Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, destaca avance inédito entre personas con discapacidad
Desde los años 70´, se emplea el concepto de “tecnologías apropiadas” para definir a las limitaciones que implicaban las tecnologías tradicionales, a lo que sumaban los problemas de los países menos desarrollados para importar tecnologías de alto costo.
En esa línea aparece uno de los dos aspectos centrales de la conmemoración: la adaptación de las tecnologías a las condiciones socio-económicas y ambientales de cada zona en el mundo, con el uso de materiales que faciliten tanto el mantenimiento como la reparación y eviten gastos suplementarios. Las tecnologías apropiadas apuntan a los análisis de impacto tanto en lo social como en lo económico de determinadas tecnologías previo a su ingreso en un país o área específica, con el horizonte de mejorar los niveles de vida, en respuesta a la ecuación costo-beneficio.
Otro de los puntos clave que se recuerdan en la jornada es la necesidad que las tecnologías sean apropiadas en función de su adaptación a las habilidades personales: proporcionar a la gente instrumentos adecuados para desempeñar sus labores diarias, evitando costosos gastos que no corresponden a la necesidad local.
El avance para las personas con discapacidad
Un informe presentado con motivo de la fecha por Keysight Technologies y la Fundación Adecco, afirma que las tecnologías apropiadas han tenido un gran avance en el marco de las discapacidades. El 60% de las personas con alguna discapacidad, considera que las redes sociales han mejorado su calidad de vida, según el 4º estudio “Informe Tecnología y Discapacidad”, parte de cual reproduce Europa Press.
Basado en una encuesta sobre 300 personas de entre 20 y 58 años, con discapacidades, concluyen que además de canal de ocio, las redes han aportado una vía de altísimo valor para la búsqueda de empleo y han incidido definitivamente en su calidad de vida. Sin embargo todavía un 55% afirma seguir encontrando barreras para el uso de herramientas tecnológicas convencionales, en su mayoría de índole económico (22%) y de su propia formación (19%). El estudio agrega que anualmente aumenta el número de personas con discapacidad que entran a puestos de trabajo de los que anteriormente estaban excluídos.
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