RADIACIÓN

Agujero en la capa de ozono “se estanca” por calentamiento global o menos cloro

Los resultados presentados por la NASA sobre el agujero en la capa de ozono este año, han abierto una polémica científica: el agujero se “estancó” y no crece, pero no sabe si ello es por el aumento de la temperatura media global o por menos clorados en la atmósfera.

El agujero en la capa de ozono, parece “estar estancado” y es similar a los de 2010, 2012 y 2013.

Los científicos de la NASA y de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA), de Estados Unidos, publicaron que el tamaño del agujero este año es de 24,1 millones de kilómetros cuadrados, un área aproximadamente similar a toda Norteamérica.

El área máxima en un solo día se verificó en septiembre, y fue similar a 2013, con 24,0 millones de quilómetros cuadrados, lo que es una disminución relativa sobre la jornada del agujero más grande en la historia registrada: 29,9 millones en 2000. El agujero en la capa de ozono, parece “estar estancado” y es similar a los de 2010, 2012 y 2013, más pequeño que los grandes agujeros del período que va entre 1998 y 2006.

La capa de ozono, es vital para evitar que la radiación ultravioleta dañe la vida en la Tierra, y se considera que los daños son directamente experimentados por los vegetales y en los humanos puede producir cáncer de piel. Sin embargo desde el Acuerdo del Protocolo de Montreal, que reguló desde 1987 las sustancias que agotan el ozono (como los clorofluorocarbonos), entró en funcionamiento, las sustancias que agresivas para 2014, disminuyeron hasta un 9% sobre la Antártida, en relación con los registros de 2000.

La controversia sobre las causas de la disminución del agujero

Los científicos aún no pueden ponerse de acuerdo si esta reducción en los niveles de elementos que contienen cloro, y de los halones que contienen bromo, ha sido definitoria de la situación, o si el calentamiento global es lo que influye en la ecuación.
La variabilidad meteorológica, con temperaturas estratosféricas más cálidas, pueden también reducir el agotamiento del ozono, aunque los niveles porcentuales son inciertos.

Si bien es reconocible la baja en cloro y bromo, el análisis de la temperatura estratosférica en la Antártida, carece de una fiabilidad aceptable en las tendencias a largo plazo, aunque se sabe sí que el calor alterará los niveles del agujero de ozono en forma favorable.

Otro dato de este año que los científicos han destacado es que el espesor mínimo de la capa de ozono fue este año de 114 unidades Dobson, menos de la mitad de los mínimos en esas mismas unidades de la década de 1960, pero algo recuperados en relación a las 100 unidades del momento más extremo en 2000.

Según publican los técnicos en www.nasa.gov/, la variedad de instrumentos, satélites y globos aerostáticos desplegados a esos fines, está dado actualmente los mejores cálculos que se han tenido desde 1970 –cuando comenzaron las investigaciones- lo que se anticipa permitirá definir a la brevedad las causantes del estancamiento del agujero en la capa de ozono, y apuntar a optimizar las variables que incidan favorablemente en el fenómeno.

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