Las autoridades habían exigido a Google que para salir de las pistas de prueba cerradas que la empresa de Mountain View ha dispuesto para los recorridos de su prototipo autónomo, el vehículo debía estar en condiciones de ser asumido en cualquier momento para conducirlo por el pasajero en el lugar del piloto.

En esa línea los ingenieros, diseñaron  una serie de controles “removibles” que pueden ser empleados en cualquier momento por el viajero para detener, desviar, o cumplir cualquiera de las funciones habituales en un vehículo de uso cotidiano.

Además han debido agregarse otras luces delanteras, a requerimiento de los reglamentos vigentes y de los expertos estatales.

Se acerca su puesta en las calles y se aleja la idea de minimalismo

Los técnicos están ahora seguros que serán capaces de poner en las calles de San Francisco (donde tienen la primera habilitación para circular), su vehículo prototipo este mismo año, aunque de momento no se habla todavía de un mes en concreto.

Sin embargo la idea primigenia del diseño, que era minimizar totalmente los elementos con que cuentan los automóviles actuales, parece alejarse en función de los requerimientos legales y reglamentarios. Si bien los autos de Google emplean para escanear a 360 grados, más de 60 láseres, además de cámaras y GPS, la mayor concentración de tecnología en un vehículo, se esperaba que a nivel del conductor, los controles y maniobras a efectuar fueran muchas menos que las ahora actualizadas.

Otro de los grandes temas que parece enfrentar Google es la necesidad de socios de la industria del automóvil para no tener que convertirse en un fabricante de vehículos, sino dejar en manos idóneas y ya instaladas, la posibilidad de multiplicar los “autónomos”, cuando les llegue la hora de salir al mercado. Otras empresas mundiales líderes del sector, están ya experimentado con vehículos autónomos, aunque sin conocerse aún el grado de avance que han alcanzado.