalidad. Los elefantes, tienen no obstante 38 copias modificadas de un gen que codifica el “p53” un compuesto que impide la formación de tumores. Los humanos también tenemos esas copias modificadas, pero no 38 como el elefante, sino solamente 2.

Durante la evolución los elefantes desarrollaron esas “copias extra” del gen que elimina las células cancerígenas cuando se producen, antes de que se expandan, aunque las causas de la diferencia genética, son tan misteriosas aún como establecer porqué nos diferenciamos de los paquidermos durante la escalera evolutiva desde los primeros mamíferos.

Ratifica anteriores investigaciones en humanos

“La naturaleza ya descubrió la manera de prevenir el cáncer. A nosotros nos toca estudiar la forma en la que la biología de diferentes animales se enfrenta al problema y así adaptar esas estrategias para prevenir la formación de tumores cancerígenos en humanos», explica el oncólogo Joshua Schiffman, coautor del trabajo publicado. El especialista en cáncer de niños, que trabaja en el Instituto Huntsman del Cáncer en la Universidad de Utah, detalla que la Naturaleza básicamente “mata a la célula dañada que ya no puede convertirse en tumor. Esta fórmula puede ser más efectiva para prevenir el cáncer que tratar de detener la división de una célula mutada que no será capaz de repararse totalmente a sí misma”, remarca.

Los científicos quieren en una primera fase trabajar con pacientes del llamado “síndrome de Li-Fraumeni”, cuyos afectados tienen solo una copia activa del “p53” y suele sufrir tumores oncológicos con mucha más frecuencia que el resto de la población.

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