CARDIOLOGÍA

Desarrollan corazón artificial que no late y cuya tecnología supera el mayor escollo actual: el costo

Científicos de la Universidad de Queensland (Australia), desarrollaron un corazón biónico que bombea la sangre alrededor del cuerpo sin necesidad de pulsaciones, con dos impulsores centrífugos, lo que da mayor durabilidad al implemento, además de abaratar sensiblemente sus costos.

El sistema de bombeo con centrífuga no emite el típico latido del corazón humano. / Foto: bivacor.com
El sistema de bombeo con centrífuga no emite el típico latido del corazón humano. / Foto: bivacor.com

El dispositivo está siendo hasta ahora aplicado en ovejas, que han superado las primeras pruebas con singular nivel de supervivencia, y los desarrolladores apuntan ahora lograr que en un plazo inferior a tres años, su descubrimiento pueda comenzar a ser utilizado en humanos.

El BiVACOR, como ha sido bautizado el invento, es mucho más sencillo que los corazones artificiales hasta ahora desarrollados. Consta básicamente de dos impulsores (dos discos) de titanio, que a partir de un solo rotor impulsan por fuerza centrífuga la sangre. Los impulsores, giran a miles de revoluciones, impulsando lentamente la sangre que pasa de un lado al otro del dispositivo. Con una sola parte móvil, su fiabilidad de funcionamiento es alta y las posibilidades de desgaste menores, pero los especialistas entienden que es necesario aún hacerlo de mayor robustez para que sea posible su uso humanos, según publica el portal Muy Interesante.

El corazón no baja de cuarto millón de dólares

Las prótesis que se implantan en el cuerpo para reemplazar al corazón biológico, exigen además del costo del insumo en sí mismo, una serie de operaciones y gastos colaterales, que fácilmente superan el cuarto millón de dólares en la actualidad. La “vida útil” de los corazones artificiales es uno de los mayores escollos de la ciencia, en tanto los más desarrollados hasta la fecha alcanzan unos 230 millones de latidos como máximo, un lapso aproximado de cinco años. Por eso el sistema de impulsar mediante fuerza centrífuga a sangre, sin latidos, podría ser un importante paso con miras al futuro próximo.

El sistema más avanzado a la fecha es el CARMAT francés, cuya primera implantación fue en el Hospital Georges Pompidou,d e Paris, hace dos años. El nuevo modelo emplea sensores electrónicos integrados y está hecho de tejidos animales llamados «biomateriales», teniendo la diferencia de estar destinado a ser utilizado en casos de insuficiencia cardiaca terminal, en lugar de ser empleado como un dispositivo-puente mientras el paciente espera un trasplante.

//www.youtube.com/watch?v=HAB6pMi9pms

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