NEUROCIENCIA

Afirman que la nostalgia de buenos momentos es positiva ante la depresión y el estrés

A contramano del saber popular que considera la nostalgia algo doloroso, científicos de la Universidad de Rutgers, creen que esta actividad aparentemente “inútil” del cerebro es positiva para ayudarnos a superar la depresión y los cuadros de estrés.

Los técnicos buscan establecer si esa revisión del pasado disfrutado, ayudaría también a los depresivos/ Foto: Ennor

La nostalgia y los recuerdos de buenos momentos en general, contribuye a una mejor visualización de las posibilidades futuras y reduce los temores del porvenir, entienden los neurólogos de la Universidad de Rutgers (Newark, EE.UU.).

Las conclusiones surgen de un trabajo sobre pacientes sometidos a resonancia magnética, para determinar cuales eran las zonas cerebrales que se activaban cuando se pedía a los analizados forzarse a tener recuerdos agradables. Las emociones generadas fueron percibidas por los sistemas de recompensa del cerebro, de forma muy parecida a lo que ocurre cuando estamos ante situaciones agradables reales.

Los niveles de dopamina, el neurotransmisor que da sensaciones eufóricas, se dispararon, lo que además elevó las condicionantes de motivación en general. Los científicos creen ahora que los recuerdos de buenos momentos, son capaces de generarnos iguales emociones casi, que las experimentadas mientras duraban esa situaciones placenteras.

El cerebro incluso prefiere quedar ensimismado antes que volver al “ahora”

Los participantes en el estudio –que publica la revista especializada Neuron- mostraron una conducta que los científicos no esperaban, cuando se les ofrecieron gratificaciones económicas para atender otros temas del experimento. Muchos quedaron ensimismados dentro de los recuerdos, antes que optar por los temas que les darían una recompensa financiera en ese momento, algo curioso en tanto los recuerdos permanecen en el cerebro y están accesibles en cualquier instante.

En esa línea los investigadores suponen que existen una función “adaptativa” que nos hace renunciar incluso a recompensas de otra índole, antes que abandonar esos recuerdos que llevan a la auotmotivación antes que depender de recompensas externas.

Los técnicos buscan establecer si esa revisión del pasado disfrutado, ayudaría también a los depresivos, cuyas conductas suelen mantenerse en algunos puntos del pasado, sin atender particularmente los mejor vividos. La imaginación de los sucesos positivos aparece como una “buena táctica del cerebro” para potenciar la resiliencia y enfrentar los acontecimientos adversos que puede presentarnos la vida.

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